Frente a un orador tan distinguido, reconocido incluso por el Comandante, creo que es necesario disculparme de antemano por la inexperiencia en el campo periodístico que me impide conducir una entrevista en los términos y pautas propias de este género. Con esta aclaración debo elogiar, también de antemano, las magníficas respuestas del Pastor Raúl Suárez, confieso que algunas de sus respuestas llegan a sorprenderme de un modo insospechado.
*Justo al empezar llaman a Suárez al teléfono. A pesar de sus 81 años es un hombre muy atareado con amplias responsabilidades.
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*Isarn – ¿En qué momento y con qué voluntad inicial se crea el CMMLK?
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Raúl Suárez – Bueno, en primer lugar es el año 1984, año de oro del mejoramiento de las relaciones de la iglesia con el Estado, el Partido y el Gobierno. Además, Fidel asistió a un acto que yo preparé, como Secretario Ejecutivo del Consejo Ecuménico de Cuba y a la vez como Secretario de Relaciones Internacionales de una organización obrero-estudiantil bautista de izquierda, un culto en homenaje al Dr. Martin Luther King. Estaba en Cuba el reverendo Jesse Jackson, aspirante a la candidatura presidencial por el partido Demócrata en Estados Unidos, en el más alto nivel de su popularidad. Jackson vive todavía, un pastor bautista, negro, un buen predicador. Y entonces aprovechamos que había sido invitado por el gobierno y también de nuestra parte para tener la oportunidad de escucharlo en uno de sus sermones.
Yo nunca había visto a Fidel de cerca, pero en ese momento, desde que entró por la puerta me dijo: – Yo conozco como es la iglesia católica pero a ustedes no, nunca he estado en una reunión de estas, ayúdame. Y entonces le digo: Bueno haga lo mismo que yo y cualquier cosa usted me pregunta. Así hizo, y cuando se terminó la actividad él me invitó a una cena con Jackson y un grupo de personalidades. Allí estuvimos por primera vez conversando con él.
Cuando Jackson se fue para Estados Unidos Fidel me invitó a que yo fuera con él a despedirlo al aeropuerto. Eso fue en junio de 1984.
Cuando todo se acabó estábamos muy felices, y a mí se me ocurrió la idea de solicitarle a Fidel una entrevista con un grupo de líderes ecuménicos, hombres y mujeres, y él me contestó inmediatamente que sí. Exactamente el 14 de noviembre de 1984 nos reunimos 3 horas y media con él. Ahí terminamos con un brindis en su despacho y dijo: Vamos a hacer un brindis porque estos son verdaderos amigos. Él se había reunido dos días antes con los grupos católicos. Decir “estos son verdaderos amigos” significaba que estaba contento de verdad, sin decir que con los otros no tuvo la misma sensación.
Por otra parte, en el 85, aunque ya desde el 84, Frei Betto le había hecho la famosa entrevista de 23 horas. Había una edición mínima de 30 mil ejemplares y el día que nos reunimos con Fidel, él nos dio un libro a cada uno de nosotros.
Isarn – ¿El libro Fidel y la religión?
Raúl Suárez – Si. Fidel y la religión. Este tienes que leerlo.
Isarn – Estoy en ello.
Raúl Suárez – Entonces el siguiente año, salió una edición de 90 mil ejemplares y poco tiempo después salió otra de un millón de ejemplares, tanto para Cuba como para el mundo (ya se han hecho 23 traducciones en diferentes idiomas). Todo eso sucedió, mientras el Estado prácticamente se había caracterizado como un estado ateo, aunque no lo dijera así en la Constitución, el Estado era un estado confesional.
La entrevista con Betto fue muy importante sobre este tema porque Fidel se lo dijo: El Partido es confesional, el Estado es confesional. Porque toma partido con respecto a las creencias religiosas del Estado, de todo el pueblo. Todo eso sucede entre el 84 y el 85.
Hasta ese momento aquí no había posibilidad de un espacio en la sociedad para la iglesia, todo lo hacia el Estado. Trabajo con los niños, los jóvenes, los viejos, la seguridad social, el trabajo comunitario… La iglesia no tenía espacios. Entonces, a partir de estos acontecimientos nos dimos cuenta que sí, que era realmente importante. Y Fidel se dio cuenta también y yo le pedí esa reunión.
Por lo tanto en el 85 pusimos la primera piedra de lo que es esto, el Martin Luther King Jr. No existía esta parte, ni lo de enfrente. (Estamos en una sala de reuniones del CMMLK y Raúl señala con entusiasmo). El local que está ahí, era una casa vieja de madera. Nosotros la derrumbamos y nos metimos en un cuartico de la iglesia a vivir. Y en el 87 inauguramos el Centro.
¿Por qué lo inauguramos? En primer lugar para tener una presencia social, es decir, que la iglesia local tuviera un brazo de servicio para trabajar en ese espacio con los niños, los jóvenes, los ancianos, la construcción de viviendas, sobre todo por la situación de vivienda que había aquí en el barrio. Y también tomar partido con relación a la cuestión racial que era muy importante porque este es un barrio prácticamente negro. La iglesia no es iglesia de Jesucristo si vive dentro de las paredes de los templos.
Segundo, hay que sacar a Cristo de los templos y ponerlo donde él estaba, donde él vivió. Jesús de Nazaret fue un hombre que recorría las aldeas, las ciudades. Fue creando comunidades por toda la Palestina y estas comunidades luego se extendieron.
Además, la intención era tener un espacio para una nueva manera de comprender y de vivir la fe, una nueva teología. Cuando llega el año 1985 aquí no se había popularizado la Teología de la Liberación por el aislamiento que hubo con Cuba, pero teníamos idea de lo que era eso ya. Para el 80 es una realidad en toda América Latina y en el mundo entero. Esos fueron los objetivos principales de la creación del Centro Martin Luther King Jr.
Isarn – Ahora quería preguntarle sobre la apuesta ecuménica, más allá del trabajo comunitario ¿Hasta qué punto hay diálogo con las otras religiones que no son cristianas y en concreto que convivencia mantiene el Centro con la religión Yoruba?
Raúl Suarez – Concretamente el Centro aportó también el movimiento obrero estudiantil ese del que te hablé en el trabajo ecuménico que nosotros proponíamos para integrar. Yo fui presidente del Consejo Ecuménico de Cuba 4 años y después fui Secretario Ejecutivo 4 años más, anteriormente había sido Secretario Adjunto y había sido Vicepresidente tercero del Consejo Ecuménico. Entonces, lo que quiero decir es que el aporte no solamente fueron nuestras personas, de los cargos, no solo yo, sino que te puedo hablar de unas 20, 30, 40 personas que de una manera u otra estaban integradas en el movimiento ecuménico.
Nosotros éramos una fuerza real, pero por otra parte rompimos con el ecumenismo de élite. El ecumenismo a veces es con los presidentes de las iglesias hablando entre sí y después se pierde y no hay nada más allá, nada que se extienda al pueblo.
Para mí el ecumenismo es la base, que las comunidades practiquen con otras comunidades el ecumenismo y se unan para trabajar en la comunidad. Entonces en este sentido el aporte que nosotros hemos dado es significativo. Además, entre 4 000 y 5 000 personas han pasado por aquí: de las iglesias y no de las iglesias, del Partido, del Gobierno, profesores de las universidades, trabajadores comunitarios para los cursos que hemos ofrecido de educación popular y también en los programas socio-teológicos que hemos impartido. El aporte ha sido, sin duda, significativo.
Con relación a las religiones cubanas de origen africano el sentido general del protestantismo nuestro es un protestantismo que fue de trasplante. Las mismas iglesias que había allá, están aquí y con la cultura que ellos tenían no les podíamos pedir otra cosa. Era gente muy buena pero gente que tenían una ideología, tenían una cultura, tenían costumbre. Y casi todos eran, los que venían de los de Estados Unidos, además de otras cuestiones, eran racistas. No digo que los que vinieron aquí fueran racistas pero las iglesias nuestras se convirtieron prácticamente en iglesias blancas.
Los negros habían sido discriminados por negros, por pobres y por practicar otras religiones. Porque a nosotros los misioneros norteamericanos nos decían que eran religiones satánicas, diabólicas, perversas. Se agarraban de ciertos detallitos deformantes de esas religiones, interpretaciones burdas que alguien. Y los que estaban en contra de estas religiones se agarraban a estas pequeñas cosas para tomar una actitud de oposición.
Para no cansarte, hoy yo soy miembro fundador de la Plataforma Interreligiosa de Cuba. Un grupo de trabajo donde están representadas unas 10 religiones, las diez que existen en Cuba, menos la católica: los Abakuá, los Ñáñigos, los Abakuá-ñáñigo, la Reina de Palomonte, los Congos y la religión Yoruba, están los judíos y están los musulmanes también.
Nosotros como Centro tenemos una posición macro-ecuménica. No en el ecumenismo, porque el ecumenismo se reduce a las iglesias y nosotros creemos en un ecumenismo mucho más amplio: con los comunistas, con quién sea que tenga buena voluntad de servir al pueblo, estamos ahí con ellos.
Entonces, con esto te quiero decir que no todo el protestantismo cubano ni mucho menos la Iglesia Católica mantiene esta posición. La Iglesia Católica no las acepta como religiones, y en el ideario protestante todavía perdura aquello de los misioneros: que si son religiones de origen satánico, que por lo tanto solo podemos acercamos a ellos para que se conviertan al cristianismo. Esa no es la posición del Centro. La posición nuestra es de respeto total a sus creencias y buscar todo lo que nos une, para servir a nuestro pueblo también con la unidad.
Isarn – ¿Cómo el tejido popular auto-organizado se relaciona con el Estado y qué posibilidades tiene de prosperar sin esa relación con el Estado aquí en Cuba?
Raúl Suárez – Bueno, nuestro Estado es un estado laico, no es como España o Colombia y otros lugares más donde la religió oficial es la iglesia católica. Aquí nunca fue así, después de la independencia de Cuba en 1902 no hubo religión oficial y la Revolución heredó esto el Estado nuestro es laico, secular.
El Centro, que no es una iglesia, se declara de inspiración cristiana, pero también con la opción socialista.
Aun así, nosotros no hemos recibido un centavo del Estado para nada de lo que hicimos, ni lo hemos pedido. Tenemos una relación especial con el Ministerio de Cultura, nos dijeron: Pagamos los salarios. Nosotros no lo aceptamos. Con esto te quiero decir que tenemos las mejores relaciones con el Estado, con el Partido, con el Gobierno Revolucionario, pero relaciones de compañerismo como parte de la sociedad civil que somos, nosotros tenemos total independencia para realizar nuestro trabajo.
Isarn – ¿Cómo relaciona el Centro las ideas de justicia social y trabajo comunitario con el ideal socialista que tiene la Revolución?
Raúl Suárez – Hay un libro que ahora coordiné de unos 12 autores, protestantes y católicos, hombres y mujeres. Nosotros tomamos el concepto de Fidel de la Revolución lo sistematizamos, dividiéndolo por partes donde se buscara en la Biblia, en lo que es la Fe cristiana, los valores de la Fe cristiana.
A lo que aspirábamos con este libro es a defender que no existe contradicción: un socialismo sentido, pensado y una fe cristiana sentida y pensada no tienen por qué ser enemigos. Cuando en esencia, vamos a decir en teoría, porqué en la práctica a veces es otra cosa ¿no?, tanto los protestantes como los católicos han sido y son anticomunistas y todas estas cuestiones.
Nosotros no, hemos hecho una opción con inspiración cristiana, por el proyecto socialista. ¿Por qué lo hacemos? Porque entendemos que hay valores en el proyecto socialista cubano que son también nuestros valores. Y se genera una unidad y por lo tanto, a partir de ahí, nos lanzamos a hacer nuestro trabajo. Tú vas a ver el trabajo comunitario, que para mí eso es esencial. Nosotros podemos tener todo lo demás, pero si no hay un trabajo comunitario en la base con el pueblo, esto no significa nada.
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