Hace meses que en Alvarado, como en tantos sitios de la geografía cubana, el nombre Irma se escucha a cada paso y en cada rincón como sinónimo de angustia, pérdida y desesperanza.
Muchos fueron los techos, las viviendas, los árboles… que no resistieron los feroces vientos de Irma encaprichados en destruir hasta la más mínima obra humana y de la naturaleza. Pero no hay significado que los hombres y mujeres de esta tierra, roja por su color y por el tesón de quienes la habitan, no hayan sido capaces de cambiar.
A cada instante vuelven la vida y la alegría. Lo destruido se planta o construye nuevamente, y donde antes dominaba el vacío hoy nacen nuevas ideas surgidas de la inspiración de pobladores y gente, que desde disímiles lugares, han venido hasta aquí para ayudar.
En medio del quehacer constante de la recuperación, la mano amiga de los hermanos y hermanas del Centro Memorial Martin Luther King Jr. y la Red de Educadores y Educadoras Populares de Camagüey, llegó hasta la comunidad Alvarado en el poblado Jaronú, municipio Esmeralda, para hacer entrega de un donativo en señal de solidaridad.
Allí, en el recién inaugurado parquecito; acompañados por nuestras banderas, la cubana y la de la Red, como muestra de la gran familia que somos; compartimos con gente de todas las edades, gente linda, humilde, sencilla, trabajadora en cuyos rostros fue visible el agradecimiento.
Ropas, zapatos, avituallamientos, artículos para aprendizaje infanto-juvenil y alimentos conformaron la donación, que si bien modesta, llegó a manos de las familias más necesitadas con una carga de infinito amor.
De aquel lugar nos llevamos enormes regalos: el sentir agradecido de los pobladores, el “Cabalgando con Fidel” en la voz de la niña Laydis Maura, la declamación de Nahomi con “Cultivo una rosa blanca”; pero nada fue tan inspirador, tan cubano, como escuchar al pequeño Marcos, con sus solo 4 añitos, entonar las primeras estrofas de nuestro Himno Nacional.
Nos marchamos de Alvarado con la certeza de que son muchos los sinónimos y significados detrás del nombre Irma. Imposible será olvidar que trajo para los cubanos muchas tristezas; pero nada como saber que los aires de esperanza y solidaridad soplan hoy más fuerte que los vientos del huracán