Acucioso investigador de nuestras races culturales y apasionado promotor de lo ms genuino de la trova cubana, Alberto Faya, msico y director del grupo Camino de Santiago, conversa —electrnicamente— con Caminos, ahora gracias a las bondades de la comunicacin ciberespacial.
Recientemente una numerosa delegacin de intelectuales, artistas y representantes de organizaciones sociales, religiosas, estudiantiles, de mujeres, campesinos de nuestra isla participaron en la III Cumbre de los Pueblos de Mar del Plata, y, antes tuvo lugar en numerosos pases del continente El Grito de los Excluidos/as, cmo ha sido concebido este concierto y qu se propone?
Soy de los que piensa que la labor de los artistas debe estar en funcin de la lucha por los altos propsitos en defensa de la humanidad. En ello radica la gran felicidad de la creacin.
Este concierto est inspirado en el papel desempeado por los pueblos en sus encuentros de lucha y resistencia como el ms reciente, realizado en Mar del Plata, del cual esta presentacin, no es ms que una sencilla continuacin.
El concierto que pretendemos ofrecer en el Centro Hispanoamericano de Cultura este prximo 30 de noviembre y que hemos llamado El Grito de los Excluidos/as auspiciado por los compaeros del Centro Memorial Martin Luther King y AUNA; est orientado en ese sentido y trataremos, humildemente, de expresar el producto de nuestras preocupaciones, hallazgos y esperanzas.
Tal vez no sea lo que hubiramos deseado pero ser lo que honestamente hemos podido hacer. Es, a la vez, el resultado y los propsitos, la satisfaccin y la insatisfaccin, el sentido de la bsqueda y el respeto por la cultura de los pueblos que es la que nos define.
Hemos invitado a personas que respetamos mucho por su dedicacin sin descanso a la indagacin en el mundo de lo popular, a desentraar los secretos de nuestras races insertados en la vida cotidiana, en nuestra cultura: Rogelio Martnez Fur, intenso batallador, hombre iluminado por la necesidad de encontrarnos y de encontrarse, y Gregorio Hernndez, un guerrero tambin que hace del encuentro con sus propias races una esencia de vida.
A ellos se unirn una serie de jvenes y mi compaera, Mara de los ngeles Crdova, una investigadora social quien ha hecho de la msica el escenario de sus operaciones. Entre esos jvenes estn mis dos hijos por lo que el concierto se convierte en una declaracin familiar de principios. Yo slo doy gracias a la vida por haberme dado tanto.
Por muchos aos te has dedicado no slo a cantar sino a investigar los ritmos y msicas de nuestros pases, qu rasgos musicales y culturales nos distinguen a los latinoamericanos y caribeos y por qu consideras que en un mundo, lamentablemente, banalizado y comercializado, es importante rescatar nuestras msicas?
Las culturas de Amrica Latina y el Caribe son el producto de la confluencia de muchas que, amalgamndose en nuestras tierras, han contribuido a caracterizar cada una de las expresiones nacionales que distinguen a nuestros pases. Este proceso de transculturacin como lo llamara Don Fernando Ortiz- es el que nos ha caracterizado. Numerosos pueblos africanos, asiticos y europeos han dejado su impronta en nuestro quehacer.
Ninguna parte del mundo puede exhibir, como nosotros, tal composicin tnica. Ello nos permite ser latinoamericanos y caribeos y, a la vez, ser una parte del resto del mundo. Estos rasgos han influido a todas las expresiones de la cultura artstica producida en nuestras tierras y, en consecuencia, a nuestra manera de ser as como de ver e interpretar el mundo.
La esencia de esos procesos de mezcla o de mestizaje est en nuestros pueblos y, entre la gente ms humilde existe la ms rica porcin de elementos constitutivos de lo que pudiera llamarse nuestra idiosincrasia. Esto se debe al hecho de que, histricamente, numerosos grupos humanos, discriminados por concepto de su ubicacin social en nuestras sociedades, han encontrado refugio cultural en el seno de las masas ms econmicamente desvalidas. Las llamadas culturas populares de Amrica Latina y el Caribe constituyen hoy una reserva humana de valores incalculables.
El mundo al servicio de las ganancias obtenidas por las clases dominantes est diseado para reducir los intereses de las personas a una cierta cantidad de productos susceptibles de ser comercializados. El comercio slo necesita tantos productos como aquellos que le permitan producir ganancias. La vida es analizada segn los rditos y no se enfatiza en la diversidad y multiplicidad que nos enriquecen espiritualmente. Para los propsitos capitalistas, la espiritualidad slo est en funcin del dinero que produzca. Hace ya algn tiempo, alguien declar descarnadamente: Yo no hago cultura, yo la vendo. El mundo del comercio se apoya no en la multiplicidad y la diversidad humanas sino en lo que enriquece.
Esto hace muy difcil la subsistencia de las culturas populares y, en muchas ocasiones, las somete a la definicin de alternativas adems de aislarlas, condenarlas a vivir en ghettos, excluirlas. Para ti qu significa gritar por los excluidos/as?
El Grito de los Excluidos/as es una metfora sobre la necesidad de ocupar el espacio que nos corresponde y de que nuestra cultura forme parte activa del desarrollo humano total. No hay posibilidad de un pleno desarrollo de la humanidad mientras existan las discriminaciones por concepto de clase, raza, gnero o cultura. Entonces, El Grito de los Excluidos es la expresin de la necesidad de que se respeten plenamente los derechos humanos. Crees que la era posmoderna y la globalizacin neoliberal pueden acabar con la memoria?
La globalizacin al estilo capitalista y el sometimiento de la cultura a los dictmenes del mercado crean las condiciones para la extincin de la raza humana caracterizada por su diversidad.
Es importante luchar por una real globalizacin que respete la diversidad creada por siglos y siglos, que se respete el patrimonio enriquecedor logrado por tanta gente, en tantas partes del mundo. No es posible una humanidad sin diversidad y la globalizacin mercantil tendiente a la homogenizacin que, apuntalada por muchos apstoles del postmodernismo, atenta contra nuestra existencia misma.
El crecimiento desmedido de los intereses mercantiles no slo est daando el entorno fsico del planeta sino tambin su espiritualidad. Est daando lo que, bsicamente, nos separa de los animales. Vivimos en un mundo mercantilizado que debe ser transformado en funcin de nuestra propia supervivencia.