Inédita. Histórica. Ejemplar. Cabilla. Todo esto y mucho más ha sido la jornada electoral en Venezuela. Exorcizados los riesgos de violencia, si la Derecha apelar al argumento del fraude será apenas por no defraudar a su audiencia; podrán señalar algún fallo del sistema, de seguro, pero por irrelevante no pasará de anecdótico: Ellos y nosotros sabemos que no han torcido la inclinación de la balanza.
Aquí lo que hay es fiesta. Desde temprano. Mucho antes del anuncio oficial de los resultados, al final de la tarde, en diversas comunidades populares la gente optó por celebrar en sus territorios, en respeto al acuerdo de esperar la palabra del árbitro electoral. Pero la alegría no daba para aguantar tanto, y los alrededores del Palacio presidencial, en Miraflores, comenzaron a llenarse con los que no querían quedar tan lejos del Balcón del Pueblo: “¡Les dimos pela!”, decía un motorizado al pasar.
Recién nos sumamos al festejo de esta victoria y no es que queramos irnos temprano; se trata de no perder de vista lo que ha estado en juego, los riesgos que sorteamos, los escenarios que plantea y las tareas que impone este último triunfo al movimiento popular y a la Revolución Bolivariana. Al fin y al cabo, y como ha repetido hasta el cansancio el mismo Presidente, el objetivo final no es su perpetuación en Miraflores sino la construcción del Socialismo del SXXI.
Aquello de profundizar la Revolución tiene que convertirse en tuétano: Para la estructura de gobierno sobre la cual descansa el joven Estado Bolivariano y para el chavismo popular. Y ya sabemos que, en este caso, compartir la consigna no siempre implica coincidir en los términos.
Le tomamos la palabra al compañero Presidente: a reconocer y rectificar para hacer “un mejor gobierno”. Nomás comiencen por escuchar, con humildad y de corazón: A demoler ya lo que queda del aparato del viejo Estado; a combatir la burocracia; a acelerar los mecanismos legales que garanticen el ejercicio del poder en manos del pueblo. Ésta última condición es la única garantía de continuidad del proyecto socialista bolivariano. Hay que decirlo, la Derecha sale fortalecida de este último lance electoral, sin duda. El análisis y la adecuada lectura de estos resultados en detalle, a escala regional y nacional, es tarea urgente. Por lo pronto, no bajemos la guardia: ni ellos ni sus patrones internacionales lo harán.
Desde el movimiento popular, huelga decirlo: Nosotros mismos somos. Hemos dado sobradas muestras de la capacidad de organización, de movilización y de acción propositiva. No estamos solos. Contamos con la solidaridad activa de los hermanos latinoamericanos y de otros continentes, en la defensa de este proyecto, que nos compromete pero que nos trasciende. Aquí nos jugamos la esperanza de ese pueblo sin fronteras que es todo ser humano, toda persona en el mundo que sigue creyendo en la utopía de un mundo más justo.
por: ANMCLA