Mientras tanto, los hechos de violencia que perturbaron la campaña electoral generan muchas inquietudes no sólo para los dos candidatos presidenciales, MirlandeManigat y Michel Martelly, sino también para las y los electores haitianos e incluso para la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH).
Euforia de los partidarios de Aristide
Exiliado en Sudáfrica luego de su salida del poder en circunstancias polémicas el 29 de febrero de 2004, Aristide manifestó el 17 de marzo, en una rueda de prensa en el Aeropuerto de Lanseria cerca de Johannesburg, su alegría de poder volver a su país después de siete años de exilio.
MaryseNarcisse, vocera del partido LAVALAS de Aristide, ya convocó a todos los miembros de la plataforma política, cuyo sueño está a punto de convertirse en realidad, a reunirse desde la mañana del día 18 de marzo para recibir a su líder.
La renovación del pasaporte diplomático de Aristide por la administración del actual presidente haitiano René Préval y el apoyo incondicional del presidente surafricano Jacob Zuma al ex sacerdote salesiano fueron claves para el regreso de este último a su país.
Preocupaciones de la administración americana
Por otra parte, el vocero de la Casa Blanca, Tommy Vietor, informó que el presidente americano Barack Obama había expresado recientemente en una conversación telefónica a su homólogo surafricano Jacob Zuma sus preocupaciones ante el retorno del ex mandatario Aristide a pocos días de la celebración de las elecciones presidenciales y legislativas en Haití.
“Los haitianos merecen tener la oportunidad de escoger a su gobierno a través de elecciones pacíficas, libres y equitativas”, declaró el vocero a nombre del presidente americano.
Desde que el actual gobierno haitiano había decidido renovar el pasaporte diplomático de Aristide, los Estados Unidos y Francia han venido manifestando su desacuerdo con un eventual regreso del ex mandatario a Haití antes de las elecciones.
Inquietudes
Al igual que el candidato Martelly, Washington hubiera preferido que Aristide volviera a su país después de las elecciones. Además, la campaña electoral fue marcada por olas de violencia que provocaron la muerte de al menos 4 personas y más de cien heridos. El retorno de Aristide podría complejizar más el escenario político y complicar la labor de las fuerzas de orden para restablecer la seguridad y la paz en el país, al provocar la movilización e incluso manifestaciones callejeras de sus multitudinarios partidarios a través del país.
Recordamos que el partido de la candidata presidencial Mirlande Manigat ha sido hasta ahora la principal víctima de estos hechos de violencia que obligaron en dos ocasiones a la ex primera dama a abandonar su gira de campaña en Cabo Haitiano y Mirebalais (al norte y centro del país respectivamente).
Manigat responsabilizó por la violencia a los partidos de su contrincante Michel Martelly, quien negó toda implicación de sus simpatizantes.
“Muchos de los actos de violencia que se cometieron durante las diferentes actividades de movilización (en el marco de la campaña electoral) en varias regiones del país son la obra de un tercer sector político que quiere sembrar la confusión en el proceso electoral…”, sostuvo el candidato presidencial Martelly.
Los dos candidatos pidieron a las autoridades tomar medidas urgentes y apropiadas para garantizar la seguridad y favorecer un clima de paz para la realización de las elecciones.
La Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH) expresó sus preocupaciones por las olas de violencia que marcaron la campaña electoral.
A raíz de los recientes hechos que afectaron el desarrollo normal de la campaña electoral, un gran número de ciudadanos han manifestado también sus inquietudes ante los eventuales incidentes que podrían perturbar el día de las elecciones.
¿Qué nos depara el 20 de marzo?
por: Wooldy Edson Louidor integrante del del Servicio Jesuita a Refugiados para Latinoamérica y el Caribe (SJR LAC)