A los 20 años de camino de la Agenda que se completan con esta edición de 2011, vamos a dedicarla al tema de la religión. Ni más ni menos.
Nuestra Agenda, aconfesional, ecuménica y macoecuménica, instalada en la perspectiva de la educación popular liberadora latinoamericana, ha tenido siempre un respeto muy grande por la religión. Como nuestros pueblos, que tradicionalmente han pensando que ésta era algo sagrado, intocable, digno de un respeto rayano en el temor reverencial, o en el tabú.
Pero en estos tiempos de tanto cambio, también eso está cambiando. Cambia la «epistemología». No sabemos cómo, ni es de un día para otro, pero va cambiando nuestra forma de pensar, de conocer, de proceder en el hecho mismo de conocer. Razonamos de otra manera. No sentimos ya aquellos temores reverenciales, ni mucho menos los tabúes. La sociedad se ha hecho más consciente, más crítica, y más madura también. No nos parece que haya nada que deba sustraerse a un análisis crítico, tan respetuoso como honrado. No nos escandalizamos ya de casi nada, ni
caemos en ingenuidades idealistas. Sabemos mejor que nunca cómo funciona este ser humano tan complejo, y parece que algo nos dice que hay temas nunca antes afrontados que ha llegado la hora de abordar.
Son temas que también claman por una renovación profunda. Por eso esta Agenda sobre la Religión.
Con frecuencia, en nuestros ambientes, en pro del ecumenismo y del macroecumenismo, hemos juzgado útil poner a un lado los temas religiosos relegándolos a la privacidad de cada persona para centrarnos en la «praxis histórica de liberación», que parecería ser lo único que tendría una importancia decisiva…
Pero la liberación, como la opresión, también es religiosa. A estas alturas históricas sabemos bien del papel que la religión ha jugado en la legitimación de los sistemas opresores, así como en la suscitación
de movimientos liberadores y de emancipación. Por otra parte, vivimos en una sociedad ya mundializada, en la que todos cargamos con las consecuencias de todas las posiciones religiosas de nuestros hermanos
y nuestros pueblos. Nos vemos afectados por el fundamentalismo religioso de muchas comunidades humanas, por el espiritualismo y el descompromiso histórico de grandes grupos inspirados por religiones
que los alejan de este mundo y sus problemas, así como por el fenómeno masivo de terroristas suicidas en nombre de la religión, o por el hecho de que en la única superpotencia del mundo la que con sus votos no sólo cambia su presidente sino que nos afecta a todos económica, política y culturalmente el 50% de su población todavía cree que el mundo tiene 6000 años (Dawkings), y cree que todo acabará gloriosamente en un rapto hacia el cielo (Sam Harris)… No es su problema; es también problema nuestro.
La religión no está encerrada en los templos, ni en las interioridades; está presente e infl uyente en la sociedad, en la historia, en el «capitalismo cristiano», en las personas que se sienten más almas espirituales
que han tenido la desgracia de caer en la materia y que están destinadas a ir a otro mundo tras su muerte, en vez de sentirse miembros nativos de la comunidad de vida de este planeta, llamados a co-gobernarlo y a transformar la injusta historia humana. Muchas de las reivindicaciones históricas liberadoras se estrellaron contra los temores o las exigencias religiosas. La religión también necesita liberación. Y la liberación también necesita de la religión. La lucha por la Justicia, como pasión por la liberación en la que tantos mártires latinoamericanos y tantos mártires universales nos precedieron es una experiencia «espiritual».
También por eso puede confrontarse con la religión. Pues bien, con la misma pasión de todos los años, aquí está nuestra Agenda Latinoamericana sobre la temática de la religión. Tenemos que hacer notar:
• Escribimos para todos… y la familia de los lectores de la Agenda es bien variada: desde comunidades de base del interior rural comprometidas y tradicionales, a universitarios y profesores de la gran ciudad cosmopolita de México o São Paulo. No a todos se les acomodarán todos los materiales aquí presentados… El carisma de esta Agenda es de renovación, fronterizo, siempre hacia adelante, mirando el futuro no tan inmediato, y siempre con una dimensión crítica.
Hacemos propuestas que sabemos que muchos no han intuido todavía, y que sabemos que, de entrada, van a extrañar a algunos… Les invitamos a refl exionar crítica y cautelosamente tales propuestas.
• También este año, la Agenda no es confesional, sino macroecuménica… No hablamos de nuestra religión, sino del hecho religioso, de la espiritualidad, de las religiones, todas ellas respetables y verdaderas.
• Además de la edición de papel, nos esforzamos por aportar unos materiales pedagógicos telemáticos: una guía de utilización pedagógica de la Agenda para educadores populares principalmente, y tal vez un material más estructurado y elaborado para aprovechar la ocasión y realizar una actividad seria de formación sobre esta temática en el grupo de educación popular, en la comunidad, o en el aula. Estén atentos a la «Página de información y materiales complementarios», que tan buena acogida tuvo el año pasado (latinoamericana. org/2011/info)
• Al cumplir los 20 años, entregamos de nuevo todas las Agendas, ahora digitalizadas, a disposición pública: para su reutilización, para la biblioteca-archivo de educación popular, para quien quiera coleccionarlas.
Aquí: http://latinoamericana.org/Desde1992 Con la Agenda de 2012 vamos a inaugurar un nuevo ciclo: «Las Grandes Causas, hoy». Hace 20 años que comenzamos a considerarlas en esta Agenda; es ya el momento de releerlas y actualizarlas en esta hora tan distinta, y para ese futuro tan apasionante…
Fraternal/sororalmente,
José María Vigil
Texto de presentación de la edición 2011 de la Agenda Latinoamericana Mundial