El diálogo para las negociaciones entró en su tercer día de paralización, pues el gobierno de facto de Roberto Micheletti sigue manteniendo su posición de retardar el proceso de conversaciones para ir a las elecciones presidenciales previstas para el próximo mes de noviembre y no devolverle el cargo que legalmente le corresponde al mandatario constitucional.
Por otro parte, un nuevo foco de tensión se ha presentado en el país centroamericano, cuando la policía de facto ha comenzado a exigir la necesidad de permisos 24 horas antes para la realización de manifestaciones, después de que el gobierno de facto derogara el estado de excepción en el país.
Tropas antimotines cercaron este jueves una protesta del Frente Nacional contra el golpe de Estado en Honduras. Asimismo, los uniformados de facto impidieron a sus integrantes realizar una marcha hacia el centro de la capital como lo tenían previsto.
Representantes de Zelaya y el presidente de facto congelaron las conversaciones la noche de este martes, luego del cruce de propuestas y contrapropuestas desde el pasado viernes. Sin embargo, el mandatario legítimo ha alargado la fecha de plazo que había estipulado hace seis días (15 de octubre) para que se tomara una decisión.
El presidente Zelaya “ha hecho todas las concesiones posibles para asegurar el éxito del diálogo y la salida política de la crisis”, manifestaron los delegados del mandatario legítimo.
Los delegados zelayistas anunciaron en un comunicado que el diálogo sigue abierto, pero no volverán a la mesa hasta recibir propuestas serias que conduzcan a una solución negociada del conflicto.