Este pago es un escándalo inaceptable. Es una bofetada atroz para el pueblo de Haití que vive condiciones económicas muy duras. Constituye además una contradicción flagrante de las promesas del gobierno suizo con respecto a como actuar ante este tipo de situación.
Hacemos un llamado urgente para que entre todas y todos, evitemos un nuevo crímen en contra del pueblo haitian.
Antecedentes
La dictadura de los Duvalier dominó Haití de 1957 a 1986. En febrero de 1986, el joven dictador, Jean Claude, huyó del país como consecuencia de un sublevamiento popular reclamando el fin de la autocracia en Haití. A lo largo de sus 29 años, este régimen político, responsable de múltiples masacres y atropellos a los derechos humanos, permitió también un saqueo del patrimonio público y de toda la ayuda pública al desarrollo.
Un historiador haitiano, Michel Soukar, documentó recientemente el sistema de corrupción institucionalizado por François Duvalier, incluyendo lazos con la mafia neuyorquina y contratos leoninos, que contribuyó a liquidar los recursos del país a favor de su familia y allegados. La Oficina de NN.UU. sobre las Drogas y el Crímen evalua los fondos robados por la familia Duvalier en US$ 2 mil milliones. No cabe duda que las cuentas secretas de los Duvalier en el sistema bancario suizo fueron alimentadas por un dinero sucio, manchado de sangre y robado a la nación haitiana.
Los gobiernos que sucedieron a la caída de Jean Claude tomaron iniciativas jurídicas para recuperar los fondos robados; contrataron a una empresa privada norteamericana para realizar la investigación. Pero los generales del ejército haitiano que derrocaron al joven gobierno constitucional en septiembre de 1991, luego de apenas nueve meses de gobierno, pararon todo proceso judicial y facilitaron probablemente que gran parte de los fondos hayan sido puestos en diversos paraísos fiscales. A pesar de esto una pequeña parte de esos fondos fue entregada al gobierno de Jean Bertrand Aristide durante su exilio, junto con algunos apartamentos neuyorquinos que habían sido pertenencias de la esposa del dictador, Michelle Bennett.
Haití no debe nada, no debe continuar pagando
En el mismo momento que las autoridades helvéticas toman medidas para permitir la entrega a la familia Duvalier de los fondos robados, Haití se ve obligada a pagar una deuda ilegal, ilegitima, injusta y criminal. Más de 45% del stock actual de deuda pública reclamada a Haití fue contraída durante la dictadura de los Duvalier. Según la tradición jurídica internacional esta sería entonces una deuda odiosa: una deuda que Haití no tiene obligación jurídica alguna de pagar.
Haití es el único país de la región caribeña clasificado por las NN.UU. como país “menos adelantado” (PMA). Tiene un ingreso per cápita inferior a U$S 500 anuales, 45% de la población es analfabeta y la tasa de mortalidad maternal es una de las más elevadas del mundo (527 sobre 100.000). No obstante, según los informes de la CEPAL, durante varios períodos recientes Haití ha sido exportador neto de capitales. Durante el año 2003 el Estado haitiano invirtió sólo US$ 10.5 millones para la educación pública, mientras pagaba cinco veces ese monto –US$ 57.4 millones- como servicio a la deuda.
Durante el año 2006 el FMI y el BM incorporaron a Haití a la iniciativa de los “Países Pobres Altamente Endeudados” (PPAE) y el BID también prometió una anulación completa de los US$ 575 millones que reclama a Haití. Pero tanto la iniciativa PPAE como el BID impusieron condiciones, proponiendo al final una reducción gradual de tal vez unos US$50 millones anuales, atada a la aplicación del mismo paquete neoliberal que ya conocemos. Estas condiciones son totalmente inaceptables. Generan una situación global que impide todo proceso de desarrollo. Además los compromisos actuales significan que Haití seguirá pagando y tendrá que desembolsar más de US$ 150 millones solamente durante los próximos dos años.
Exigir justicia, tomar acción
El pueblo empobrecido de Haití son obligados a pagar una deuda ilegal, ilegitima y odiosa mientras que Jean Claude Duvalier, después de saquear los recursos de Haití durante 29 años, recibirá un premio de US$7.5 millones si las autoridades suizas no revierten su decisión antes del próximo 3 de junio.
Hay que parar este escándalo. No podemos permitir que Jean Claude Duvalier reciba esta plata. Debemos exigir que este monto sea inmediatamente transferido al gobierno de Haití para que pueden ser afectados a programas públicas de educación y de salud. Debemos además demandar:
· La anulación total, inmediata e incondicional de los US$1.3 mil millones de deuda injustamente reclamados a Haití.
· El cese de la impunidad en los crímenes económicos.
· La recuperación de todos los fondos robados a nuestros pueblos y que se encuentren en las Bancas del Norte.
· La realización de una auditoria Ciudadana sobre el proceso de endeudamiento.
· La reparación de todas las deudas históricas, sociales y ecológicas adeudadas al pueblo haitiano.
Hacemos un llamado urgente por la realización de acciones antes del 3 de junio de 2007, para reclamar al gobierno suizo que revierta su decisión a fin de defender los derechos humanos del pueblo de Haití.
Plataformapara un Desarrollo Alternativo (PAPDA-HAITÍ), Jubileo Sur.