¿Cómo se imagina la evolución de su país después de la renuncia de Castro?
Antes y también después de la renuncia de Fidel, mi deseo es que el socialismo cubano, sin dejar de pensar en el mañana, esté también a la altura de las necesidades de hoy. Que no deje de soñar y desear un ser humano y una sociedad mejores, pero desde la perspectiva que da la actualidad, no desde la que prefiguraron los pioneros del socialismo. Una vez lo dije en la Asamblea, cuando fui Diputado: que nuestro socialismo debía ser siempre perfectible.
¿Qué papel jugará el PCC? ¿Puede entorpecer la apertura, si la hubiera?
Desde mi visión de hombre sin partido, aunque con criterio, el PCC tiene el deber de recoger todas las opiniones del país, no sólo las de los que están a su favor. El PCC, por ser partido único, está obligado a ser plural y polémico en sí mismo, porque las contradicciones, la crítica y la autocrítica son fuentes muy importantes para el avance de cualquier sociedad.
¿Y la emigración y exilio?
Ambas palabras parecen sustantivas. Uno dice emigración y piensa en economía, y dice exilio e inmediatamente piensa en política. Creo que ambas pueden jugar su papel en el devenir cubano, cada una en su medida. La emigración porque ha sido una víctima de la realidad. El exilio porque es una respuesta a la misma. Lo único que no soporta ni creo que llegue a soportar la mayoría de los cubanos es que se pretenda humillar nuestra historia y someter nuestra soberanía, y con ello traicionar los ideales de José Martí.
¿Cuál es el principal riesgo que corre Cuba en este nuevo período?
Una interpretación errónea de los signos sociales, cegarnos ante la necesidad de un crecimiento, aunque no creo que eso sea lo que vaya a pasar. Eventualmente también pudiera aparecer algún “genio” de la Casa Blanca que de pronto decida “ayudarnos” con marines. Ese tipo de barbaridad está siempre latente, por desgracia.
¿Cree que la ingerencia extranjera podría llevar a Cuba hacia la Guerra Civil?
Una injerencia extranjera fundiría la nación cubana a la sagrada función de defenderse.
¿Qué papel puede jugar España en este proceso?
Creo que el que juega últimamente no está mal. Un diálogo fraterno siempre ayuda.
¿Qué modelo de país, qué sistema desearía para el progreso de Cuba?
Somos parte del llamado Tercer Mundo, donde el modelo neoliberal está en crisis, por ser camino de explotación y sometimiento. Así que por historia, por posibilidades, por nivel de desarrollo y hasta por geografía creo que el sistema que nos corresponde es el mismo que tenemos, o sea el socialismo. Tampoco dudo que el socialismo algún día pueda dar lugar a un sistema superior, pero eso estaría por ver.
¿Se puede ser aún revolucionario?
Desde Cuba, desde América Latina, sin dudas. Ojalá también se pueda, o al menos se comprenda, desde Europa.