Bienvenidos y bienvenidas a este Encuentro nacido de la fuerza de todos ustedes y de muchos que no han podido llegar, de sus luchas, de años de movilizaciones y esfuerzos de todo tipo. Esta sala está llena de historias de resistencias.
El Centro donde nos encontramos fue sede de la batalla de ideas, aquí se formaron jóvenes trabajadores sociales y se desarrollaron una serie de programas sociales de la revolución dedicados a grupos desfavorecidos tras los años del duro período especial. Aquí formamos a los primeros venezolanos que después, en cursos más sostenidos fueron base del Frente Francisco de Miranda en Venezuela y hoy todavía hay miles de estudiantes africanos en este lugar, es un símbolo también del internacionalismo y la solidaridad. El lugar donde dormimos, la Villa Panamericana, nos recuerda que lo posible es siempre una construcción. En 1991, pleno período especial, a Cuba le tocaba organizar los Juegos panamericanos y esa fue la Villa de los deportistas que vinieron de todas partes del continente. Fue construida con horas de trabajo voluntario de cubanas y cubanos. En aquellas competencias quedamos en primer lugar.
Las organizaciones miembros del Capítulo cubano de la articulación de movimientos sociales hacia el ALBA, hemos convocado a este encuentro que se coloca en una historia de esfuerzos recientes de construcción amplia que intentaron movilizar a los diversos actores tras el declive de la campaña contra el ALCA, del Foro Social Mundial y del Foro Social de las Américas.
Hace diez años derrotamos el ALCA con un proceso en el que tuvimos la posibilidad de articular una alianza social en toda la región con gran diversidad de fuerzas y actores en un compromiso de acción común, con Encuentros Hemisféricos en la Habana como espacios para definir estrategias comunes y líneas de acción, que resultaron en un ascenso de las luchas y movilizaciones.
Hoy no hemos dejado de resistir. Las luchas se multiplican. Hay un nuevo momento y territorio político. Sin embargo, no tenemos una plataforma lo suficientemente amplia, diversa, plural, con la dimensión necesaria; hoy no tenemos un proceso así que nos permita incidir con fuerza en el escenario actual, reaccionar con rapidez o impulsar con solidez nuestras alternativas.
Sintiendo esa necesidad, y reconociendo el avance de la derecha en casi todos los países de la región, a propósito de los diez años de la derrota del ALCA, algunos amigos exploraron la posibilidad de un encuentro en Cuba, – frente a la dificultad de hacerlo en Argentina por varios factores, entre ellos las elecciones-, para evaluar dónde estamos en este momento.
Nosotros nos esforzamos y ustedes respondieron. Gracias, muchas gracias. Hoy creemos tener garantizadas modestas condiciones para un debate amplio, abierto, franco, que nos de pistas para seguir luchando.
Los diversos posicionamientos frente a las problemáticas y desafíos de la coyuntura estarán sobre la mesa, pero el encuentro parte de un lugar, expresado en sus objetivos, su convocatoria limitada y la propia agenda, un lugar identificado con el compromiso con la gente que lucha y con la intención de trabajar y caminar hacia adelante sobre los avances y posibilidades de este período.
Las organizaciones cubanas venimos abiertas al encuentro y a lo que construyamos entre todas y todos. Su organización es un proceso que ensancha el camino hacia una nueva cultura política desde la solidaridad que ha caracterizado a la Revolución y vivimos como una experiencia pedagógica su organización con soberanía y autogestión financiera. La intención es sumar para caminar juntos en la certeza de que los movimientos y organizaciones sociales somos responsables de la continuidad y profundización de los procesos de cambios en la región y que debemos pasar a la ofensiva en el fortalecimiento de una agenda de unidad que impida el regreso total del neoliberalismo.
Los procesos de cambio expresan una tensión entre lo que significa la lucha política (antimperialista, antioligárquica, por la soberanía) y las emergencias antisistémicas que se proponen superar el capitalismo desde abajo, nacidas desde un sujeto plural con eje en la lucha antipatriarcal, por justicia ambiental, en la defensa de los territorios.
Ni las emancipaciones han logrado superar la lógica anticapitalista, ni la contra hegemonía avanza en la superación de un modelo de desarrollo y matriz energética heredados de siglos de colonialismo. No debiera verse una dicotomía en esta tensión. Si la lógica de reproducción capitalista no es superada, no se podrá enfrentar la amenaza imperialista, porque ambas cosas están en estrecha relación. No se pueden generar nuevos sentidos de vida desde el mismo modelo de consumo. Están agotados los intentos de sujetar políticas públicas en un entramado internacional de lógica neoliberal y un modelo de desarrollo anclado en una lógica capitalista.
El sujeto popular organizado se ha debilitado, ya sea incorporándose a gobiernos que expresan el resultado de luchas populares, o en un diálogo trunco en críticas necesarias para profundizar la radicalidad de los procesos, o cooptados por agendas de ONGs con incomprensión de las complejidades de los escenarios en disputa. Al mismo tiempo, algunos gobiernos privilegian el discurso que busca el respaldo de las masas a enfrentar y superar las tensiones en un diálogo real con los sujetos organizados. Tenemos muchos temas pendientes. La profundización de la democracia participativa, a pesar de la innovación de procesos constituyentes que mucho avanzaron; la acumulación de tejido social organizado; la formación política. No se ha construido un poder popular organizado que sea alternativo a la dominación y a la hegemonía que se intenta desplazar.
La derecha toma rostros muy diversos, trabaja con los sujetos oprimidos y maneja agendas de derechos sin perspectiva histórica para fracturar procesos de resistencia y disputar los acumulados de la lucha popular. En esto son protagonistas los medios de comunicación que se comportan como partidos políticos con candidatos y fórmulas propias que representan sus intereses e intervienen en la disputa de hegemonía, contribuyendo al triunfo electoral de sus expresiones, pero la propuesta neoliberal no parece poder convencer o satisfacer a la gente cuando llega al gobierno.
El imperialismo no ha cambiado su estrategia con AL. Permanecen 80 bases militares en la región. Se avanza en las firmas de Tratados de libre comercio y servicio como TISA y acuerdos como el TPP, ambos caminan en secreto para fortalecer la capacidad de incidencia en un modelo global y debilitar a los estados frente a las trasnacionales, regulando sus posibilidades de enfrentar tecnologías extractivas con políticas ambientales necesarias y urgentes. Sin disminuir el alcance de la victoria del movimiento social y popular que derrotó el ALCA en Mar del Plata, hoy el proyecto se recompone para rediseñar el control de la región.
Está en riesgo el sostenimiento de la proyección latinoamericanista y de integración que hemos construido en el continente. Necesitamos una matriz que integre todas las luchas para construir unidad en una fuerza sustentable que sea motor de cambios en la sociedad capitalista y coordinar nuestros esfuerzos. Para encontrar maneras de incidir desde una articulación amplia y diversa en toda esa complejidad del escenario latinoamericano, se realiza este Encuentro.
Necesitamos identificar algunos ejes/ temas/ que nos permitan incidir juntos en la correlación de fuerzas en la región para responder a los desafíos del contexto, crear una plataforma amplia y diversa desde la que podamos dar un mínimo seguimiento a los consensos que encontremos y asumir los acuerdos que tomemos en debates a lo interno de nuestras organizaciones, ampliando el escenario en cada país.
Gracias por todo el esfuerzo para llegar, que no ha sido poco; gracias por toda la comprensión, Deseamos que éstos sean días llenos de fuerza y optimismo para poder avanzar.
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