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Después del triunfo de Chávez… ¿qué?

ALAI

El reciente proceso electoral en Venezuela constituye un ejemplo de democracia para la región y para el mundo, concluyeron analistas que participaron en el conversatorio radial: “Después del triunfo de Chávez… qué?”(*), realizado por el Enlace de Medios para la Democratización de la Comunicación el pasado 18 de octubre.

En el programa, transmitido por ALER satelital, se hizo un balance del proceso electoral y sus implicaciones para América Latina. Participaron Gabriel Gil (venezolano, Coordinador de Producción Integral de ViVe Televisión), Aram Aharonian (uruguayo, de Question Digital, y ex director de Telesur), Irene León (de ALAI y FEDAEPS, Ecuador) y Ernesto Espeche (argentino de la Agencia Periodística de América del Sur –APAS y de la Universidad Nacional de la Plata).

Para Gabriel Gil, estas elecciones se caracterizaron por la gran participación popular con “una abstención minimizada del 19%, en un país donde el voto no es obligatorio”, un sistema veloz y automatizado, un poder electoral transparente y una alta confianza en el Consejo Nacional Electoral, todo lo cual ha demostrado que “Venezuela es una de las democracias más fuertes que podamos conocer”.

Esta realidad, ratificada por la misión internacional de acompañamiento, dejó sin argumentos a la campaña orquestada internacionalmente que buscó deslegitimar este proceso, campaña que Aram Aharonian caracterizó como “un nuevo globo de ensayo de la derecha internacional… donde combatieron sicólogos, sociólogos, encuestadores, periodistas, periosicarios, mercenarios, medios comerciales extranjeros y locales, y por suerte medios populares venezolanos y latinoamericanos”. Para el analista, “los misiles que lanzaron esta vez no fueron contra la inteligencia de la gente sino contra las emociones y las percepciones. Una larga campaña muy bien orquestada desde distintos capitales, en especial Buenos Aires con el Grupo Clarín y la Nación, de Washington y Madrid, con ABC y el grupo Prisa como cabeceras, trataron de crear un imaginario colectivo nacional y global sobre la inminencia del fin de la revolución bolivariana. Toda manipulación, falsificación, falta a la verdad y a la ética era totalmente viable en esa batalla, como así el silencio posterior”.

Irene León, quien participó en la misión de acompañamiento, destacó que a pesar de la heterogeneidad de la misión que incluía, entre otros, a instituciones electorales, parlamentarios, UNASUR, la Unión Africana, organizaciones sociales y medios de comunicación, de distintos continentes y diversas tendencias políticas “desde todos estos horizontes en fin logramos encontrar consenso sobre los puntos fuertes de este proceso electoral”. Esto es, a pesar de que muchos llegaron con dudas y cuestionamientos, terminaron reconociendo que fue un proceso de una perfección técnica excepcional.

Fue justamente con la confianza en la idoneidad de su proceso que Venezuela no invitó “observadores electorales”, sino “acompañantes”. Para León este hecho “fue una gran lección de soberanía”. Y agrega: “Hasta aquí la versión de la democracia liberal tutelada para nuestros casos para el Sur estaba legitimada. Esta nueva versión de decir: podemos observarnos entre nosotros mismos, y a la vez construir una versión soberana, esta faceta que es la democracia participativa, dejó una gran experiencia. Además, no se hizo deslegitimando a nadie, sino en una búsqueda de cómo construir nuestros propios principios de democracia”.

León considera que esta experiencia permitió también apreciar cuánto ha cambiado la sociedad venezolana en estos 14 años de la revolución bolivariana. “Lo que hemos visto de manera clara y tajante es una sociedad politizada, que hace 14 años no existía; y esto, tanto desde la izquierda como la vemos ahora con una propuesta que se cristalice en un plan de gobierno como el que presenta el presidente Hugo Chávez, como también politizada desde la derecha, buscando unas salidas para su propuesta”. Esto último se expresó, entre otros, en la campaña del candidato opositor Henrique Capriles, cuyo programa de gobierno retomaba varios de los avances del proceso bolivariano, como las misiones. Pero también en la participación y creatividad de militantes opositores para tratar de posicionar y relegitimar el discurso de la derecha.

Para León, esta politización de la sociedad y la visión participativa son hechos importantes a destacar para lo que plantea Venezuela hacia delante, que “no es poca cosa”, o sea, “ser una potencia socialista… en un proceso de articulación latinoamericana y del Sur; y que por último apunte hacia la creación de otra relación de poder en el mundo, fortaleciendo este mundo multipolar”. Esto es, se trataría no solo de romper con la sociedad de clases en Venezuela, sino de un proyecto latinoamericano y mundial. Sin duda fue por ello que el proceso electoral movilizó al mundo entero, con pronunciamientos y campañas espontáneas de apoyo en varios países; a la vez que explica la campaña tan fuerte de la derecha.

Dos proyectos integracionistas

Para Ernesto Espeche, la importancia del resultado electoral para América Latina se relaciona con el hecho que Venezuela ha sido el epicentro desde el cual se fueron tejiendo nuevos procesos de poder popular en América Latina y construyendo un modelo de integración popular.

No obstante, él destacó que “no es el único proceso de integración vigente”, pues “el proyecto histórico del sector conservador y de la derecha en América Latina ha sido también integracionista… para otros fines y desde otro proyecto político”. Justamente tomando como ejemplo el reciente proceso electoral en Venezuela, afirma que “claramente las estrategias de la derecha, la articulación de las grandes corporaciones mediáticas y las salidas posibles ante esta masividad del apoyo popular a los gobiernos democráticas marca una posible integración de la derecha ante este fenómeno. Es decir hay una integración posible por la derecha que se viene articulando en América Latina y tenemos experiencias de ella desde hace décadas, para proyectos conjuntos, como el Plan Cóndor de las dictaduras militares…”.

En tal sentido, Espeche considera que esta elección “muestra claramente cómo dos modelos de integración posible se pusieron de manifiesto en términos de opción electoral, y nuevamente el proyecto emancipatorio, democrático… fue el que se terminó imponiendo por el voto popular…” Por lo mismo concluye: “no hay un proceso de integración versus un proceso de desintegración. Hay dos modelos de integración posibles, y hay uno de ellos que tiene el respaldo popular necesario como para poder llevarse adelante y profundizarse”.

Participación y comunicación

Aram Aharonian discrepa con quienes argumentan que el 55,15% de votos que recibió Chávez no daría viabilidad a su gobierno, cuando de hecho “pocos gobiernos en América Latina y el mundo han tenido diferencias de 11 puntos sobre su rival”. No obstante, tanto él como Gabriel Gil admiten que ha habido errores en el proceso bolivariano y que ello explica en parte los seis millones y medio de votos que recibió Capriles. Errores de gestión, entre otros, de alcaldes y gobernadores, han creado descontento, reconocen. Ello implica retos para el futuro. Justamente uno de los debates en curso en este momento en Venezuela es si se debe abrir un diálogo de conciliación con la oposición para buscar consensos más amplios, y si ello permitirá cumplir con la propuesta de Chávez de profundizar el socialismo.

Para Aharonian, uno de los retos es retomar la relación intima que ha tenido el presidente Chávez con la base social, y que se habría ido perdiendo, a la vez que fomentar la participación para hacer crecer el poder popular. Pero se trataría no solo de “hacer participar para que voten, sino participar en las decisiones, en la discusión de los temas, con una construcción desde abajo”, lo cual implica una participación de toda la ciudadanía, no solo de los afiliados al partido de gobierno. En tal sentido, el desafío no sería tanto hablar con los líderes de la oposición, cuanto que reforzar el rol ciudadano. Es más –señala- “hay una necesidad de la oposición de comprender que el país no es el del 98. El país ha cambiado mucho” y que el mundo tampoco es el mismo.

“Hay gente a la que la revolución no le llegó, no le habló, no pudo conversar”, acota Gabriel Gil, y es fundamentalmente un problema de comunicación. Por lo mismo plantea que, desde el sistema nacional de medios públicos, como también desde los medios comunitarios, “debemos revisarnos… tenemos errores, hay vicios que se asumen como el sectarismo; muchas veces asumimos que la comunicación es simple propaganda y difusión cuando la comunicación es participación, escuchar los planteamientos de otros”.

Este debate tiene que ver con la vieja discusión sobre qué es un medio público, según Aharonian, quien explica que “hay una confusión grande en qué es lo público, lo estatal, qué es Estado, partido, gobierno. Se confunde lo que debe ser un medio público –que es de toda la ciudadanía– con un medio a disposición de una parte de la sociedad”, afirma. Y añade: “hay una cantidad de medios públicos y de medios populares que están fomentados desde el Estado y que muchas veces pierden su independencia y su posibilidad de decir cosas, justamente por esa posición de estar tutelados desde el Estado”. En esta etapa, es clave entender que la comunicación es fundamental para cualquier proceso democrático, que es una cuestión de dos vías, una posibilidad de participación, de discutir, de debatir, afirma este analista. “Decimos que estamos en una batalla de ideas, y para ello tenemos que tener los misiles bien preparados para poder ir a la batalla, saber cuáles son nuestras ideas, discutirlas y tratar de que ya no sean solo nuestras, sino que puedan ser de muchos más”.

Aram Aharonian opina que uno de los grandes déficits es el problema comunicacional en Venezuela, “desde hace muchos años el problema está planteado, de que no se cree en la necesidad de democratizar la comunicación en sí”.

El Enlace de Medios para la Democratización de la Comunicación agrupa a unos 26 medios y redes de comunicación de América Latina y el Caribe, comprometidos con la integración regional y el derecho a la comunicación para todas y todos. Se propone enlazar la difusión informativa de temas relevantes para los pueblos de la región. El de las elecciones de Venezuela es uno de ellos.

(*) El audio del programa, que dura 60 minutos, se puede escuchar aquí.

http://alainet.org/active/58958

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