Intercambiar experiencias siempre ha sido una fuente de conocimiento innegable porque nos permite comparar realidades y aprehender nuevas maneras de hacer. A finales del 2017 dos miembros de la Red Ecuménica Fe por Cuba y de la Red de Educadores y Educadoras Populares partimos hacia El Salvador con este objetivo.
Si en un principio no teníamos referencia directa de la asociación que nos esperaba, sí conocimos por diferentes amigos de la hospitalidad de los salvadoreños. Era nuestra primera experiencia fuera de Cuba.
Todo era nuevo para nosotros y el primer gran impacto fue el de las propagandas de productos “vendibles” en carteles, pantallas y hasta en altos parlantes. En contraste, no vimos casi nada que hiciera referencia a mensajes o campañas de bien público.
Al llegar a Chalatenango, departamento nororiental del país, rodeado de montañas y fronterizo con Honduras, todo comenzó a ser más familiar. Pese a ser un departamento gobernado por el partido Arenas (de derecha), se respiraban aires de izquierda. Las comunidades rurales más distantes, en su mayoría, son gobernadas por alcaldes y alcaldesas simpatizantes, comprometidos y comprometidas con el FMLN (de izquierda).
La Asociación de Comunidades Rurales de Chalatenango (CCR) fue el destino para el intercambio. Su objetivo es el desarrollo de las comunidades rurales de todo el departamento mediante la coordinación y el acompañamiento de diferentes procesos y movimientos sociales comunitarios. Incide en 114 comunidades y en 23 de los 33 municipios del departamento.
En cuanto llegamos nos empezamos a involucrar en las actividades propias de la CCR. Unas de las que más nos llamó a la atención fue un encuentro de la escuela política del Movimiento Popular de Resistencia 12 de Octubre (MPR-12), destinado a líderes de diferentes comunidades y diversas edades.
También visitamos la Universidad privada “Dr. Andrés Bello”, en Chalatenango. Aunque no era una visita oficial, una vez allá nos pidieron hablar sobre Cuba y su sistema de seguridad social.
En mi caso, como educador popular no pudimos resistirme y coordinar un espacio para hablar sobre nuestra propuesta político-pedagógica. No sólo apoyaron la idea, sino que realizaron una convocatoria de excelencia. Participaron desde miembros de la junta directiva de la CCR pasando por líderes comunitarios e integrantes de diferentes movimientos sociales, hasta personas sin ningún cargo ni rango.
También fue muy valioso el contacto con el movimiento social rural Asociación de Mujeres Vueltenses “Miriam Concepción”, del Municipio de las Vueltas del departamento de Chalatenango que incluye más de ciento veinticinco mujeres vueltenses organizadas. Nos impactó ver de cerca su manera de sentir y trabajar. Más aún acercarnos y compartir comida, techo, cama, trabajos domésticos y algunas veces servir de confidente en un país donde a las mujeres les queda mucho que conquistar, aunque se vean avances en los últimos años del gobierno del FMLN.
La lucha por la igualdad y equidad de género es constante. Un ejemplo es “Ciudad Mujer”, iniciativa impulsada por el gobierno salvadoreño. Este proyecto busca, fundamentalmente, unificar todas las instituciones del estado que prestan servicios a las mujeres en un mismo espacio.
Se trata de un modelo que, entre sus objetivos, pretende promover la autonomía económica de la mujeres a través de la participación laboral, facilitar la atención integral de la salud de las mujeres, con énfasis en la salud sexual y reproductiva, fortalecer las acciones de prevención de la violencia contra las mujeres y brindar atención infantil a los niños mientras sus madres hacen uso de los servicios.
Muchas son las experiencias y recuerdos de momentos gratos vividos por dos miembros de las redes que anima el CMMLK que prometieron ser parte de las luchas llevadas a cabo por los movimientos de izquierda. Partir de esta experiencia nos identificamos, aún más, con los proyectos de desarrollo de comunidades rurales desfavorecidas en Cuba y El Salvador.