Una de mis primeras lecturas me descubrió que las casas cuentan de nosotros, como las piedras, los huesos, las conchas saben de nuestros antecesores. El texto martiano “La historia del hombre contada por sus casas” parecía querer mostrar, a grandes rasgos, la evolución de los hogares: de las cuevas a los castillos y a los palacios, o al polvo y a las cenizas, que quedan después de la guerra o de un desastre natural.
Solo en una época más reciente se ha usado el símil para mirar al planeta como ese espacio común, en el que convivimos y al que nos debemos. Una casa gigante que nos hace familia, “como si empezara el tiempo feliz” que auguró el propio Martí, el de tratarse “como amigos” que “se van juntando.”
Si volviera el equilibrio…
Ojalá fuera así, pero ni las emergencias, que apuntalan nuestra casa por más de un sitio, que corroen sus cimientos y su techo, han conseguido que ordenemos mejor lo que tenemos.
“¿Somos nosotros o es el planeta quien está en crisis mortal?” Esta es una de las preguntas que nos hace la Agenda Latinoamericana 2010. Sus páginas más que hablarnos de este hogar común, nos invitan a un recuento personal y colectivo, para que el año nuevo sea el pretexto que nos junte en un pacto de “corresponsabilidad” de todas y todos, con todo.
Cuando pase el año y llenemos cada hoja con anotaciones cotidianas, esta Agenda contará de nosotros, de nuestra creatividad o pasividad; de las ganas de hacer o de la desesperanza.
Sus ejemplares se agotarán en breve, en medio de una de esas agitadas jornadas de la Feria Internacional del Libro de La Habana. Para entonces seremos miles quienes a diario hojearemos esta compilación problematizadora, que propone a la ecología como eje vital.
La Agenda es solo un impulso para que nuestra huella trascienda, por lo que fuimos capaces de darle –no de quitarle- a la vida.
Nota: Tras la primera presentación como parte del Grito de los Excluidos, en la Casa del ALBA en octubre pasado, los ejemplares de la Agenda han recorrido Cuba. La red de educadoras y educadores populares la llevó hasta Guantánamo, Santiago y Cumanayagua. Además se sumó a los festejos por el décimo cumpleaños de dos entrañables proyectos: CEPRODESO, en Pinar del Río y el del barrio La Marina, en Matanzas. Representantes de la plataforma ecuménica y de la red Mapa Verde, también la incorporan a sus planificaciones del 2010.