El tema de la integración ha cambiado la dinámica tradicional de los encuentros hemisféricos contra el ALCA que se desarrollan desde el 2001 en la capital cubana. En esta sexta edición, el coloquio Integración y Movimientos sociales profundizó sobre las ventajas y desafíos de este proceso unificador de resistencias en la región.
Las políticas integracionistas que perfilan los estados neoliberales para los países del continente americano muestran hoy deterioro. El incumplimiento de las promesas neoliberales ha determinado esta crisis, pues lejos de lograr la inserción de nuestros pueblos en la economía global con resultados positivos, se han trasmutado en una especie de emboscada que los somete a un permanente desarrollo “hacia atrás”.
Según el mexicano Jaime Estay, a manos de los gobiernos que adoptan tratados neoliberales “no existe integración, ya que esta se encuentra al servicio de la ideología del poder transnacional.
“El hecho de que la Comunidad de Naciones Sudamericanas haya quedado como Reunión de Naciones Sudamericanas significa un fracaso, y muestra los síntomas de su inviabilidad, lo que nos devuelve la importancia de centrar la mirada en la integración que se está implementando desde Venezuela y otros gobiernos progresistas: la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).”
El ALBA trasciende la integración económica. Además de sustentarse sobre principios básicos como la solidaridad y la cooperación, constituye una respuesta frente al ALCA y al actual orden mundial. El ALBA es la expresión humanista de inserción de los países de la América Latina en el escenario internacional.
Los oradores mostraron experiencias concretas de los logros de esta iniciativa. Jacobo Torres, representante de la Fuerza Socialista de Trabajadores de Venezuela, expresó que el ALBA, que comenzó para los venezolanos desde el 2001 con la firma del primer acuerdo de cooperación entre el país andino y Cuba, ha posibilitado la atención primaria de salud a 13 millones de venezolanos.
Hoy dos millones de latinoamericanos han sido beneficiados por el método Yo sí puedo de alfabetización y 600 mil personas han recuperado la visión a partir del desarrollo de la Operación Milagro.
“Las conquistas del ALBA indican la necesidad de que gobiernos, trabajadores y movimientos sociales entren en diálogo para adoptar una agenda común hacia esta integración, sin perder la diversidad que nos caracteriza. Ese es el reto para construir otro mundo”, expresó Torres.
Por su parte, Miguel Palacin, Secretario de la Coordinación Andina de Organizaciones Indígenas, reconoció que los pueblos “no somos el folclor de las democracias, sino actores vivos”.
“La integración requiere la construcción de una agenda indígena latinoamericana que recupere la memoria histórica y que no pierda el ejercicio autónomo. Necesitamos políticas plurales que defiendan los derechos indígenas. Luchamos por el respeto a nuestros valores, y por el diálogo intercultural.”
Una de los rasgos que señaló Palacin como indispensables para una verdadera integración es la presencia de medios comunicativos democráticos y participativos que quiebren el monopolio de las grandes cadenas y muestren la acción de los pueblos en la construcción de otra realidad.
El panel sobre integración dio continuidad a las propuestas aprobadas por los pueblos en encuentros y cumbres, como la celebrada en Cochabamba recientemente, que evidencian un proceso irreversible hacia Otra integración.