Reciban los fundadores del Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr. sus actuales directivxs y su membresía toda, mis afectuosas felicitaciones en este 33 aniversario de la fundación de vuestra institución.
Nos unen muchos lazos, hechos, acontecimientos, vivencias y empeños convergentes para la construcción de un mundo pleno de justicia, equidad, solidaridad y amor entre los seres humanos, en convivencia armónica con la naturaleza.
Podría escribir varias páginas con tales recuerdos. Pero dadas las circunstancias, me limitaré a unos pocos. Tal vez el primero sería cuando conocí al Rev. Raúl Suárez para conocer el Centro y pedir sus consejos para organizar la propuesta de fundación del MEPLA, con la dirección de Marta Harnecker. Enseguida conectamos, no solo por estos temas sino por la empatía emergente de compartir objetivos comunes. Nació desde entonces una amistad que hubo de profundizarse y ampliarse con el tiempo. En esos diálogos, conocí a Clarita Rodés, Pastora y Teóloga. Una luchadora a favor de los derechos de las mujeres y de todxs lxs «pequeños», como ella gustaba llamar a los de abajo, junto a quienes se ubicó siempre.
Me impresionó a primera vista. Conversamos y me propuse que toda su experiencia, su visión y su empeño, debía registrarse, escribirse y difundirse. Su vida era una pedagogía infaltable para el mundo anhelado y el socialismo en construcción. Y así fue como le pedí su testimonio. No fue fácil porque Clarita pensaba que mejor era buscar otros testimonios. Resumiendo, en idas y venidas logré las primeras entrevistas. Y así hasta que concluimos las labores para publicar el libro.
Recuerdo su visita al Hospital Hermanos Amejeiras donde resolvimos últimas dudas y consultas sobre detalles. Y de ahí a edición y a la imprenta. Su publicación fue un acontecimiento político, teológico y cultural. Un momento de reafirmación revolucionaria y del camino de fe que sustentaba la creación del Centro en aquella época de incertidumbres y comienzos del período especial.
Lo presentamos en el CMMLK con la participación especial de Clarita Rodés y Eusebio Leal, entre otrxs participantes. Al poco tiempo, estaba conversando con Clarita para ampliar los relatos y preparar una segunda edición aumentada. Fue cuando ocurrió el lamentable accidente que nos privó de la luz de sus pensamientos y del ejemplo de sus prácticas cotidianas.
Con los años aquel libro se transformó en una suerte de testamento teológico de Clarita y me unió por siempre con el CMMLK, con el Rev. Raúl Suárez y sus amados hijxs Joel, Raquel y Lily.
No puedo dejar de mencionar el apoyo que recibí del Centro y sus máximos referentes, para sostener el Proyecto de Cooperación con el barrio de Cayo Hueso y su Taller de Transformación Integral. Fueron años duros económica y políticamente. Las amenazas imperialistas ponían en riesgo el sostén de los proyectos comunitarios. Conversé con el Reverendo Raúl Suárez y me prometió apoyo si fuera necesario. Nunca lo fue, pero eso fortaleció espiritualmente la labor de nuestro equipo en el barrio y los proyectos que realizamos: teatro comunitario, historia del barrio, revitalización del taller de artesanía y costura con mujeres del barrio, quienes confeccionaron sábanas para el barrio, ropa para círculos infantiles, del barrio, reforzamiento con alimentos frescos para la Casa del Abuelo «Clarita Rodés», del barrio. Y el logro del proyecto central de formación en manejo de programas de computación de jóvenes del barrio para contribuir a su inserción laboral en las nuevas condiciones del proceso revolucionario. A esa salita, dedicada a lxs pequeños, propuse llamarla «Clarita Rodés» y así fue aceptada por el Consejo Popular del barrio, y hasta hoy lleva con orgullo su nombre como referencia.
Es mucho lo que podría recordar en una fecha como esta, pero agregaré tan solo que siempre nos encontramos en diversas latitudes del continente. En Honduras, con dos mujeres jóvenes integrantes del equipo de formadoras de educación popular del CMMLK; con Raquelita en talleres y en la preparación de una nueva edición del libro «Con el corazón abierto»; con Llanisca Lugo en temas de coordinación de mi participación en los encuentros internacionales para conocer experiencias que apuntales los nuevos paradigmas emancipatorios; con Joel en foros o seminarios internacionales, siempre impulsando la unidad de los movimientos populares del continente o promoviendo la solidaridad con Cuba y la condena al criminal bloqueo.
Y así… pasaron 33 años. El CMMLK ha crecido como referente local y continental. Su obra se multiplica y ahora estoy segura de que está al frente, con todxs lxs cubanxs, en la lucha contra la propagación del coronavirus y por la defensa de la vida.
Reciban sus fundadorxs y todxs sus miembrxs, mi mayor reconocimiento y agradecimiento por el sostenido ejemplo de su obra, que siembra y fortalece la fe en que se puede vivir en plenitud, si así lo creamos, construimos y sostenemos colectivamente, inspirados en héroes históricos, en Martí, en Mariana Grajales, en Fidel, en Martin Luther King, Jr. en Clarita.
Reciban un fraternal abrazo revolucionario. ¡Hasta la victoria siempre!
Isabel Rauber
Acabo de leer la presentación de un libro de Isabel Rauber en el CMMLK por Eusebio Leal pero no se dice el título. Busqué en Internet y llegué a esta página, pero tampoco se nombra el título. Quisiera saberlo y como obtenerlo. Gracias,
José Cruz