La paloma y el ciempiés, los que estábamos y los que se han sumado, el corazón del amigo y la amiga, los hermanos y las hermanas, la yerba buena y el toronjil, las manos negras y blancas, cubanas y latinas y montones de brazos abiertos y voluntades llenas de esperanza y de retos para continuar luchando por una vida más plena y porque podamos ser cada día mejores seres humanos en todos los aspectos.
Este fue el cierre del III Encuentro territorial de educadores populares del centro-sur del país, que se celebró en Jagüey Grande, en los días finales del caluroso septiembre, mientras nuestras manos unidas se enlazaban cada vez más hasta apretarnos firmemente alrededor de la gran bandera nacional que nos sigue acompañando y sirviendo de meta y propósitos en el camino.
El Encuentro se convirtió en un día largo, intenso y cargado de abrazos, sonrisas y lágrimas: nos recibió una mañana jubilosa en el agradable espacio rodeado de verde que nos habían preparado con mucho esmero nuestros propios compañeros y compañeras. ¡Qué derroche de gestos, de palabras de atención y de cariño! ¡Qué ricas las meriendas, los jugos naturales y el cafecito criollo! ¡Qué manera de querer complacer para hacernos sentir bien! ¡Felicidades reiteradas a la Comisión de Logística! (Nos parece que se pueden invitar a cualquier otro evento).
El calor aumentó su intensidad paralelo al trabajo: galerías expositivas de la labor de cada grupo, consignas que llaman la atención sobre nuestra realidad más inmediata, análisis de la coyuntura y del contexto actual, Lineamientos del Partido y el papel que juega la Educación Popular, y los ojos que no daban para abarcar todo lo que estaba pasando. El descanso del medio día, breve y risueño, a cargo de amigos de Santa Clara, momento en que no puede faltar la parodia, el chiste, la guitarra, los desdoblamientos de todo eso que va haciendo de nuestra Red lo que somos.
Al nuevo llamado de Olguita, nuestra anfitriona-coordinadora, la mirada a la Red, una sola, esa que basta para saber por dónde andamos, cómo hemos crecido, cuáles han sido los éxitos y cuáles los tropiezos, en qué hemos avanzado y por qué hemos retrocedido.
Cada mini-red se acomodó a su antojo, y, de pronto, nos dimos cuenta de cuántos éramos, e hicimos balance de lo acontecido desde el primer encuentro a este hace solo tres o cuatro añitos. ¿Resultados?: se han multiplicado los talleres de Concepción y metodología, los cienfuegueros de Cumanayagua y los villaclareños de Manicaragua se han posesionado de Santa Clara; y Jagüey, que en alrededor de 15 años andaba solo, ahora tiene un núcleo en Torriente, y rozándonos el lado más sur, al municipio Ciénaga de Zapata, haciéndonos guiños amorosos y demostrándonos cuánto de verde-esperanza hay en sus pantanos y en sus aguas claras, al tiempo que nos impactaban con el tratamiento plástico de la bandera de todos y de todos los tamaños. Y a ello se agregaba el grupo que nos acompañaba del Centro Memorial Martin Luther King, con su generosidad de siempre…
Este solo aspecto, el crecimiento de la Red, bastaría para que estuviera escribiendo toda la noche: – ¿Es equivalente el número de personas en los talleres con los resultados en el trabajo diario, cada quien en su tarea específica? – ¿Estamos creciendo sólo horizontalmente o también hemos tratado de ganar altura? – ¿Sabemos en qué verdaderamente andan estos lindos hombres y mujeres cuando dicen que son educadores o educadoras populares? – ¿Somos conscientes de que cuando tocamos la bandera y cantamos nos comprometemos con la Patria-labor, con la Patria-hogar, con la Patria-familia, con la Patria-comunidad, con la Patria-niños y niñas, con la Patria-grano de tierra que pisamos? – ¿Conocemos que no importa tanto a cuántos talleres más o a cuántos talleres menos hayamos asistido; sino cómo vivimos-actuamos-pensamos-accionamos la praxis diaria, estando conscientes de algunos de los postulados de la Educación Popular: No al verticalismo, No al centralismo, No a la ociosidad, No a la negligencia, No a las prebendas, No al neoliberalismo, No a la doble moral…?
Gracias a todas y todos los que hacen posible que nos encontremos, en un día no hay tiempo para mucho más.
Tun, tún Cierra la muralla al coronel…
Tun, tún Abre esta muralla que tu bandera te abraza, no solo en la fragilidad del lino multicolor tejido, sino en la rudeza de la bandera-trabajo, en la armonía de la bandera-pueblo, en la consternación de la bandera sociedad alerta, en la grandeza de la bandera-Revolución, en la utopía de la bandera-socialismo cubano. No despreciemos ninguna mano que con todas podremos continuar manteniendo firme esta muralla que hemos levantado.