Otra vez la capital cubana deviene escenario para la articulación conjunta de alternativas frente al neoliberalismo. Organizaciones y movimientos sociales de 33 países reflexionaron en torno a las consecuencias de los tratados de libre comercio y, en diálogo abierto, trazaron un mapa que evidenció los puntos cruciales de la lucha antineoliberal en diversos contextos del orbe.
Las intervenciones del panel “Libre comercio y movimientos sociales”, que inauguró las sesiones de este sexto encuentro, constituyeron un recordatorio de lo que ha significado la asunción por numerosos gobiernos de los tratados neoliberales.
El mexicano Alberto Arroyo enfatizó en los efectos de la Alianza para la Seguridad y prosperidad de América del Norte, tratado que fortalece afirmó los esquemas de la militarización y seguridad de los Estados Unidos en el área latinoamericana.
“Este tratado no logra un desarrollo tecnológico de nuestros países, sino que perfecciona los dispositivos de lucha contra los movimientos sociales”.
Asimismo hizo referencia a la pérdida del poder de los gobiernos frente a las transnacionales, las cuales “dictan a las administraciones gubernamentales los planes a llevar acabo; las transnacionales hablan con un espejo para acordar las negociaciones”.
Por su parte, Jorge Coronado, representante del Capítulo Centroamericano de la Alianza Social Continental (ASC) puntualizó las diferentes esferas que son afectadas por los tratados de libre comercio: la minería, la agricultura, la biodiversidad, el empleo y la propiedad intelectual, entre otras que ponen de manifiesto según Coronado la pérdida de la total soberanía para los pueblos.
Los complejos desafíos a los que se enfrenta el movimiento social latinoamericano tienen por base la firma de tratados de libre comercio en Honduras, El Salvador y Guatemala. “En estos momentos Costa Rica está en un proceso para impedir que sea asumido por el gobierno. Queremos que el TLC se convierta en una especie de referéndum, con el propósito de que el pueblo pueda decidir su aceptación o rechazo.”
“Tampoco hemos perdido de vista a la Unión Europea, que intenta penetrar a través de tratados similares a los de Estados Unidos, lo que profundizaría, la dependencia de los pueblos centroamericanos. Este es otro peligro que afrontamos”.
Marcos Arroda, de la Red Jubileo Sur de Brasil encaminó sus reflexiones sobre el tema de la deuda externa y el proyecto desigual de desarrollo que esta acarrea. Para Arroda “actualmente el comercio tiene otra función: lograr que los gobiernos continúen pagando una deuda eterna.”
La intervención de David Antuna, dirigente de una organización sindical petrolera de Trinidad y Tobago evidenció la ubicuidad de las políticas neoliberales que van más allá del contexto centro y latinoamericano y llegan al continente africano con la misma fortaleza e intención de dividir el movimiento social.
Según Antuna los acuerdos de asociación económica que propone la Unión Europea, sobre todo para sus antiguas colonias, en esencia reproducen las mismas estrategias neoliberales y, por tanto, tienen a similares consecuencias. De ahí la necesidad de “mantenernos vigilantes y unir nuestras fuerzas hasta derrocarlos”.
Hilda Sánchez, de la asociación sindical de Centroamérica mostró las experiencias de alternativas que se desarrollan como parte de la lucha antineoliberal. Las declaraciones que se hicieron extensivas en marzo de 2006 en Ginebra por el Grupo NAMA que integran organizaciones de Túnez, Namibia, Indonesia, Venezuela y otras regiones, demuestran la existencia de un eje articulado de resistencia.
Por su parte, el colombiano Enrique Dassa, representante de la Red de Acción Frente al Libre comercio expresó la significación que ha tenido para el área andina el fin de la iniciativa por constituir la Comunidad Andina de Naciones.
“Tras un proceso de treinta años, la Comunidad Andina de Naciones se ha desarticulado. Lo positivo que puede señalarse con respecto a este hecho es que acaba un proyecto de fuertes bases neoliberales. Sin embargo, al mismo tiempo, deja las huellas de una incomunicación entre los países que intentaban conformarla.”
“El fraccionamiento agudizado por las políticas de los Estados Unidos y sus tratados de libre comercio, podría provocar el nacimiento de un ALCA pequeño que cubra el Pacífico.”
Dassa señaló además que en Colombia, a pesar de la situación difícil por la que atraviesa, existe la Gran Coalición Democrática que centraliza las luchas de las diversas organizaciones sociales del país.
“Esta alianza podría en algún momento dar una sorpresa y que Colombia se una a los gobiernos progresistas que en Latinoamérica contribuyen a hundir definitivamente la agenda del libre comercio”.