Desde este propósito, una sesión más del taller de capacitación de coordinadores para el módulo FEPAD de concepción y metodología de la educación popular tuvo lugar recientemente en nuestro familiar salón de talleres del Centro Memorial Martin Luther King.
Coordinar suele ser un verbo familiar que utilizamos cotidianamente, y usamos siempre que estamos haciendo alusión a concertar esfuerzos, medios, pensamientos, hechos para una acción común. Hablamos por lo tanto de un taller que, más que un evento coordinado por unas y otros, fue el espacio en que compartimos entre todos y todas nuestras motivaciones, deseos, miedos y experiencias (teóricas y prácticas) en torno a las razones y maneras de coordinar un espacio de formación orientado a abordar la concepción y metodología de la educación popular.
A pesar de que presencialmente éramos sólo dieciséis participantes, durante todo el taller estuvimos en compañía de ciento treinta y dos personas más. Estuvimos mági-camente acompañados por esas más de cien personas que se juntarán en los cinco grupos que cursarán este módulo próximamente.
Es verdad que no estuvieron físicamente presentes. Pero esas personas salieron a relucir una y otra vez a lo largo del taller: en las expectativas, en las motivaciones y deseos compartidos para coordinar el módulo, en el análisis y reflexión de cada uno de los contenidos y de la propuesta metodológica.
En coherencia con nuestra concepción de trabajo, no hubiera podido ser de otra manera. Ya lo sabemos: una de las funciones fundamentales de un coordinador o coor-dinadora consiste en promover que las personas sean los verdaderos sujetos de los procesos de formación en que se implican, a partir de sus experiencias en las prácticas sociales de las que participan.
Febrero y marzo son los meses en que dichos coor-dinadores y coordinadoras posiblemente comenzarán a implementar —y compartir con sus respectivos grupos— los aprendizajes que construimos en el taller pasado. Vecinos y vecinas de la comunidad, promotores culturales, integrantes de Consejos Populares, de gobiernos municipales, profesores y profesoras, trabajadoras y trabajadores sociales vinculados a proyectos de trabajo comunitario por estos meses estarán trenzando sus saberes, motivaciones y actitudes en pos de aprehender desde la participación popular y para la participación popular.
Y así, tejiendo y tejiendo a través del diálogo, desde “Las Tamaras”, en Bayamo; Manicaragua, en Villa Clara; Güines, y los TTIB de Alamar, Playa y el barrio de Pocito-Zamora, en Marianao, las vivencias y conocimientos compartidos en el taller de seguro serán enriquecidos. No hay dudas, de esa manera se reforzará el compromiso para continuar rompiendo el hielo. Estos nuevos esfuerzos, no quepa duda, darán más calor y color a nuestros empeños por elevar el protagonismo popular.