Por Nilton Júnior*
Este texto vino a mi mente y creo que es un soplo del Espíritu. También lo escribí con este sentimiento mixto de tristeza e indignación, pero muy consciente de que la Iglesia está viva, a pesar de que los religiosos mismos la discriminan cada vez más. Que este texto sea relajante, profecía y que despierte a hermanas y hermanos
Bolivia está experimentando un golpe militar con el fuerte apoyo de grupos religiosos cristianos, hasta el punto de que un comandante dedica su ejército a Jesucristo en el púlpito de una iglesia, así como el hecho de que uno de los líderes civiles del golpe se arrodilla sobre el bandera del país ante una biblia.
Pero una de las consignas compartidas en las redes sociales de uno de estos líderes me llamó la atención: «Dios volverá al palacio».
Este deseo manifiesto recordó un episodio relacionado en la Biblia ante el cual el niño se arrodilló, pero parece no saberlo. Los sabios del Este conocían la profecía del nacimiento de Jesús, el Rey de los judíos, y guiando las estrellas a Jerusalén, buscaron en el palacio al Mesías. Donde encontraron a Herodes, pero no a Jesús.
La estrella los llevó a Belén, en las afueras de la periferia, donde finalmente encontraron a Jesús en los brazos de su madre, un simple campesino, y finalmente pudieron adorarlo.
¿Esta narración no nos dice nada?
El «Mesías» que habita en palacios es Herodes y no Jesús. El Dios encarnado en este mundo está con los humildes, pequeños, pobres y necesitados. En los palacios se profana su nombre, ya sea por discurso blasfemo o por decisiones opresivas contra quienes representan a Jesús.
Por supuesto, muchos dirán: «¿Cuándo te oprimimos?»
¿Cuándo estuvo Jesús en el palacio sino cuando fue arrestado, torturado e injustamente llevado ante las autoridades? ¿Cuándo fue la iglesia primitiva a los palacios sino para que su martirio divirtiera al imperio profano?
Así como los magos confundieron a Herodes con el verdadero Rey, muchos hoy confunden los signos del Reino de Dios con los signos del reinado propuesto por Constantino.
Jesús no necesita palacios. Jesús reina desde la periferia. Encarnado en aquellos que la sociedad pecaminosa hace «no ser», dándoles el poder de confundir a aquellos que piensan que «son».
Toda la solidaridad con el pueblo boliviano.
Que la justicia cubra aquellas tierras.
Que el Santo Nombre de Jesús no sea contaminado por aquellos que lo usan para oprimir.
Que nuestro país sea consciente de la intención antidemocrática y que nuestras instituciones respeten nuestro pacto constitucional.
Que así sea
*Nilton Júnior es miembro de la Iglesia Bautista Coqueiral (PE), ecologista, biólogo y profesor