Llegaron desde el Sur, desde las naciones mestizas, indoamericanas y
caribeñas. Algunas y algunos, como los ecuatorianos, no ocultaron el
cansancio del viaje en avión desde el “centro del mundo” hasta la mayor de las Antillas. Sin embargo, todas y todos se juntaron, como hermanas y hermanos, en el Centro Memorial Martin Luther King (CMLK) para “ver, juzgar y actuar”, como predicó el obispo Leonidas Proaño.
Durante una semana compartirán sus experiencias con cubanas y cubanos, también líderes eclesiales, pastoras y pastores e integrantes de
instituciones y centros ecuménicos de la Isla. Tendrán ocasión de
conocernos más de cerca, de saborear nuestra sazón, nuestros ritmos y
bailes, saber más profundamente sobre lo que nos identifica como nación y como cultura. Y nosotros, podremos aprender de sus duras luchas y sus esfuerzos en los barrios y comunidades de base, y sobre los procesos que desarrollan para que el Evangelio se haga carne en el sentimiento y las necesidades de los más pobres y necesitados de América.
Un saludo de bienvenida llegó en la voz de Joel Suárez, coordinador
general del CMLK: “Es una alegría compartir con ustedes estos días. Es
nuestro deseo que este encuentro sirva también como pretexto para celebrar los cincuenta años de la Revolución desde nuestras tradiciones religiosas reconociendo que lo hacemos, en una nueva coyuntura latinoamericana, con hermanas y hermanos de Ecuador, Paraguay, Bolivia, Venezuela, y otros países. Lo hemos concebido como un intento pequeño, modesto que pueda sumarse a los esfuerzos por recuperar, en algunos casos y, en otros, mantener o reforzar, la voz del movimiento ecuménico continental”.
“Aunque somos optimistas —señaló— las realidades del área y del mundo no dejan de ser complejas. Estos serán días para fortalecernos.
Lamentablemente las “fuerzas del mal, teológicamente hablando, están
instaladas en nuestra área de modo muy fuerte: las corrientes
neoconservadoras, los llamados “nuevos movimientos religiosos” erosionan muchas de las construcciones que durante años hemos venido haciendo. Este evento también quiere expresar el trabajo que en los últimos años ha venido realizando el CMLK en el campo eclesial, ecuménico y con los movimientos y organizaciones sociales del continente”.
Por su parte, Raúl Suárez, director del CMLK y diputado al Parlamento
cubano por Pogolotti, primer barrio obrero de Cuba, expresó que desde hace tiempo “queríamos reunir a representantes de varios países de América, que de una u otra manera, conforman el nuevo escenario político de nuestro continente”.
“En nuestro micromundo religioso, confirmó Suárez, los políticos y,
especialmente, la derecha apoyada también por las jerarquías religiosas, manipulan de una manera grosera los sentimientos religiosos de la gente común, apartando a los pobres de la tierra de sus verdaderos intereses y necesidades reales, concretas, haciéndoles creer en promesas sin sentido que sólo alcanzarán en el “más allá”. Esas son expresiones del fundamentalismo religioso que se ha venido asentando en nuestros pueblos en los últimos años. En medio de este contexto, tenemos que preguntarnos qué hacemos quienes practicamos el Evangelio y creemos en su Palabra, cuál es nuestro papel como cristianas y cristianos en estos tiempos de cambio”.
“Habíamos insistido en que este primer encuentro se organizara en Cuba
porque, y lo digo sin asomo de alarde, ninguna nación expresa la
resistencia, la solidaridad que nuestro pueblo ha dado y continúa dando al mundo, en especial, a los pueblos pobres. ¿Qué hubiera sido de los pueblos latinoamericanos, caribeños y del mundo, si Cuba hubiera imitado a esos países que bajaron sus banderas, traicionaron sus propias historias y se plegaron a la ola neoliberal y capitalista de este tiempo?
El viceministro de Cultura, Fernando Rojas, invitado a la inauguración del “Encuentro de líderes cristianos en procesos de cambio” que reúne en La Habana a unos 40 hombres y mujeres de organizaciones comunitarias de fe de 12 países de América, al referirse a taller reflexionó: “Si algo quisiéramos que se llevaran con ustedes de nuestro país en estos días es que puedan apreciar los esfuerzos que hacemos desde la cultura por romper con los modelos culturales impuestos desde los centros de poder global. Y aunque sabemos es una tarea difícil, pues se trata de navegar contra la corriente, no la creemos imposible”.
Entre las actividades a las que asistirán los líderes cristianos en esta semana está su participación el día 10 en un evento internacional que sesionará en el Palacio de Convenciones con motivo del aniversario sesenta de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que congregará en nuestra capital a unos 120 representantes de organizaciones sociales, populares, políticas y académicas para reflexionar sobre la vigencia del concepto de derechos humanos y los desafíos para nuestra América y el mundo.
“Ustedes —afirmó Rojas— son personas con experiencias de trabajo
comunitario, con liderazgo eclesial que parten de las premisas con las que nuestro Estado e instituciones han trabajado siempre con el CMLK y con el conjunto de la sociedad civil cubana, es decir, las premisas de la participación, de la formación y a la comunicación. Y me parece excelente que en este taller puedan discutir sobre estos asuntos y lo hagan desde la perspectiva de esa concepción tan relevante para nuestra época, en particular para el área en que vivimos, que es la Teología de la Liberación. Ustedes han tenido que trabajar y luchar mucho para preservar el tipo de pensamiento y práctica social que sustentan y defienden, por eso nuestro máximo respeto y reconocimiento por ese esfuerzo”.
Finalmente, Caridad Diego, Jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido, al agradecer a los presentes la invitación y expresarles su saludo, se refirió a la importancia que tiene la reflexión que pueda hacerse en estos días pues sin dudas, “el hecho de reunirse y aportar ideas acerca de cómo trabajar en conjunto de una manera ecuménica, cristiana en apoyo a los cambios que tienen lugar hoy en función de los más pobres es un inmenso reto no sólo para ustedes, sino también para todos nosotros porque nuestra América vive hoy un momento de integración y de profundas transformaciones sociales y políticas.
Ustedes tendrán la posibilidad de compartir con varios compañeros y compañeras quienes podrán decir también, desde sus diferentes perspectivas, qué construimos y cómo lo hacemos desde Cuba pero no en el sentido de enseñar recetas pues se sabe que cada pueblo construye de acuerdo a su historia, a su experiencia, pero siempre algo puede tomarse del otro, de los otros, lo que sea mejor,
lo que pueda ser más útil”.
“A eso, precisamente, aseveró Diego, es a lo que nos convoca este
encuentro que ha organizado el CMLK, un esfuerzo muy importante para la integración de un sector nada despreciable en América y El Caribe. Estamos hablando de millones de personas que tienen y profesan una fe religiosa. Y si esa fe religiosa puede apoyar a los cambios sociales en función de los desposeídos y oprimidos, de los que más lo necesitan, vale la pena este tipo de encuentro, y vale también poder repetirlo en otro país de nuestro continente porque lo esencial es que ustedes puedan hacerse más fuertes y aportar y compartir estas experiencias no sólo para sus países sino para otras naciones de toda América”.