En el escenario político de la región latinoamericana, marcado por una creciente presencia militar estadounidense, que amenaza la estabilidad y los procesos de cambio antineoliberales, el reto para los movimientos sociales es aún mayor.
Concentrar esfuerzos para evitar las dispersiones y lograr una mejor coordinación entre ellos y con los nuevos actores sociales, está entre las emergencias que la coyuntura les demanda.
Compartir sentidos, valores y una agenda común, es un imperativo para conformar un espacio amplio de convergencia de la izquierda, que le dé cabida a las iniciativas de los movimientos, los partidos y gobiernos y facilite el diálogo entre ellos.
Los participantes en este seminario destacaron la importancia de las lucha de resistencia de los movimientos populares para debilitar al sistema capitalista. Ahora se trata de avanzar hacia la construcción de alternativas comunes que permitan ganar terreno y no retroceder en las transformaciones sociales, políticas y económicas a favor de las mayorías.
Los círculos de poder han dado muestras de su desesperación. Honduras es un ejemplo cercano y una alerta para quienes creen que no hay mejor gobierno que el que se teje desde abajo, con el favor y el empuje popular.
El venidero Foro Social América, a celebrarse del 11 al 15 de agosto en Asunción, Paraguay, será una oportunidad para respaldar el proceso político que lidera Fernando Lugo en esa nación. Al respecto, se insistió en la necesidad de que la activa labor de la Asamblea Mundial de los Movimientos en los foros regionales y mundiales, se convierta en un incentivo para el trabajo a lo largo del año.
Las propuestas para lograr una articulación permanente, que ofrezca seguimiento a las acciones de la Asamblea será una constante en estas jornadas de intercambio, antesala de las actividades organizadas en Brasil por los 10 años del Foro Social Mundial.
por: Llanisca Lugo, integrante del Programa de Solidaridad del CMLK