Jennifer Bello, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria, al dar inicio a esta actividad se refirió al significado de la Plaza Ignacio Agramonte como símbolo de las luchas estudiantiles por alcanzar la independencia de Cuba antes de 1959 y de la historia misma de la Revolución. La joven apuntó que habrá movilización mientras quieran interferir en nuestros asuntos internos, pretendan manipular a la juventud, exista bloqueo y permanezca la ilegal base naval estadounidense en Guantánamo.
“Nadie tiene derecho a interferir en los destinos de nuestro país, a decidir por nosotros cómo queremos que sea nuestro presente y nuestro futuro…nadie nos puede hacer olvidar nuestra historia, nuestra cultura, nuestras luchas…Solo con la unidad del pueblo cubano podremos seguir venciendo”, dijo.
También hicieron uso de la palabra María del Carmen Barroso, dirigente campesina y el joven argentino Mario Salvador, graduado de la carrera de Psicología en Cuba.
Hasta la plaza universitaria en el Vedado habanero llegaron sindicatos, integrantes de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), estudiantes de diferentes niveles de enseñanza desde escuelas primarias y secundarias hasta la universitaria.
Estuvieron también José Ramón Balaguer Cabrera, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), el Secretario General de la Central de Trabajadores (CTC) Ulises Guilarte, la Secretaria General de la Organización SPAAAL Lourdes Cervantes y la Presidenta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Kenia Serrano.
El trovador Tony Ávila y su grupo se sumaron con su música a este llamado en defensa de la soberanía. “Mi Casa. cu” uno de sus temas más populares recuerda que esta isla es nuestra y que los cambios necesarios para sentirnos más a gusto en casa, deben edificarse entre todas y todos, sin afectar los cimientos que han hecho posible que lleguemos hasta aquí, con una singular historia nacional y como referente de lucha y justicia social para otros pueblos.
Sus temas le pusieron sabor cubano a la jornada y no faltó la oportunidad para bailar, agitar banderas y celebrar de conjunto la certeza de que la soberanía es una conquista de la Revolución cubana, que cada hija e hijo de esta tierra debe defender.
Mientras en La Habana sonaba la música cubana en Guantánamo también se oía con fuerza popular esa frase que por estos días ha acompañado las acciones contra el bloqueo de Estados Unidos hacia la isla y que la jornada continental también asumió como razón de movilización: Cuba es nuestra.
Guantanameras y guantanameros entre ellos integrantes de la red de educadoreas y educadoras populares se unieron en Caimanera para reclamar que el territorio ocupado por la Base Naval estadounidense sea devuelto a sus legítimos dueños, el pueblo cubano. Esa base lacera la soberanía cubana y no habrá voces débiles o silencio mientras una parte del territorio nacional esté en manos extranjeras.
El 1ro de enero de 1959 Cuba cambió y la condición misma de vivir en revolución es una apuesta por el cambio, por las transformaciones que involucran y benefician a las mayorías. Por eso en días como estos, cuando nuestras hermanas y hermanos del continente exigen respeto a la voluntad popular, a los gobiernos democráticamente electos, al derecho por la tierra y las semillas, y contra la lógica depredadora del capital que arrasa los bienes naturales, que cosifica a los seres humanos y los clasifica: unos con más privilegios y derechos, otros excluidos y olvidados; en Cuba la voz popular llama a no perder de vista ese contexto regional, para evitar que nuestra sociedad camine conscientemente o no hacia modelos de vida deshumanizantes.
Defender la soberanía es esencial para hacer realidad nuestros proyectos de futuro, para que Cuba se desarrolle a partir de lo mejor de nuestra tradición y de los avances de nuestra época, pero dejando fuera todo aquello que dañe la integridad humana y que perjudique el bienestar común.
Por eso la convocatoria a esta jornada que celebramos en Cuba y Latinoamérica este 4 de noviembre, sigue en pie para ponerle freno a quienes se benefician y promueven el avance del capital trasnacional y de las políticas neoliberales. Sepan que en cada espacio de esta Patria Grande hay hombre y mujeres de bien que resisten y construyen alternativas, que apuestan por vivir un mundo donde quepan todos los sueños de justicia.