“Nuestra visita a Cuba se produce en un momento de cambios naturales que acontecen en nuestros países; algunos en Cuba como consecuencia de la actualización de su modelo económico y tras los acontecimientos recientes del proceso de normalización de las relaciones entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos y también tras el fallecimiento del expresidente Fidel Castro, y en Estados Unidos, signados por el cambio de administración en el gobierno.
Yo creo que los líderes cristianos que me acompañan, en el contexto de la nueva realidad entre nuestros países, basadas en la normalización, entendemos la importancia de este momento para las iglesias de ambas naciones.
Este es un viaje para dialogar sobre nuestra visión común. Sobre nuestras esperanzas para el pueblo cubano y para la prosperidad de la fe.
También es un viaje de reafirmación solidaria. Como organización, Church World Service ha trabajado todos estos años apoyando las principales causas defendidas por el pueblo de Cuba, como la liberación de los antiterroristas cubanos presos en cárceles de Estados Unidos, la normalización de las relaciones entre nuestros países, y el fin de la política de embargo sostenida por las administraciones estadounidenses desde hace más de 50 años.
Uno de los primeros asuntos a los que debemos dirigirnos, todavía hoy, es al levantamiento del embargo económico. Es una causa que aún sigue vigente porque ningún pueblo puede prosperar a no ser con el apoyo de otras comunidades. Así que sabemos que la imposición del embargo contribuye a la pobreza, a la condición de pobreza, y refuerza nuestra lucha en su contra, desde nuestra posición de cristianos, pero también como seres humanos.
El embargo les niega realmente a las personas la oportunidad de usar sus talentos y superar su calidad de vida, y la de sus familias. Creo que es un gran reto para nuestro trabajo de solidaridad con Cuba, en el futuro.
Otro tema en el cual queremos brindar acompañamiento es informando sobre la emergencia de nuevas iglesias. Hay mucha desinformación sobre esas nuevas comunidades de fe emergentes, la mayoría, originarias de Estados Unidos y que se expanden a otros países como es el caso de Cuba. Saber cuáles son sus intereses, sus realidades, sus metas, es una labor a la que nos integramos desde la información y la capacitación en estos temas.
En fin, creo que en este contexto tenemos una gran oportunidad para hablar de las iglesias y denominaciones que están viniendo desde los Estados Unidos a Cuba, incluso ayudando al Consejo de Iglesias de Cuba a entender que es lo que esas iglesias tienden a representar.
Esta es una oportunidad para el diálogo y la confraternidad y para eso vinimos. Para muchos no es la primera vez en Cuba y es alentador experimentar nuevamente la hospitalidad de este pueblo y la fortaleza de su fe.