Convocados por el llamado “QUIEN SE LEVANTA CON BOLIVIA Y EVO SE LEVANTA
POR TODOS LOS PUEBLOS Y PARA TODOS LOS TIEMPOS”, 1584 delegados y
delegadas de 13 países representando a 111 organizaciones nos hemos reunido en
Santa Cruz de la Sierra en el Primer Encuentro Internacional de Solidaridad con Bolivia,
porque la revolución y la solidaridad no es patrimonio de nadie, sino de los pueblos.
Reconocemos que vivimos y luchamos en los tiempos del nuevo PACHAKUTIK
anhelando la paz.
En esta coyuntura histórica en la que se abre el camino hacia la emancipación,
seguimos amenazados por una ofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo,
gobiernos neoliberales entreguistas, fascistas y sectores reaccionarios internos a su
servicio. Esa ofensiva incluye una grave escalada de militarización, de instalación de
nuevas bases militares, intentos de golpe de estado, planes de magnicidio político,
intervencionismo e injerencia en los asuntos internos, apoyo al divisionismo y al
separatismo para debilitar a los gobiernos revolucionarios y progresistas que hoy se
desarrollan en Latinoamérica y el Caribe.
Esa ofensiva tiene también como objetivo central el aniquilamiento de los pueblos
indígenas y naciones originarias, que heroicamente hemos resistido durante cinco
siglos. Por el contrario nosotros y nosotras estamos por la cultura de la vida y
rechazamos la discriminación, el sexismo, racismo, el colonialismo, el fascismo y todas
las maneras que hacen a la cultura de muerte.
Los pueblos indígenas y los movimientos sociales y populares aquí reunidos, nos
levantamos por Bolivia y por Evo Morales, exigimos justicia para nuestros hermanos y
hermanas, y celebramos la refundación de Bolivia que se llevará a acabo con la
aprobación del nuevo texto constitucional.
El plan Colombia, el plan Puebla Panamá, entre otros, la activación de la IV Flota Naval
de los EEUU, el incremento de sus efectivos militares bajo la fachada de proyectos
humanitarios, los ejercicios militares conjuntos con ejércitos aliados, el financiamiento a
grupos reaccionarios internos de manera directa y bajo la forma de programas de
ONGs, la criminalización de la legítima protesta social y popular, se realizan bajo los
falsos pretextos de combatir el terrorismo y el narcotráfico.
Nuestros pueblos están cada vez más consientes de que los verdaderos terroristas son
el imperialismo y sus gobiernos aliados, y que la escalada de militarización que
imponen a nuestro continente se encamina al control y la continuidad de la apropiación
La revolución y la solidaridad no son patrimonio de nadie, sino de los pueblos
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