Por Julio Córdova
- La influencia religiosa comenzó con la elección como candidato a Vicepresidente por UCS del pastor evangélico Humberto Peinado (fundador y uno de los líderes de la agrupación ultra conservadora Plataforma por la Vida y la Familia). Ello le dio un giro fundamentalista al discurso político de V.H. Cárdenas (que en su juventud fue parte de una iglesia bautista en Huatajata-La Paz).
- Esta presencia religiosa se hace más evidente con la designación como candidato a presidente por PDC del pastor presbiteriano Chi Yung. Con un discurso misógino y contrario a las diversidades sexuales. Confunde el discurso político con la predicación evangélica. Y con ello se ubica como tercero en las elecciones del 20-O.
- Se vuelve crucial en el ciclo de protestas ciudadanas después del 20-O. Sobre todo con el liderazgo de Fernando Camacho. Más que de postura “fundamentalista”, se trata de una “fuerte espiritualidad católica con influencias evangélicas”. La “entrega simbólica” de una Biblia y una carta de renuncia, minutos antes que Evo Morales comunique su renuncia por TV, fue central en la crisis. Se legitima para gran parte de la población la consigna: “Que la Biblia vuelva a Palacio de Gobierno”.
- Esta influencia religiosa tiene su colofón con la (auto) designación como Presidenta Constitucional de Bolivia de Jeanine Áñez. Hermana de un pastor evangélico en el Beni y cercana a estas iglesias. Participó en el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia en febrero de este año en Panamá. Es un congreso que reúne a la mayoría de organizaciones fundamentalistas ultra conservadoras del continente para coordinar líneas de acción a nivel regional.
Como Fernando Camacho, Jeanine Áñez ingresa a Palacio Quemado con la Biblia en lo alto afirmando: “hoy vuelve la Biblia a Palacio”. Parecía un acto de exorcismo para “expulsar influencias demoniacas” dejadas por Evo Morales (no sólo “el tirano”; sino también “el idólatra”). En el histórico balcón de Palacio Quemado, con Camacho al lado y probablemente alzando la Biblia que dejó el líder cívico 15 minutos antes de la renuncia de Evo, Áñez dice: “Esta Biblia es muy significativa para nosotros. Nuestra fuerza es Dios, el poder es Dios, que Dios nos bendiga queridos hermanos bolivianos”.
A prepararse, esta articulación entre poder político y discurso religioso conservador (principalmente de carácter evangélico), apenas comienza.