Marianao es un barrio ubicado al oeste de la ciudad de La Habana. En este lugar, desde 1987 un grupo de personas vinculadas a la Iglesia Bautista Ebenezer construye el Centro Martin Luther King. Desde sus amplias instalaciones se pueden ver las avenidas 100 y 51, por donde pasan las famosas guaguas, ómnibus articulados que transportan a miles de personas hacia y desde el centro, cada mañana y cada tarde. Y junto a ellas, una gran cantidad de autos viejos, la mayoría de las décadas del 50 y 60. Estos carros, llamados “almendrones”, por diez pesos moneda nacional unos cuarenta centavos de dólar llevan gente a Vedado o a La Habana Vieja en un taxi “por puesto”, recorriendo los casi doce kilómetros que separan a estos barrios más céntricos y turísticos de la sede del CMMLK.
Allí, personas de diversas edades, orígenes y culturas compartieron durante una semana una intensa agenda de práctica y debate sobre un “otro” ejercicio de la comunicación y el periodismo.
Trabajo ecuménico, para la articulación popular
En este cuarto de siglo de trabajo practicando la tolerancia religiosa, la defensa de la Revolución y promoviendo la participación de base, el CMMLK se ha ido constituyendo en una referencia en el campo de la educación y la comunicación popular en Cuba.
Entre 2010 y 2012, este recorrido cuajó en dos espacios de articulación: la Red de Educadoras y Educadores Populares y la Red Ecuménica Cuba con Fe. Además, el Centro Memorial participa desde sus inicios en la Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA.
De todos esos espacios de confluencia provinieron la mayor parte de las invitadas e invitados, aunque no exclusivamente, generándose un ámbito de encuentro entre diferentes realidades y puntos de vista, que se intercambiaron a partir de talleres de radio, audiovisual y contenidos web.
La representación local corrió por cuenta de militantes de las dos redes que anima el CMMLK, con delegadas y delegados de las provincias de Holguín, Granma, Camagüey, Sancti Spiritus, Villa Clara, Matanzas, Pinar del Río y La Habana. Muy jóvenes en su mayoría, sus intervenciones dieron la posibilidad de asomarse a conocer la realidad profunda de la isla, marcada por un proceso de autocrítica y cambios, a partir de los lineamientos del VI Congreso del Partido Comunista Cubano (PCC).
Entre estas cuestiones a modificar en forma urgente, casi todas las voces enfatizaron en la necesidad de renovar la comunicación. Pero no para volver a la lógica de las grandes corporaciones, sino para darle mayor poder al pueblo, desde una perspectiva de defensa y al mismo tiempo profundización de la Revolución, rechazando todo contenido dogmático y autocomplaciente.
Prácticas concretas desde los pueblos
El taller también se propuso promover el desarrollo de trabajos conjuntos. Así, se resolvió el armado de informes especiales. El primero de ellos, previsto para fin de año, será justamente sobre la comunicación popular en América Latina y el Caribe. A este informe le seguirá la elaboración entre enero y febrero de 2014 de un dossier sobre “Soberanía y Defensa de los Territorios”. Este fue destacado como uno de los principales problemas de los pueblos, ante la ofensiva de las trasnacionales mineras, petroleras, hidroeléctricas y del agronegocio en todo el continente.
En diálogo con Marcha, Jean Malaguer, del nodo Granma de la Red de Educadoras y Educadores Populares, dijo que “fue un taller bastante integrador, como un faro para guiar el camino que estamos llevando: la articulación de la gran red de hombres y mujeres que vamos intentando construir una comunicación como dijera Martí en favor de los pobres de la América. Una red de esas personas que están provocando cambios en favor de la humanidad”.
“Me llevo un montón de aprendizajes. También una tarea grande”, enfatizó la periodista mexicana Gloria Muñoz Ramírez, directora del proyecto Desinformemonos.org. “Porque uno no puede venir a un taller impunemente: no puedes llegar y hacer que no pasó nada. Ni que no dijiste nada, porque hablar te compromete; ni que no escuchaste nada, porque oir también te compromete. Me llevo unas ganas enormes de seguir en contacto, de una vinculación muy directa, de trabajos concretos”.
Marc Antoine Honorati, de la Federación de Periodistas de Artibonit, de Haití, en su trabajoso pero comprensible español expresó: “He aprendido muchas cosas, con ellas voy a trabajar con los demás compañeros de allá, para ver qué podemos hacer juntos. Estamos en el mismo camino”.
“Para mí fue un honor estar acá, que mis compañeros hayan confiado en mí para venir”, dijo con emoción Alejandra Díaz, de La Garganta Poderosa. “Aprendí algunas cosas prácticas, como cortar o editar un audio y otras cosas que no sabía. Además tuve el honor de conocer otras culturas, como la haitiana”. Alejandra vive en Zavaleta, en el barrio porteño de Pompeya. Se sumó a la organización barrial luego de que la policía matara a su hijo, en un episodio que nunca fue aclarado. Desde hace un año y medio es redactora de “la primera revista de cultüra villera”, según señaló al presentar la iniciativa. Además de ella, participaron representantes de otras dos organizaciones de Argentina: la agrupación Kiki Lezcano y el FPDS Corriente Nacional/ Patria Grande.
Isaac Marín, del Congreso de los Pueblos de Colombia, manifestó que “el desarrollo del taller fue productivo en términos de que se van tejiendo lazos con la experiencia de otros países”. Para concluir: “En fin, lo importante de todo esto es cómo nos vamos entrelazando, cómo vamos haciendo red, comunicación desde otra mirada, poniéndole voz a los pueblos y a las comunidades”.
tomado de http://www.marcha.org.ar/1/index.php/elmundo/103-cuba/4425-con-voz-propia-para-cambiar-todo-lo-que-deba-ser-cambiado