El 13 de julio llegarán a La Habana 29 caravanistas de Pastores por la Paz que continúan asumiendo el reto de viajar sin licencia a la isla, a pesar del discurso del Presidente Donald Trump en Miami que dejó clara su intención de mantener y recrudecer el bloqueo contra Cuba.
Con este nuevo desafío, Pastores por la Paz celebrará los cincuenta años de su organización, surgida al calor de las luchas comunitarias en los Estados Unidos a finales de los años sesenta.
El Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr., que organiza el recorrido de la Caravana por varias comunidades del país junto al Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, y la Iglesia Ebenezer, recibirán a los caravanistas el propio día 13. Caminos conversó con Manolo de los Santos, coordinador de IFCO en Cuba, quien se refirió a la voluntad de su organización de continuar acompañando al pueblo cubano pese a la política de Trump.
¿Cuáles podríamos considerar como los principales acumulados de IFCO en estos cincuenta años?
Uno de los principales acumulados de la historia de IFCO en estas cinco décadas ha sido precisamente fomentar organizaciones comunitarias en Estados Unidos y enlazar éstas con la realidad fuera del país.
IFCO surge precisamente en un momento en que hay un resurgir del movimiento negro, un movimiento que va más allá de los derechos civiles, el “Movimiento de Poder Negro”, y fue instrumental en darle base a muchas de las organizaciones que hoy conocemos, desde el Centro de Atención a los Movimientos Democráticos y los movimientos campesinos en el Sur de Estados Unidos o el apoyo increíble que se le dio en la época de los setenta al movimiento indígena. Hubo un momento crítico en el inicio de la historia de IFCO que fue el fomento de esa base comunitaria de los movimientos populares.
Después se dio el salto de conectar estas mismas luchas con las que se estaban dando por la independencia en África. Uno de los primeros escándalos que produjo IFCO en Estados Unidos fue la donación de millones de dólares en ayuda al movimiento en Angola, en Guinea Bissau, el apoyo directo a Amílcar Cabral. Esto creó una ruptura en el movimiento tradicional en Estados Unidos.
Ya los últimos casi treinta años de lucha con América Latina y de acercamiento a Cuba han estado marcados por la lucha en favor del mejoramiento de las relaciones entre ambos países (Estados Unidos y Cuba) y terminar con el bloqueo.
El 17 de diciembre reavivó la esperanza de avanzar más rápidamente en la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Sin embargo, el discurso de Trump hace unas semanas puso en alerta a la comunidad internacional y a los amigos de Cuba. ¿Qué apreciación tiene IFCO sobre los desafíos que pone Trump en este camino, no sólo para su labor de solidaridad con Cuba, sino también hacia lo interno de los Estados Unidos?
Lo primero es que nosotros reconocemos que el 17 de diciembre fue un paso significativo en las relaciones Estados Unidos-Cuba, pero el gobierno norteamericano nunca dejó su política agresiva hacia la isla ni la idea de, por una vía o por otra, buscar un cambio de régimen. El presidente Obama fue muy claro desde el principio en reconocer que el bloqueo no funcionaba para el objetivo de ellos que era acabar con la Revolución Cubana.
El discurso de Trump es mucho más abierto y agresivo en ese sentido, pero mantiene el mismo objetivo. Crea una situación que va cortando muchos de los puentes que sí se han tendido en estos últimos años. Va en contra del más de medio millón de personas norteamericanas que han viajado a Cuba, han visto la realidad cubana con sus propios ojos y han comprobado que no es un país al cual tenemos que temer, ni es nuestro enemigo. Como mismo pasa con Cuba, sucede también con otros países como Venezuela y hacia lo interno de los propios Estados Unidos. Lo que Trump está planteando es una guerra contra nuestros pueblos que se expresa, por ejemplo, en los ataques contra las personas negras de E.U, contra los movimientos populares y en el hecho mismo de que IFCO sea limitado de su estatus de ONG.
Nuestra única respuesta puede ser aumentar los espacios de lucha, ampliar los espacios con los cuales podamos crear verdaderos enlaces o lazos de amistad entre Cuba y E.U, no basados simplemente en su belleza como lugar de turismo, sino en aprender de Cuba para las luchas en E.U, en abrir espacios para el aprendizaje común.
A la luz del discurso de Trump y las reacciones que ha provocado, ¿qué consignas trae este año la Caravana Pastores por la Paz?
Nosotros, incluso antes del discurso de Trump, ya habíamos planteado la idea de que precisamente ahora es cuando más se necesita hacer viajes a Cuba sin licencia del gobierno norteamericano. Ahora que Trump ha limitado aún más el tema de los viajes insistimos en que vamos a viajar sin licencia, sin permiso. No creemos que ellos tienen la autoridad moral, ni legal, para exigirnos de qué manera se debe viajar a Cuba.
En este momento nuestra consigna es que no vamos a darle marcha atrás a nuestra relación con Cuba. Diga lo que diga Trump, haga lo que haga su administración, nosotros insistimos en nuestro derecho y nuestro deber de acompañar al pueblo cubano y seguir compartiendo y trayendo un poco de Cuba hacia Estados Unidos.