El VII Taller Internacional sobre Paradigmas
Emancipatrorios sesiona en la sede del Centro Nacional de Conservación,
Restauración y Museología en pleno centro histórico de la capital cubana.
El evento, auspiciado por el Grupo “América Latina: Filosofía Social y
Axiología” (GALFISA), del Instituto de Filosofía de La Habana, el Centro
Memorial Dr. Martin Luther King y otras organizaciones e instituciones
cubanas, latinoamericanas e internacionales, en estos días propiciará las
reflexiones en torno a la diversidad e identidades en los procesos de
resistencia al sistema de dominación múltiple del capitalismo global, el
poder, la política y lucha por la emancipación, los desafíos a los
movimientos sociales frente a la recolonización imperial en América
Latina, y la civilización “más allá” del capital, con énfasis en la
búsqueda de alternativas frente a la cultura y la comunicación
hegemónicas.
Concepción Nieves Ayús, directora del Instituto de Filosofía, una de las
instituciones que organizan el evento dio la bienvenida a los
participantes. Por su parte, el reverendo Raúl Suárez, director del Centro
Memorial Dr. Martin Luther King, Jr, institución que celebra en estos días
su vigésimo aniversario, dirigió un mensaje a los presentes en el que
recordó cómo los pueblos nunca se sumaron a la política de aislamiento
contra Cuba, y cómo siempre llegó hasta los cubanos el aliento solidario
de muchos movimientos sociales y populares de nuestra América.
Testimonios desde los movimientos
Los significados políticos y culturales comunes de las luchas sociales,
así como las barreras y puentes para su articulación constituyeron la
esencia de los testimonios de
muchos de los participantes en este VII Taller que ha devenido en un
espacio de diálogo de saberes y experiencias comunes entre personas que
buscan desafiar el pensamiento único y construir alternativas diversas
frente a la sociedad neoliberal.
Jorge Coronado da testimonio sobre la experiencia de articulación de
diversos movimientos en la Alianza Social Continental.
A partir de la experiencia acumulada en la lucha contra el ALCA, quedó
definida la labor pedagógica como herramienta clave para lograr la unidad
de los movimientos de resistencia del continente.
“El gran desafío en estos momentos —dijo Coronado— luego de derrotar el
proyecto ALCA, es enfrentar a los TLCs. Para ellos debemos articular lo
nacional y regional con lo continental.
También se refirió a la necesidad de seguir trabajando por consolidar una
agenda con los gobiernos sin perder la autonomía de nuestro movimientos
para enriquecer un proceso de discusión multisectorial que incluya los
esfuerzos integradores donde los movimientos sociales tienen un papel
relevante.
El argentino Juan Roque habla desde la experiencia de Jubileo Sur, red que
centra su labor en la lucha contra la deuda externa. Recordó como Fidel en
1985 profetizó lo que significaría la deuda como elemento de opresión y
dependencia de nuestros pueblos ante el capital internacional. Jubileo Sur
proclama la ilegitimidad moral de una deuda que se contrajo de espaldas a
los pueblos y para beneficio de unos pocos y que ahora se paga a costa del
bienestar de nuestra gente. Y finalmente, llamó a no abandonar este tema
en la agenda de los movimientos y redes sociales.
Gerardo Cerdas de Costa Rica, desde su experiencia como coordinador
regional para Centroamérica del Grito de los Excluidos, abogó por
fortalecer el diálogo entre líderes y facilitadores de las organizaciones
sociales Para ello propuso trabajar juntas y juntos en el diagnóstico de
las barreras y crear una agenda inclusiva y articulada.
La ecuatoriana Irene León de Ecuador se refirió a las experiencias de la
Minga Informativa de los Movimientos Sociales y reconoció el aporte del
CMMLK en su consolidación que busca sumar esfuerzos de diversas
organizaciones y redes, como CLOC y Vía Campesina, entre otros. La Minga
propicia que los movimientos se expresen a partir de su propia voz, sus
visiones. Es también un espacio de reflexión y de formación que ha
fortalecido la capacidad comunicativa de los movimientos.
Miriam Nobre de Brasil, en representación de la Marcha Mundial de Mujeres
(MMM),
dijo que utilizar la razón y los sentimientos nos ayudan a entender y a
transformar la realidad. La Marcha es un movimiento feminista
anticapitalista que pone énfasis en la acción. Nuestro movimiento tiene
sentido si es capaz de educar a las mujeres en sus derechos y en la
comprensión de su propia situación. La lucha de las mujeres debe
integrarse cada vez más a la lucha general contra el orden capitalista
pues ambas forman parte del orden injusto impuesto por el patriarcado y el
capitalismo.
Resaltó la importancia de las alianzas con otros movimientos y sectores
sobre una base de confianza y de comunidad de propósitos. Puso como
ejemplo la alianza que la MMM tiene con la Vía Campesina. Lanzó una
interrogante: cómo podemos influir de manera más activa en los otros
movimientos y en las relaciones de poder que persisten en el seno de ellos
mismos.
Por su parte la mexicana Ana Esther Ceceña, integrante de la Campaña por
la Desmilitarización de las Américas (CADA), señaló que la militarización
camina invisiblemente como parte de la vida cotidiana de nuestros pueblos.
Cada vez más debemos visibilizar la protesta ciudadana frente a los
proyectos, leyes y acuerdos que regulan la presencia de bases militares en
la región.
Gustavo Castro, de Chiapas dijo que temas como la contaminación, el uso de
agroquímicos, la deuda externa, el ALCA, la integración energética del
plan Bush son retos a los que los movimientos tenemos que enfrentarnos
para sobrevivir como especie.
Anabel Estrella de la Red Mundial contra las Bases Militares en el
Exterior, relató el encuentro mundial recientemente celebrado en Ecuador y
la importancia del fortalecimiento de esta red integrada por
organizaciones de diversos países de la región. Entre sus debilidades
mencionó ciertas diferencias entre organizaciones del norte y del sur y
la falta de integración y complementación entre el trabajo intelectual y
la labor movilizativa.
Blanca Chancoso, del Movimiento indígena de Ecuador, inició su
intervención con un saludo al CMMLK en su XX aniversario.
“Nuestros pueblos tienen profundas raíces, dijo, y hoy nos presentamos a
la voracidad del modelo capitalista de dominación que pretender hacernos
desaparecer como pueblos originarios.
“Ahora nos hemos organizado mejor y estamos haciendo valer nuestra palabra
y nuestros derechos uniendo nuestros reclamos a los demás sectores que
también han sido excluidos y explotados. Reivindicamos nuestra identidad
como naciones y pueblos y a partir de ahí nos integramos en ese llamado a
la unidad en la diversidad. Por eso nuestra lucha es plurinacional,
pluricultural. En ese camino estamos fortaleciendo nuestro movimiento como
un reclamo continental, el de todos los pueblos originarios y vamos en
busca de una alianza también mundial”.
Con la presentación de las revistas Caminos, Marx Ahora y Utopía y Praxis
Latinoamericana continuaron las sesiones del VII Taller Internacional
sobre Paradigmas Emancipatorios.
Los testimonios de varios dirigentes de movimientos sociales y populares
de la región dieron cuenta de los significados políticos y culturales de
las luchas de los movimientos sociales, así como de los desafíos y
propuestas de articulación.
Gustavo Codas de la Central Única de Trabajadores de Brasil se refirió a
la experiencia de la Asamblea de Movimientos Sociales (AMS) en el proceso
del Foro Social Mundial.
“Si bien el Foro se ha definido como un espacio abierto, diversificado, de
encuentro entre organizaciones sociales —acotó—, se hace necesario ampliar
esta iniciativa surgida en el primer FSM de 2001 teniendo en cuenta una
agenda política común
de movilizaciones para el conjunto de movimientos que la integran.
“Es cierto que el proceso del Foro —dijo— ha sido una vía para visibilizar
las luchas globales, sin embargo, aún existen incomprensiones en relación
con la agenda de las Asamblea de Movimientos Sociales, que ha sido
calificada, por algunos, como una “nueva transnacional”.
El dirigente dijo que sería saludable recuperar lo conquistado por la
Campaña Continental contra el ALCA, que ha demostrado mediante una agenda
política común articular a las fuerzas, redes, movimientos sociales y
populares del continente, desde sus particularidades nacionales frente al
ALCA y los Tratados de Libre Comercio, aportando no sólo una metodología
coherente sino también logrando la unidad dentro de la diversidad.
“En la AMS sin embargo no se busca una nueva estructura, manifestó, no se
trata de nuevas redes sino de resignificar las luchas y hacer que
dialoguen con el resto de los actores sociales del continente, teniendo en
cuenta sus acumulados culturales y sus identidades propias.
Juan González, de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) hizo un
recuento histórico de las luchas de la clase obrera de su país contra las
políticas neoliberales y la criminalización del movimiento popular en la
época de la dictadura militar con la secuela de crímenes, desapasiones y
violaciones de los derechos que dieron al traste con la unidad sindical,
campesina e indígena.
“Aunque no somos— dijo— una confederación sindical, agrupamos a diferentes
sectores del movimiento obrero (trabajadores, desocupados, entre otros).
Nacimos en 1991 y contamos con una larga experiencia de acercamiento con
otras organizaciones campesinas, indígenas del país.
“La dictadura militar —expresó— dio paso a una “fachada democrática” que
lejos de crear un clima propicio para la consolidación de la unidad
obrera, profundizó el proyecto neoliberal y con ello la fractura de estas
organizaciones. Esto trajo consigo una discusión al interior de la (CTA)
que permitió visualizar nuestras deficiencias. A partir de ese momento,
nos constituimos como congreso con el propósito de unificarnos.
Por otra parte, la CTA ha desafiado el sesgo tradicional de los sindicatos
que sólo incluyen como miembros a trabajadores, empleados y registrados.
“Nosotros —señaló el dirigente— desde nuestro surgimiento, hemos creado
espacios abiertos de integración con otros movimientos sociales.
“Nos dimos cuenta, dijo, que más que un movimiento de trabajadores,
debíamos constituirnos en un movimiento popular. La lucha contra el ALCA
nos dio la posibilidad de aunar, darle coherencia y resignificar nuestra
resistencia no sólo a lo interno del movimiento sino a nivel continental.
“La única posibilidad de enfrentar el imperialismo —expresó— es a través
de la construcción de un proceso de integración desde los pueblos, por
ello, eventos sociales como las cumbres de los pueblos, y los propios
foros cuentan con la participación de la CTA. Nuestro objetivo es apoyar
la reconstrucción de una identidad de clases inclusiva,
Hedilberto Salcedo de la Central de Campesina e Indígena del Paraguay,
manifestó por su parte, la necesidad de continuar defendiendo la soberanía
frente al neoliberalismo, la vida frente al egoísmo y el pensamiento
único, y el rechazo a la militarización de la región.