A la salvadoreña Dolores Velazco le pedimos unos minutos para romper el hielo en este espacio que cada día del IV Encuentro Nacional de Educación Popular, traerá a una de las personas invitadas de experiencias latinoamericanas. Grabadora en mano, le pedimos que nos anticipara las respuestas sobre el trabajo del Equipo Maíz. Ese fue el pretexto para comenzar este diálogo, en el que nosotras fuimos toda oído.
Equipo Maíz
“Empezamos vinculados a comunidades eclesiales en 1983. Entonces estábamos en medio de la guerra. Los primeros temas estaban vinculados a la Biblia, pero desde la gente. Nuestro pueblo siempre ha sido reprimido, por eso surge la necesidad de temáticas históricas y luego otros aspectos como el liderezgo, la participación, el género y la sexualidad”.
Educación popular
“Esta propuesta ha beneficiado que la gente tenga mayor autonomía, que se organicen y puedan hacerles demandas a las alcaldías o cualquier otra institución a la que le competan sus problemas. Queremos que vean que lo que sucede a su alrededor no es cuestión de Dios, sino de decisiones de los seres humanos que están dirigiendo la política, que ha sido generalmente a favor de un pequeño grupo.
“La educación popular puede influir en la conciencia política para incidir a favor en una sociedad justa, con otros parámetros y valores, con un bienestar real para todas y todos”.
¡Qué traes a este Encuentro?
“Ansiedad por aprender. Vine a conocer lo que por allá nos han satanizado respecto a la realidad cubana. Quiero compartir la experiencia y la admiración del pueblo salvadoreño hacia ustedes, que han desafiado al bloqueo de EEUU, con mucha imaginación y creatividad.
Ya estoy viviendo la posibilidad de hacer realidad la unidad, e irnos olvidando que somos de uno u otro país, sino que somos seres humanos en busca de un bienestar para todas y todos y para hacer realidad ese sueño, podemos poner un granito de maíz en cada cosa que hagamos.”
El Salvador de hoy
“El 2009 marcó un cambio que buscábamos para El Salvador, pero sabemos que no es tan sencillo como cambiarse un par de zapatos. Este nuevo contexto del país creemos que es una oportunidad para trabajar la educación popular y la educación política y que la gente sepa que es sujeto de todo y que no permita que se le busque solo en la época de votaciones y que las promesas y las leyes hay que demandarlas.
“Todavía queda mucho de corrupción y robo y el pueblo tiene que pedir cuentas por ello, saber qué han hecho con el dinero que les corresponde. Tenemos que ir pensando en un sistema diferente, creando otros valores. El reto entonces es grande. Hay que ir contra la corriente”.