“Solo mediante la Revolución puede realizarse el amor al prójimo.”
Al conmemorarse otro año más de la muerte del incansable sacerdote y guerrillero Camilo Torres, nos acercamos a su pensamiento, cada vez más inminente dentro de los procesos de lucha en América Latina.
Camilo nacido de una familia de clase media, supo desde adolescente interpretar las particularidades de un capitalismo salvaje, que dejaba desamparados a miles de colombianos y colombianas. Por esas contradicciones nacientes es que Camilo decidió hacerse sacerdote y aprender el mejor camino de la virtud cristiana. En 1960 regresa a Colombia sintiéndose obligado a apoyar activamente la causa por los pobres y la clase trabajadora. Ese año fue nombrado capellán auxiliar de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá. Se vinculó al departamento de Sociología de la facultad de Ciencias Económicas en calidad de profesor. Fue miembro fundador y presidente del Movimiento Universitario de Promoción Comunal, realizando junto con profesores y estudiantes, programas de acción comunal en barrios populares de Bogotá.
Esto conllevó a fundar el Frente Unido un movimiento de oposición a la coalición de los partidos Liberal y Conservador. Su movimiento buscaba atender las necesidades de las zonas rural y urbana, eliminar a toda costa la democracia restringida del Frente Nacional y la participación de la Iglesia en la Teología de la Liberación, fuente de un proceso de emancipación, basada en el amor como vía de liberación para los pobres de toda Colombia y América Latina.
Las contradicciones propias de un movimiento naciente y el desarrollo del pensamiento teológico y político de Camilo, lo obligan a disolver el Frente y partir a trabajar en la guerrilla. Renunciando a su trabajo como profesor y sacerdote, participó en ella como un miembro de bajo rango y proveyó asistencia espiritual e ideológica desde un punto de vista marxista-cristiano. Murió en su primera experiencia en combate, cuando el ELN (Ejército de Liberación Nacional) emboscó una patrulla militar colombiana. Luego de su muerte, Camilo Torres se convirtió en un mártir oficial del ELN. El ejército nacional ocultó el cadáver en un estratégico lugar separado de las demás fosas comunes y el lugar no fue revelado al público.
Las ideas de Camilo, siguieron su curso y su proyección de la mística revolucionaria han acompañado los procesos liberadores del ELN. Hoy más que nunca, cuando las dos fuerzas guerrilleras más grandes de Colombia se encuentran en franco dialogo con el gobierno, es imprescindible, tener a Camilo Torres, como presencia inspiradora, como motor impulsor en todo lo que hacemos desde nuestras regiones.