En realidad nos debe de preocupar sin dudas lo que en la actualidad plantea el gobierno cubano en cuanto a las medidas a tomar que como primera cuestión debemos de tener claro que tendrá fuertes costos sociales, pero no insalvables.
Hoy ya Cuba no es la Cuba que en la década del 50 y de allí hasta nuestros días tomó medidas realmente revolucionarias en todos los campos, las medidas políticas fueron la expropiación al gran capital, la distribución de la poca o media o mucha riqueza generada para toda la gente durante todo el proceso revolucionario, derechos inalienables que tuvieron frente a la salud, la educación, el alimento, la vivienda, la salud.
La exaltación de valores tales como la solidaridad internacional innegable del pueblo cubano en miles y miles de médicos, maestros, socorristas desperdigados por todo el planeta.
Frente a la refundación capitalista de la ex URSS y la refundación capitalista en curso de China, la Cuba revolucionaria fue quedando cada vez más a la merced del sistema capitalista y aún así siguió empecinadamente resistiendo el bloqueo del imperialismo.
Y hubo que sobrevivir, siguió pensando y haciendo un culto a la igualdad de derechos como los antes mencionados para su pueblo, permanentemente bombardeada por el mundo capitalista. Cuando por día por ejemplo de Guatemala, El Salvador, Honduras emigran de 400 a 500 personas diarias, nada se dice, sin embargo, cuando un cubano se va de la isla se publicita como si fueran miles y este hostigamiento de los medios masivos de comunicación se amplifica a diario en todo el mundo.
Desde el campo de la izquierda de todo nuestro continente en vez de hacer como la avestruz (esconder la cabeza, dejando fuera su cuerpo), o lo que es peor dar señales confusionistas con respecto a nuestra actitud política, debemos no solo de preocuparnos por esta situación sino que desde el campo de acción de cada uno, redoblar la solidaridad en cuestiones concretas hacia el pueblo cubano.
La Cuba revolucionaria no sólo tiene enemigos en la derecha y el imperio, también en la izquierda bucólica que o no se pronuncia, o cuando lo hace, mejor no abriera la boca.
Entonces se trata por ejemplo de que hoy sin dudas, la economía cubana está pasando una gran crisis y ya no soporta el peso presupuestario que satisfaga como lo hizo hasta hoy los derechos de su pueblo.
Se habla de 500.000 trabajadores del Estado que quedarían cesantes, como salida se estructuran propuestas que a decir verdad aún no están del todo claras. Una preocupación primaria que siento es que se está hablando de cooperativizar muchas empresas hoy estatales, también distintas tareas que hoy ya se hacen por cuenta propia.
Es fundamental volcar nuestra experiencia en los distintos campos del cooperativismo, vivienda, producción etc. No alcanza con pronunciamientos a favor hay que acercarse a Cuba, con alegría sé que ya existen organizaciones uruguayas pensando en ello.
Cuando el Ché planteaba la necesidad de que el proceso revolucionario y socialista se expandiera en el mundo, no se equivocaba, tenía toda la razón política que demuestra que aquella Cuba necesitaba prodigarse en más países porque el sistema socialista es internacional o perece, porque se vería obligado más tarde o más temprano a entrar en las reglas del mundo capitalista.
Hoy todas y todos debemos proponernos como tarea apoyar a Cuba pero siempre desde la izquierda, intentando con toda la humildad que siempre es revolucionaria, volcar al pueblo cubano la experiencia y las ganas de profundizar el socialismo, esto pasa no por encontrar economías mixtas con el capital, sino porque las trabajadoras y los trabajadores cubanos tomen cada día más el control político de sus empresas.
La revolución cubana cometió errores, claro que sí, pero cometió más aciertos indudablemente, el problema estriba en un problema real y material, la economía internacional va contra la Cuba revolucionaria y a favor de hacerla abdicar de sus postulados socialistas. Se cuenta con un pueblo como el cubano que aún cree en su revolución, que pasa momentos difíciles, pero las reservas morales templadas al calor de una resistencia al imperialismo durante 50 años, nos hacen pensar que en la medida que cuenten con toda la solidaridad que tantas veces ellos nos han dado, pero esta vez por parte de nosotros, se impedirá la restauración capitalista.
Este es el debate central que hoy se deben no sólo los cubanos y cubanas sino todos los latinoamericanos conscientes de que el capitalismo demostró ya con el sacrificio de las inmensas mayorías ser un sistema absolutamente irracional y nunca como hoy en franca decadencia.
por: Gustavo González, Ex secretario general de Fucvam desde La Habana, Cuba.