Arrancamos el 2011 con esperanza y revolución en nuestros corazones y mentes, mientras apoyamos las luchas por la autodeterminación y democracias participativas en el norte de África y el mundo árabe. Los pueblos de Argelia, Bahrein, Egipto, Irán, Libia, Marruecos, Túnez y Siria han demostrado que los levantes masivos de mujeres y hombres tienen el poder de derrocar gobiernos y dictaduras. Las voces de las mujeres son cruciales para la construcción del pueblo, y en este Día Internacional de las Mujeres, renovamos el compromiso de luchar junto a nuestras compañeras para asegurar su participación activa en los procesos de transición de sus países.
Pasado un año del lanzamiento de la 3ra Acción Internacional, nosotras – feministas y activistas de la Marcha Mundial de las Mujeres – seguimos marchando, resistiendo, y construyendo alternativas. Renovamos nuestro compromiso organizarnos colectivamente hasta que todas nosotras seamos libres de la opresión y discriminación con las que lidiamos como mujeres. Tenemos el compromiso de fortalecer, consolidar y expandir nuestro movimiento de base, permanente, alrededor del mundo.
Nos desafía la necesidad de analizar, construir y fortalecer los vínculos entre nuestros Campos de Acción – Trabajo de las mujeres (por autonomía económica); Violencia hacia las mujeres; Bien común y servicios públicos; Paz y desmilitarización – en nuestra lucha por autonomía sobre nuestras vidas, cuerpos, nuestros cuerpos y territorios.
Las acciones que realizamos como parte de la 3ra Acción Internacional hicieron estos vínculos aún más explicitas y visibles: los intereses económicos de las corporaciones internacionales y los intereses geo-políticos de gobiernos que son combustibles para los conflictos (como en la República Democrática del Congo y en Colombia); el uso sistemático de la violencia hacia las mujeres como arma de guerra en estos conflictos; la explotación del trabajo productivo y reproductivo y del medioambiente para fortalecer el patriarcado y el racismo para proteger el capitalismo de su crisis sistémica; la privatización de los servicios públicos y de los recursos naturales; y la promoción del “capitalismo verde” para seguir maximizando la riqueza y las ganancias.
Son las acciones locales, nacionales y regionales concretas en distintos países que dan el significado a estas ligaciones entre nuestros Campos de Acción. Cuando hacemos protestas delante de bases militares extranjeras o instalaciones militares en nuestros países, o cuando hacemos acciones directas para hacer presión en nuestros gobiernos para que disminuyan los presupuestos militares, estamos diciendo “¡Basta!” a la militarización de nuestras comunidades y sociedades.
Cuando nos movilizamos delante de embajadas, nuestra solidaridad es traducida en acciones en nombre de nuestras compañeras que están encarceladas, torturadas, estupradas y criminalizadas en otros países. Cuando hacemos escuchar nuestras voces fuertes, cuando estamos visibles y irreverentes en las calles, estamos desafiando el sistema patriarcal donde los espacios naturales de las mujeres son la casa y la familia.
Cuando exigimos salarios iguales para trabajos iguales y derechos laborales, estamos luchando por condiciones de trabajo justas para todas las compañeras exploradas en el sistema globalizado y capitalista. Cuando resistimos las falsas soluciones para el cambio climático (el mercado de carbono, los agrocombustibles, REDD, etc), estamos demostrando que no podemos aceptar la destrucción de pueblos y de nuestro planeta mientras las grandes empresas siguen contaminando y destruyendo.
Cuando nos movilizamos en contra a las corporaciones mineras transnacionales que tienen sus sedes en los países europeos y norteamericanos, estamos mostrando que no aceptamos la explotación del medioambiente y de los pueblos en los países donde la economía es dependiente de la exportación de metales y minerales.
En un mundo globalizado y de libre-mercado, el sistema capitalista y patriarcal no tiene fronteras, mientras pueblos son controlados adentro de espacios confinados, o forzados a huir de sus territorios ancestrales.
Seguimos en solidaridad con nuestras compañeras y compañeros – en Sahara Occidental, Palestina, el mundo Árabe y el medio oriente, en Costa do Marfil, Honduras y Kurdistán – luchando por el control y descolonización de sus tierras y sus recursos naturales, para terminar con la explotación de sus pueblos, por la paz y en contra los conflictos y la militarización.
¡No nos callaremos con balas, bombas y agresiones! El 8 de Marzo es un día histórico para la lucha de las mujeres y en el calendario feminista y ¡estaremos, una vez más, en las calles para protestar, denunciando y celebrando las victorias que tendremos en el 2011!
¡Seguiremos en marcha hasta que todas seamos libres!