En esta entrevista, Irene León, socióloga ecuatoriana, integrante de ALAI, quien participa en el Consejo Hemisférico del Foro, caracteriza el contexto del continente al momento de la realización de este tercer Foro, “donde no solamente en Sudamérica sino en todo el Hemisferio los pueblos se identifican con la palabra cambio y con unas propuestas de cambio plurales”. León expone asimismo cómo este contexto continental se refleja en los seis ejes temáticos del III FSA, que enmarcarán los debates.
¿Cuáles han sido los cambios del contexto histórico en el que el Foro Social de las Américas se viene realizando?
El proceso del FSA se enmarca en un contexto hemisférico de resistencias al modelo en los últimos 30, 40 años, sobre todo impulsado por los movimientos sociales.
En el 2004 cuando se dio inicio a este proceso hemisférico, estábamos hablando de un contexto de resistencias, en el cual uno de los ejes importantes fueron las resistencias al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y desde ahí a los tratados de libre comercio. De lo que fue el contexto de resistencia al libre comercio, lo que queda es una resistencia a las instituciones del modelo y sus manifestaciones en las Américas, ese ha sido un eje fuerte. Por otro lado, en las Américas, buscando no sólo resistir sino definirse frente a su propia historia, un eje importante ha sido la resistencia de los pueblos, en general buscando construir una alternativa, y específicamente de los pueblos indígenas que han marcado históricamente una propuesta central de distintos contenidos, y que ahora confluyen en varias iniciativas en lo que se considera las nuevas propuestas de socialismo sobre todo en Latinoamérica.
¿Cómo se ha logrado combinar las iniciativas sociales locales con los ejes generales que cruzan al Hemisferio?
El Foro no tiene un eje prioritario, sino que más bien se abre a las propuestas de resistencias, de luchas y de formulación de alternativas de los pueblos, de los movimientos, de las distintas iniciativas sociales, y en ese sentido es un espacio abierto, en el que se han cristalizado las miles de iniciativas que existen y que conviven en el hemisferio y en el mundo.
Desde el 2004 el I Foro en Quito, el II Foro en el 2006 en Caracas, permitieron visibilizar varias cosas que ahora se están definiendo ya más en políticas y en contexto, por ejemplo, visibilizar la diversidad económica que existe en el hemisferio, que estaba subyugada totalmente y opacada por la mentalidad capitalista, que pretendía en este momento de la historia ubicar al neoliberalismo como la única vía para la humanidad. Al abrir un espacio de manifestación, de debate, de desarrollo del pensamiento crítico, el Foro permitió generar esta vitrina en la cual, no solo en el discurso, sino también en la práctica se evidenció que habían distintas formas de percibir la economía, la producción, que eso era lo que constituía el tejido social y económico de las Américas.
Ahora cuando la mayor parte de los países, de Sudamérica sobre todo, estamos emprendiendo procesos de cambio, esto se vuelve mucho más claro puesto que se están volviendo en cuestiones de consenso en los países. En Ecuador por ejemplo, ya la nueva constitución lo define como un país de economía diversa, que reconoce las distintas formas de producción, entre ellas el mercado, pero no como el único que era el paradigma capitalista. Lo interesante de este proceso, es que ha permitido que los movimientos desde los más chiquitos, los medianos, los grandes, todos confluyan para mostrar lo que están planteando.
Hasta antes del Foro sí habían iniciativas importantes, por ejemplo, a inicios de los noventa la campaña de resistencia indígena, negra y popular mostró la existencia de un amplísimo conglomerado de pueblos y de realidades, que coexistían históricamente y que hacían el presente, no el pasado, y que tenían una propuesta para nuestras sociedades, pero al abrir de una forma tan amplia confluyeron otros sectores que hasta ese momento no se habían manifestado, y que no se habían permitido encontrarse entre ellos para coordinar algunas iniciativas.
Así desde el 2004, el I Foro despuntó en una propuesta de articulación de problemáticas y causas, y por ahí, en una articulación de redes para generar propuestas comunes en torno a causas, que de alguna forma y por distintos motivos hasta ahí seguían como temas aislados. Al convocar esta posibilidad de generar una visión más integral y que ninguna causa estaba aislada del otro, se ha generado un proceso en el cual en las Américas hay una interacción importantísima entre lo que en otras partes se llaman redes temáticas. Al llegar al II Foro en Venezuela, ya las distintas redes generaron propuestas que asociaban problemáticas confluyentes de hecho: la desmilitarización con el libre comercio, la deuda, la desigualdad entre los géneros, etc., en una propuesta integrada.
Esto no se puede decir que se atribuye exclusivamente al proceso del Foro, son procesos históricos de las luchas sociales, de las luchas de los pueblos y del desarrollo de los movimientos que las impulsan, pero el Foro por su propuesta pluralista y diversa genera más posibilidades de encuentro, y ese es un gran aporte para el fortalecimiento de estos procesos.
¿Este puede decirse es un espacio de confluencia de los movimientos sociales para articular sus luchas contra el sistema?
El Foro no ha pretendido ser el espacio ideal para articular luchas, causas e impulsarlas desde ahí, simplemente propone un espacio para poner en común todo lo que se está formulando en términos de resistencias y alternativas al neoliberalismo, y por otro lado, generar un espacio para el desarrollo del pensamiento crítico y pensamiento propio. Esto último ha sido menos subrayado como un gran logro, no obstante para los pueblos del Sur, tiene una importancia fundamental, no solo porque el capitalismo retiró a los pueblos el derecho de pensarse a sí mismo, todo esto venía ya con un diseño de modelo, en el caso nuestro diseñado principalmente en Washington, y nosotros aquí no teníamos posibilidades de pensar, de planificar ni de visualizar nuestro presente y futuro.
Entonces esta importancia de generar un espacio para volver a apropiarnos del pensamiento y hacerlo desde nuestras posibilidades, reconociendo a éste como uno diverso que no se articula solo en torno al conocimiento occidental, sino a las distintas formas de conocimiento existentes, y también a las prácticas como formas de construcción del conocimiento, es una revolución.
¿Cómo incide el FSA en el nuevo momento de América Latina?
Ahora América Latina en particular, ha emprendido el reto de pensarse a sí misma, es un momento histórico sin precedentes, por lo menos desde la historia escrita que conocemos, este es un momento que no podemos minimizar, y en este momento de pensamiento propio y de desarrollo propio, el Foro se convierte en un espacio ideal.
Ahora hacia el III FSA que se realizará en Guatemala en octubre, obviamente tenemos un nuevo contexto. La evolución de los cambios en el hemisferio parece demasiado lenta a veces, pero también están haciéndose de manera rápida. De hecho lo que planteábamos en el 2006 en muchos casos se está concretizando como realidades, entonces el reto que ahora tenemos está como en dos velocidades: el uno, es el de continuar fortaleciendo una visión sustancial de cambio, como una propuesta de cambio hemisférico y de cambio mundial, porque eso es lo que propone el Foro, es decir visualizar un cambio de modelo; a la vez que se está haciendo y ya practicando esto como jamás ha sucedido en la historia del hemisferio, el ejemplo de Sudamérica, en el que apenas dos países no están inmersos en este proceso, de sustentar cambios de distinto tono, y claro, tenemos también dos colonias todavía que comparten territorio con nosotros, que son las Guayanas, y ojala puedan pronunciar su independencia en breve.
En este momento inédito, hay este tono de visualizar los cambios y colectivamente, debatir, reflexionar y darles una forma, que va a ser múltiple, porque una de las innovaciones del proceso actual es de reivindicar un socialismo diverso desde los distintos procesos emprendidos.
Por otro lado, buena parte del hemisferio está siendo acaparada por distintos embates del modelo capitalista, que obviamente va a sostenerse fuerte y que resiste a los cambios que se están proponiendo.
Entonces, entre las resistencias y las imposiciones de fuerza del modelo, hay distintas expresiones fuertes que se manifiestan en Mesoamérica que es la sede del Foro, el país que va a albergar el Foro es Guatemala. Esta Mesoamérica que está siendo cada vez más halada por el Imperio para ser un territorio suyo, un cómplice suyo en el peor de los casos, está como en disputa entre la apropiación que ya existe, entre la apropiación exterior y el dominio capitalista, y una búsqueda de identidad propia.
Es muy importante para el contexto hemisférico celebrar el Foro Social de las Américas en Mesoamérica, porque en Mesoamérica es necesario visibilizar todos los cambios que están pasando en el hemisferio, entre esos los cambios propuestos en América del Sur, y las innovaciones propuestas en términos de alternativas de las cuales los pueblos y los movimientos de Mesoamérica son parte. El Foro va a permitir esta visibilidad a toda esta ebullición que se está dando en las Américas, entre las resistencias fuertes y las formas de repercusión del modelo.
Mesoamérica está presa de las distintas formas de criminalización de la protesta y siendo que Centroamérica, en particular en la época más reciente, vivió un proceso intensivo de revoluciones, de resistencia de distintas formas; luego entró en procesos de paz que han llevado por distintas vías hacia la consolidación de la dominación tal como estaba antes o peor. Por ejemplo, no se ha desmilitarizado los sectores civiles dominantes, que ahora incluso llegan a pugnar con los Estados, entonces hay situaciones bastante delicadas que se están produciendo.
También todos los megaproyectos de integración que están ahí, el Plan Puebla-Panamá y ahora extendido hasta Colombia, consolidan esta visión geopolítica que hace de Mesoamérica un apéndice de Norteamérica. Los pueblos están resistiendo fuertemente, han resistido a esto, a los TLCs que ya han sido signados por los gobiernos neoliberales y que están ahora aplicándose de distintas formas. La realidad de Mesoamérica es un contexto bastante parecido al que vivió Sudamérica en todo el decenio pasado, pero los pueblos están también resistiendo.
Nicaragua está viviendo una propuesta de cambio, El Salvador tendrá elecciones en breve con serias posibilidades de triunfo de la izquierda, Panamá está viviendo una evolución hacia una propuesta de cambio, y en fin así estamos hablando de que no hay una sola fuerza que se mueve. En ese contexto es muy importante la presencia del Foro en Mesoamérica, para continuar construyendo este tejido no sólo de resistencia sino de propuestas de un modelo alternativo.
¿Se podría decir que el nuevo momento de América Latina es el paso de las resistencias a las ofensivas?
Esto es complejo, es un contexto de cambios y de resistencias, y de hecho la propuesta y la convocatoria para el III FSA está formulada en esos dos términos, porque estamos hablando de un momento inédito, donde no solamente en Sudamérica sino en todo el hemisferio los pueblos se identifican con la palabra cambio y con unas propuestas de cambio plurales, esto hay, existe y se está dando, incluido los Estados Unidos, hay unas resistencias importantes que se están generando desde actores nuevos y desde actores antiguos. Entonces hay esas dos velocidades. Es claro que el capitalismo no es un pan de dulce que va a decir, a ver aquí propusieron cambios, vayan; no, las resistencias del modelo son y van a ser enormes y contundentes. La militarización es un arma fuerte y es la pieza dura que se está manejando ahora, militarización del mundo y toda la atemorización y el chantaje que viene por la imposición de la fuerza y el retorno a viejas prácticas que ya a finales del siglo XX, se creía que estábamos evolucionando a otros principios de respeto, a lo humanitario; ahora retornan y se vuelven a aplicar con el pretexto del combate al terrorismo. La criminalización de la protesta, que es impuesta muy seriamente en Mesoamérica, las crisis sucesivas, que son crisis financieras pero ideológicamente aplicadas como si fueran crisis reales, como la crisis alimentaria que tiene su base real pero en la mayoría es una crisis especulativa, la crisis energética que tiene otro orden y es mucho más compleja. En fin, esto no es una cosa que se va a resolver porque en Latinoamérica tenemos propuestas electorales u otras, es mucho más complejo; y justamente por eso es importante generar debates, articulaciones, formas de resistencia, pero también formas de construcción.
¿Cómo están planteados los ejes de debate en los que se va a trabajar en este FSA?
En el Foro, el Eje 1 tiene que ver con discutir, intercambiar y proponer cuáles son los alcances de los desafíos que se han propuesto en el hemisferio, discutir el socialismo del siglo XXI, las propuestas de cambio civilizatorio que van mucho más allá de estos modelos, que están pensando en una concepción de mundo distinto y que están siendo planteadas en mucho desde las Américas, como ejes de lo que puede venir hacia delante. Esto es muy importante, porque puede ser que en algunos países por ejemplo, no estén planteadas propuestas de cambio civilizatorio, pero estas van mucho más allá de un contexto geográfico limitado, son propuestas para la humanidad. Esto es, poniendo el terreno del Foro hacia el futuro.
El segundo eje, tiene que ver con el debate sobre los pueblos en resistencia frente al neoliberalismo y la dominación imperial; no porque estamos tratando de encaminar un proceso de cambios este ya está dado. Va a ser una construcción larga de la cual apenas estamos tocando la puerta ahora, de ahí viene la importancia de estos debates, construir, reflexionar, mostrar lo que tenemos, mostrarnos entre nosotros quienes somos en el hemisferio y hacerlo desde los pueblos, desde los movimientos.
Después, vienen las cuestiones emergentes frente a esta situación: la defensa de las condiciones de vida frente a la propuesta depredadora del capitalismo, que es el tercer eje; y esto tiene que ver con lo que pasa ahora, la crisis alimentaria por ejemplo, que viene como una gran imposición del modelo, la imposición de los modelos extractivistas, el monopolio de la tierra, la militarización, todos estos temas que son las grandes estrategias. Frente a eso los pueblos y los movimientos no solo tienen resistencia, tienen propuestas fuertes; aquella de la soberanía alimentaria, es una propuesta de humanidad sin precedentes, porque está hablando de concebir los alimentos y la alimentación no sólo como un hecho de consumo, sino como un principio de sobrevivencia humana, que viene definido por distintas otras prácticas de soberanía, que incluye la vida privada de las personas. Hay subtemas importantes como aquel del trabajo y de las formas de producción, que cada vez más se sofistican desde la imposición del modelo, por ejemplo, con el desplazamiento de la maquila en Mesoamérica hacia Asia, se van creando otras condiciones de trabajo más precarias para la gente; entonces, es un momento importante para debatir los temas del trabajo.
El cuarto eje es de las diversidades y la igualdad, cuáles son los retos para la concreción. En este hemisferio ha habido importantes propuestas y resistencias históricas, que tienen que ver con la construcción de la diversidad, la importancia de la historia de los pueblos indígenas, los afrodescendientes. El Caribe es mayoritariamente constituido por herederos de personas de origen africano, tenemos un universo entero para construir diversidades. Luego, están otras propuestas de diversidades que han ido surgiendo y que son inherentes a la propia diversidad humana, con una visión diferente de la relación ser humano – Pachamama y viceversa, en la cual obviamente, desde la propia biodiversidad, está la diversidad en todas sus expresiones, el sujeto de una nueva propuesta de construcción de las diversidades en el hemisferio.
Otro de los ejes tiene que ver con Pueblos, nacionalidades indígenas y originarios, afrodescendientes y los retos de pensarse a sí mismos, como por ejemplo aquel del buen vivir, como una clave para el futuro, son una enorme propuesta de un mundo de diversidades. En este caso si bien se concibe toda esta propuesta como un eje transversal de la construcción de todo lo demás, es también importante por la historia de nuestro hemisferio, colocarlo como un espacio de debates y resistencias.
Correlacionado con todo lo antes dicho, está la cuestión de disputa ideológica, siempre el imaginario de los pueblos es lo que va a llegar a ser concreto algún día, uno de los ejes tiene que ver con eso, ahí están principalmente agrupados temas de comunicación, culturas, conocimiento y educación, como parte de la cuestión ideológica. Habrá un debate importante sobre las iniciativas de comunicación contrahegemónica y las interpretaciones de las nuevas tecnologías como el único eje que encamina hacia la modernidad y el futuro. En las Américas hay muchas propuestas de comunicación alternativa, que están sentando precedentes en distintos países, muchas de estas iniciativas son continentales, hemisféricas y están también no sólo en un proceso de debate y de disputa sino en uno importantísimo de prácticas y de construcción, esperamos que en el Foro estas ocupen un espacio importante.
Por otro lado, como también estamos viviendo en un momento de una arremetida ideológica del capitalismo bastante fuerte, este eje también será el espacio para debatir eso; es decir, hay una ideología conservadora que se trata de imponer incluso como parte de la cultura latinoamericana, es necesario visibilizarla, desde desmentir la falsa pretensión de que hay una mayoría del catolicismo conservador en el cual se aglutina el pueblo latinoamericano; hay múltiples expresiones, entre ellas está la iglesia popular que tiene una importancia trascendente no solo en Centroamérica sino en todo el hemisferio, y está muy asociada a una propuesta convergente con los ideales del Foro, con los cambios de modelo, con construir un mundo de igualdad, de justicia, un mundo diferente.
El Foro tiene dos ejes transversales: Género y Diversidades, porque obviamente hay ciertas cosas que tienen que ocupar un lugar importante para que se concreticen. Es decir, estamos hablando de construir un mundo nuevo, de hacerlo diferente, pero hay ciertos grupos sociales que han sido excluidos, entonces hay que priorizar y estos han sido colocados como ejes transversales, históricamente en los Foros.