No alcanzamos la cantidad de participantes esperada ni siquiera empezamos a la hora planificada. Sin embargo, nos dimos la oportunidad de continuar los pasos de Martin Luther King Jr. en el 46 aniversario de su muerte.
Entre velas compartimos nuestros sueños, nacidos desde cada experiencia de vida, aunque al final todos tenían el mismo sentido: hacer de nuestras redes un agente de cambio en la construcción de la sociedad cubana actual, una sociedad donde seamos capaces de vivir como hermanos, defendiendo los derechos humanos y los valores legados por los próceres de la patria.
Vimos al Moisés negro bajar de la montaña, con sus ansías de enfrentar la pobreza, el racismo y tanta discriminación. El Premio Nobel de la Paz de 1964 que nunca se rindió en batalla nos alertó “No sé que pueda pasar. Nos esperan días difíciles”, mas estamos listos para seguir adelante, la causa vale la pena.