El propsito central de la Convencin es el reconocimiento de que los bienes culturales producidos en todo el mundo son expresiones de una rica y diversa identidad cultural, y por lo tanto no pueden ser tratados como simples mercancas ni regidos por las normas del libre comercio.
Este instrumento jurdico internacional fue adoptado con el voto a favor de 148 pases, no obstante una fuerte oposicin de EE.UU., que qued prcticamente aislado al votar en contra, junto con Israel. Cuatro pases se abstuvieron: Australia, Nicaragua, Honduras y Liberia. La Convencin entrar en vigencia tres meses despus de que los primeros 30 pases lo hayan ratificado.
La Convencin es considerada un logro importante para los pases del Sur y varios pases desarrollados (entre ellos Francia y Canad), que luchan por preservar su identidad cultural frente a la llamada “industria del entretenimiento”, dominada por EE.UU. No obstante, muchos reconocen que es apenas un primer paso, pues la Convencin carece de mecanismos claros de implementacin y resolucin de disputas.
El documento reafirma el derecho soberano de los Estados a elaborar polticas culturales con miras a proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales, por una parte, y a crear las condiciones para que las culturas puedan prosperar y mantener interacciones libremente de forma mutuamente provechosa, por otra (Artculo 1).
Una serie de principios, enumerados en el Artculo 2, reafirman “el derecho soberano de los Estados de conservar, adoptar y poner en ejecucin las polticas y medidas que juzguen apropiadas en vista de la proteccin y de la promocin de la diversidad de expresiones culturales en su territorio”. Garantizan que ninguna medida destinada a proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales atente contra los derechos humanos y libertades fundamentales. Adems, afirman el principio de apertura y equilibrio, que asegura que, cuando los Estados adopten medidas para favorecer la libertad de las expresiones culturales, procurarn promover de manera adecuada la apertura a otras culturas del mundo.
Oposicin estadounidense
La delegacin estadounidense en la Conferencia (pas que regres a este organismo de la ONU en 2003, luego de 19 aos de ausencia), argument que la Convencin en realidad trata de comercio, materia en la que la UNESCO carece de autoridad para establecer normas obligatorias. Washington intent introducir unas 30 enmiendas al documento hasta ltima hora, consiguiendo el apoyo de algunos pases para varias de ellas; pero ninguna prosper. Una docena de estas enmiendas se relacionaban con la propiedad intelectual, tema sobre el cual varias referencias, presentes en los borradores anteriores, haban sido eliminadas, por iniciativa de Brasil, entre otros.
A inicios de octubre, la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dirigi una carta a los dems gobiernos, en la que llama a postergar la adopcin de la Convencin y advierte que sta “deteriorar la imagen de la UNESCO y sembrar confusin y conflicto en lugar de cooperacin”. En la prensa de ese pas, se ha desatado una ofensiva editorial atacando la Convencin – que se prestara al proteccionismo contra las importaciones culturales- y contra la propia UNESCO, similar a lo que sucedi vsperas del retiro de EE.UU. de este organismo hace dos dcadas.
No obstante, el gobierno de EE.UU. ya haba logrado su principal meta, que era evitar que la Convencin tenga preeminencia sobre otros acuerdos comerciales. El Artculo 20 garantiza una relacin de potenciacin mutua, complementariedad y no supeditacin con otros instrumentos internacionales, formulacin ambigua que le resta fuerza a la Convencin y siembra la incertidumbre en posibles futuros litigios, por ejemplo en la OMC. Adems, estipula que ninguna disposicin de la presente Convencin podr interpretarse como una modificacin de los derechos y obligaciones de las Partes que emanen de otros tratados internacionales en los que sean Parte.
La Campaa por los Derechos de la Comunicacin en la Sociedad de la Informacin CRIS, que particip activamente durante la fase de elaboracin de la Convencin, ha emitido una Declaracin en la que acoge favorablemente la aprobacin de la misma y llama a los Estados a ratificarla. Anuncia que se mantiene vigilante frente a la ambigedad de la clusula sobre la relacin con otros tratados, “lo cual puede llevar a algunos ministros de comercio a ignorar completamente el marco de la Convencin en sus negociaciones”. Por lo mismo, invita a la sociedad civil a monitorear la participacin de sus ministros de comercio en las prximas negociaciones de la OMC en Hong Kong, y en futuras negociaciones comerciales, sean bilaterales o multilaterales.
CRIS critica tambin el hecho de que la Convencin pone escaso nfasis en la proteccin y promocin de la diversidad cultual al interior de los pases, especialmente en relacin a las culturas indgenas, y deplora que no se haya mencionado la necesidad de poner fin al robo de la sabidura ancestral de los pueblos indgenas mediante patentes en manos de empresas transnacionales. Lamenta asimismo la ausencia de referencias que enfaticen la importancia del dominio pblico y las licencias libres (creative commons).
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