Producir mensajes alternativos desde una perspectiva de género, que visibilicen a las mujeres como sujetos de la noticia y, a la vez, conseguir espacios propios en un universo informativo dominado por las transnacionales de la comunicación, fue tema de debate en el recientemente finalizado 8vo Encuentro Género y Comunicación celebrado en La Habana
¿Cuál puede ser nuestro espacio en un mundo donde medios con fines como el nuestro ya no son una excepción? “, se preguntó la periodista mexicana Sara Lovera, fundadora y actual corresponsal de SEMlac, al contar las experiencias de este proyecto informativo, nacido a fines de la década del setenta del pasado siglo.
En el panel Experiencias comunicacionales alternativas a la comunicación androcéntrica, Lovera detalló el nacimiento de lo que hoy es SEMlac, primero como un proyecto de la agencia internacional de noticias Inter Press Service (IPS) -vinculado a la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco) – y su fortalecimiento posterior como servicio independiente que busca “una mirada diferente al periodismo, salir del publicitario de los grupos de poder”.
Según la periodista, con su surgimiento “asistimos por primera vez a la aparición de un servicio mundial de noticias elaborado exclusivamente por mujeres profesionales de la información, capaz de competir en el mercado de la información con las antiguas y posicionadas agencias internacionales de noticias”.
“Hemos decidido no ser una simple caja de resonancia del sistema”, precisó Lovera, con amplia experiencia en los medios de comunicación y fundadora también de la Agencia de Noticias de la Mujer de México (CIMAC) y del suplemento Doble Jornada en su país. La comunicadora llamó a investigar y a buscar una mayor presencia en espacios académicos, redes y otras organizaciones internacionales.
Otras dos experiencias, Ameco Press, de España y la Minga informativa de los movimientos sociales, coordinada desde el Centro Memorial Martin Luther King, en Cuba, y la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI) en Ecuador, fueron puestas a consideración de quienes participaron de la jornada.
La colega española Cristina Pérez Fraga presentó a Ameco Press como una agencia “para la igualdad”, que promueve “buenas prácticas” a través del periodismo especializado y apuesta, sobre todo, a la elevada superación de quienes elaboran sus contenidos.
En su presentación, Pérez insistió en que un periodismo que no oculta a las mujeres “debe hablar en primera persona”, buscarlas como protagonistas de la información y situar sus problemas en la agenda política y mediática.
La propuesta hacia la igualdad de Ameco Press también incluye adoptar una agenda feminista; utilizar lenguaje no excluyente y abordar de forma adecuada temas como la violencia de género.
En su intervención, además, Pérez volvió a poner sobre el tapete el viejo debate acerca de la objetividad del periodismo. “Sed lo más subjetivas que puedas”, pedimos a nuestras periodistas todos los días, confesó la ponente, en línea con el criterio feminista de que lo cotidiano también es noticia.
En ese camino, la cubana Isabel Moya, presidenta de la Cátedra de Género y Comunicación del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, apuntó que las escuelas de comunicación se están replanteando el viejo principio del periodismo objetivo y se empieza a hablar cada vez más “de responsabilidad social”.
La también periodista cubana Idania Trujillo presentó la experiencia de la Minga informativa de los Movimientos Sociales como otra vía para abrir espacios a las voces no escuchadas de los pueblos. Esta experiencia incluye talleres de formación de comunicadores para alcanzar un diálogo mediático, más participativo y democrático, proceso nada sencillo, que “implica muchos desaprendizajes”, precisó la periodista.
Uno de nuestros principios básicos es “formar comunicadores desde un modo esencialmente cuestionador” de la realidad, acotó Trujillo.
En el debate también trascendió la necesidad de enseñar a los públicos a seleccionar la información pertinente para transformar el mundo y la urgencia de no solo dar voz desde el periodismo a protagonistas de sectores excluidos, sino dotar de herramientas a esas minorías para que puedan, ellas mismas, alzar la voz.