Manuel E. Yepe
Sólo el 10.8% de los encuestados manifiesta que la experiencia de su viaje a la Isla no había tenido efecto alguno sobre su opinión al respecto.
La encuesta, realizada por la agencia de viajes Friendly Planet Travel, tuvo su etapa de procesamiento final de datos en la semana del 9 de diciembre de 2013. Analizó una muestra de 423 viajeros comprendidos en los programas de “pueblo a pueblo” que habían viajado por períodos de una o dos semanas a Cuba en los últimos 30 meses como parte de intercambios culturales con licencias especiales expedidas por el Departamento del Tesoro, que es el organismo de Estados Unidos encargado de ejecutar por medio de su Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) las medidas del bloqueo a la Isla y controlar sus excepciones.
Una de esas excepciones del bloqueo económico, comercial y financiero a la Isla es la que autoriza los programas “pueblo a pueblo”, promovidos por Estados Unidos y aceptados por La Habana.
La indagación observó en las respuestas de los encuestados a su regreso de Cuba un sustancial cambio en sus actitudes hacia la nación insular. “La experiencia transformó dramáticamente sus opiniones sobre Cuba, su gente y la política de Estados Unidos sobre este país”, dice un reportaje sobre la encuesta difundido por la revista digital “Business Wire”, de Pensilvania.
Cuba aceptó el desafío que significan los intercambios “people to people” (interacción de persona a persona) pese a que se trata de una política hostil cuyo declarado propósito es que los visitantes promuevan entre los cubanos “la democracia” (término con que Washington identifica al sistema capitalista). No obstante, el gobierno cubano considera que, objetivamente, tales contactos ofrecen la oportunidad de mostrar a los visitantes las falsedades que durante más de medio siglo han estado inculcando en las mentes de los ciudadanos estadounidenses los medios de comunicación al servicio de la campaña de demonización más extensa que recuerda la historia de Estados Unidos.
La distancia entre las manipulaciones de esa campaña y la verdad es tal que desde el primer minuto de su contacto con la realidad cubana, los visitantes bien intencionados se abren a la comprensión de las razones que han dado lugar a la hazaña popular histórica que es la revolución cubana y el carácter absurdo de la política de hostilidad contra ese pueblo.
La pesquisa revela que, luego de estos intercambios con Cuba, los viajeros estadounidenses “pueden hacer ahora, más fácilmente, una diferenciación entre la política y la cultura para así apreciar a la gente por lo que son”. El 67 por ciento de los encuestados optó por este tipo de respuesta cuando se le preguntó por el impacto que tuvo en ellos su viaje a Cuba.
En opinión de los encuestadores, la capacidad de separar la política de la cultura permitió a los encuestados modificar la opinión que tenían sobre el gobierno cubano. De hecho, el 47.8 por ciento expresó que antes de visitar Cuba, consideraban al gobierno cubano como “un régimen comunista represivo que ahoga la individualidad y la creatividad”. Después de experimentar la cultura y el pueblo de Cuba, sólo el 19 por ciento de los estadounidenses visitantes encuestados mantuvo esa idea.
Preguntados por los motivos de su viaje, sólo el 3.6 por ciento de los viajeros encuestados dijo haber optado por visitar Cuba debido a una conexión personal o familiar. El 74.4 por ciento dijo haber escogido viajar a Cuba en un programa de pueblo a pueblo, por tener “curiosidad acerca de cómo era la vida en Cuba”.
La mayor sorpresa que admiten haber experimentado estos viajeros es “la apertura y amabilidad de los cubanos hacia los estadounidenses, el carácter emprendedor de muchos cubanos y la vitalidad de las artes y la escena cultural en Cuba”.
Un 81.3 por ciento de los viajeros encuestados dijo que viajaría nuevamente a Cuba si tuviera la oportunidad, máxima tasa de retorno registrada por empresas especializadas para este tipo de viajes.
Fuente: inSurGente