Declaración del espacio feminista “Berta Cáceres”
Un nuevo Paro internacional de mujeres contra el patriarcado capitalista nos convoca este 8 de marzo a denunciar la explotación, opresión y discriminación hacia las mujeres que se ocultan y enmascaran de forma cada vez más sofisticada para maximizar las ganancias del capital con rostro de varón, blanco, viril, exitoso y adinerado.
Las Mujeres del Espacio feminista “Berta Cáceres” del Instituto de Filosofía de Cuba este 8 de marzo paramos para celebrar los 112 años de conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Un día, resultado de muchos y principio de otros más, un día a partir del cual nos ubicamos en la historia de las luchas anticapitalistas con autonomía y conciencia política propia.
El Día de la Mujer nunca ha dejado de provocar sospechas y estremecer posturas políticas con un impacto dramático para los movimientos y partidos socialistas. Celebrar el 8 de marzo, significa reconocer públicamente la dignificación de las mujeres cubanas y el reconocimiento a nuestra condición de sujeto revolucionario que seguiremos en lucha porque aún hay cuestiones no resueltas que entorpecen la plena emancipación humana: La supremacía de la producción mercantil sobre la reproducción de la vida; la hegemonía política que enfrenta la autonomía de los movimientos de mujeres como lastre de la diversidad social; la dicotomía de los espacios públicos y privados y la subestimación de lo social como espacio común; el control de los cuerpos y la sexualidad femenina; el divorcio entre la producción y reproducción de la vida.
Somos feministas y revolucionarias y trabajamos por el fomento de una conciencia crítica respecto a la existencia de una cultura machista, desafiamos desde lo cultural, político y económico la retórica idealista de la “plena igualdad de géneros” y reconocemos la existencia de una subjetividad femenina resultado de una participación real que abrió caminos para nuestra realización individual, promovimos estilos de vidas colectivos, impulsamos políticas públicas, normativas y leyes a favor de los cambios que obligaron a ajustar la base material con la espiritualidad femenina para conquistar la justicia que hoy defendemos.