Este 2013 abre para el Centro Memorial Martin Luther King (CMLK) una nueva etapa de trabajo enmarcada en un cuatrienio. Otra vez el punto de llegada se convierte en una arrancada, en un impulso para seguir caminando.
La planificación por estos meses es parte sustantiva de nuestra labor. Miramos el 2016 y nos imaginamos qué queremos y podremos alcanzar en el afán de tejer los lazos fuertes de las redes, la ecuménica Fe por Cuba y la de educadores y educadoras populares, pero también centrados en la coherencia entre nuestro decir y hacer a favor de Cuba y su gente.
Una de las propuestas que nos ocupan es la actualización de la Estrategia de Comunicación del CMLK. El documento que guió el trabajo en este sentido entre el 2009 y el 2012 fue una valiosa brújula que ayudó a tender puentes, vencer sospechas, a construir confianza y compromiso.
Varias sesiones creativas han permitido adentrarnos en las visiones y valoraciones que otras personas tienen de nuestras producciones editoriales y audiovisuales, de la presencia en los medios locales y masivos y de las oportunidades para compartir experiencias y saberes con diferentes actores territoriales, nacionales e incluso, continentales.
En los talleres que han tenido por sede el Centro durante este semestre preguntamos a sus participantes cómo y qué conocen de esta asociación macroecuménica, qué nos recomiendan para estrechar la comunicación con las personas que más puedan interesarse por nuestro quehacer y el de las redes que articulamos.
El ejercicio de pensar la comunicación que queremos nos lleva también a evaluar las publicaciones y otros soportes, a imaginar qué más podemos hacer o qué debemos cambiar. Se trata de buscar otras maneras de utilizar el acumulado alcanzado y de aprovechar al máximo las capacidades existentes ya e identificar qué nuevas habilidades necesitaremos para conectarnos de mejor modo en una época eminentemente comunicativa.
La Estrategia nuestra no será un insumo acabado, sino una guía para no perder el rumbo, para sumar las buenas ideas y movilizar las ganas de decir desde las voces populares y generar un espacio para el diálogo, para la reflexión crítica y propositiva, para la palabra que también construye.
No es casual que comenzamos julio con un taller de comunicación con representantes de ambas redes. Buscamos confrontar propuestas y alternativas para enriquecer las páginas de la Estrategia. El 2013 dejará pistas claves para el trabajo comunicativo, tanto a nivel informativo como de la formación. En lo adelante nos tocará a todas y a todos alimentar estas acciones, ponerle nuestra impronta, atrevernos a vencer la hoja en blanco para contar sobre la labor que nos junta en un territorio o en cualquier otro sitio.
No habrá acciones pequeñas ni grandes, sino intentos, porque nuestra práctica cotidiana es el mejor pretexto para comunicar la pertinencia en Cuba hoy de ser educadoras y educadores populares; de ser cristianas y cristianos, que viven la realidad como protagonistas de ella, no como espectadores.