Entrevista a Magdiel Sánchez, mexicano estudioso del pensamiento de Fernando Mártinez Heredia.
Fernando Martínez Heredia fue uno de esos hombres que trascienden épocas y límites territoriales, la profundidad y riqueza de su pensamiento ha contribuido a la construcción de procesos colectivos y emancipadores, ha movido a la reflexión crítica y por ello tiene no pocos seguidores, entre ellos el mexicano Magdiel Sánchez, quien forma parte de la Nueva Constituyente Ciudadana Popular, un movimiento social que se plantea la refundación de México; este joven asegura que el acercamiento a la ideología y la praxis del intelectual cubano transformó su vida. En diaólogo reciente sostenido en el Centro Martin Luther King, nos ofreció detalles acerca de su más reciente investigación: “Romper los límites de lo posible, el pensamiento crítico de Fernando Martínez Heredia”
Magdiel: En un período de dos años estuve trabajando investigando su pensamiento directamente con él mediante entrevistas, encuentros, y finalmente una estancia aquí en Cuba. El título es una idea muy sencilla, desafiante, que de alguna manera puede expresar eso que cotidianamente pensaba Fernando, a lo que cotidianamente se enfrentaba y tiene reflejo en las luchas de todos los pueblos del continente. El tema central es salir de las cadenas de la opresión, de la dominación, romper los límites de lo posible sería romper esas barreras que nos llaman a rendirnos, a conformarnos con lo establecido; esa de entrada es una de las cosas que podemos entender como uno de los aportes de Fernando.
¿Cómo traerlo a la contemporaneidad en todas sus dimensiones, para las luchas en América Latina, para las apuestas del Centro Martin Luther King y el movimiento que queremos construir?
Magdiel: Fernando tiene mucha vigencia, es un pensador al cual es muy difícil encasillar en una sola disciplina por lo que no tiene una sola forma de continuidad, sus ideas trascienden su vida, sobre todo en los terrenos que implican juntarse con más gente, articularse con las personas. Esta idea que estuvo siempre con él de romper los límites, y su práctica política, están relacionadas con el desafío que tenemos en toda América Latina de cómo liberamos a nuestros pueblos. Él reflexionó mucho acerca de cómo se alcanza una liberación social y al mismo tiempo una liberación nacional; creo que da muchas pistas, pues todo su pensamiento viene de una reflexión política práctica, fue un revolucionario cubano, internacionalista, por tanto la práctica revolucionaria era la que motivaba su reflexión, ofrece muchas claridades sobre lo que necesitan los moviemientos sociales, cómo pensar la práctica de estos. Es uno de los pocos pensadores contemporáneos que reflexionan muy cerca de los movimientos sociales y son muy útiles sus ideas. Atemperándolo a los momentos actuales, es un pensador socialista, hay algo central en su reflexión, para romper los límites de lo posible tenemos que pensar en las tareas de aquí y ahora cómo hacer una transición socialista. Él teorizó mucho sobre la transición socialista en el caso cubano y ahí el Centro Martin Luher King, la sociedad cubana, los jóvenes, tienen un gran camino por aprender, hacerse de él y seguir, pero también todos los latinoamericanos, tenemos en este pensamiento grandes referencias.
¿Cuáles son los aspectos del pensamiento de Fernando que te han hecho problematizar en una mayor medida?
Magdiel: Primero el tema de la transición socialista es muy importante, precisamente en tiempos en los que hablar de socialismo está mal visto, en el que una gran parte de movimientos sociales lo han dejado de lado adecuándose a las políticas que se dicen realistas. Él plantea que no se puede hacer de lado el tema del socialismo; el desafío de avanzar con una propuesta política socialista lo tenemos que hacer en el aquí y el ahora a pesar de todas las adversidades; lo cual no es solo para Cuba sino también para cualquier otro país, eso implica o nos demanda en momentos de tanta debilidad como los que tenemos ahora, plantear una ofensiva cultural, que es también política, es la conexión de lo político y lo cultural para poder avanzar en esta liberación. Ligado a ese tema de la cultura, Fernando da muchas pistas para que comprendamos lo popular, las complejidades de las acumulaciones culturales que tiene un pueblo y entender que en la la diversidad está la riqueza, y cómo los grandes complejos culturales que conforman a los sujetos populares no son un freno para la lucha sino algo con lo que debemos saber trabajar. Derivado de esto es muy rica también su comprensión de la religión, lejos de las lecturas dogmáticas que la satanizan, él va a entender lo importante y lo subversiva que puede ser en muchos momentos de la lucha revolucionaria; asimismo defiende los elementos de lo nacional, que en algunos lugares se reniega de ello y se le ve como un obstáculo; además pone en duda que solo son los trabajadores obreros, industriales los sujetos de cambio, en lugar del pueblo en su conjunto. En fin, nos da muchas pistas de ese camino de la lucha revolucionaria.
Hay una cosa brillante de él en su reflexión permanente, en sus reflexiones sobre Antonio Guiteras, sobre el Che, sobre Fidel, que es la determinación personal, rompiendo el fatalismo geopolítico, de que la economía es la que determina todo y tenemos que estar a expensas de que las estructuras económicas nos digan cuándo un tiempo es benéfico o propicio para una transformación. Fernando insiste en cómo las grandes revoluciones han dependido en sus inicios de la determinación personal, entendida en cómo una persona va tomar la decisión de romper con los límites de lo que aparece como lo posible, ir más allá y abrir puertas a la historia donde no las había. La voluntad individual transformándose luego en colectiva es la que puede abrirle a los oprimidos, a los dominados, puertas a la liberación.
Teniendo en cuenta la importancia de esta investigación ¿cómo se puede acceder a ella?
Magdiel: Hay un trabajo que también le corresponde al Centro Martin Luther King, pues gran parte de sus investigaciones más recientes fueron publicados o presnetados en ponencias, en la Revista Caminos, en antologías, en Paradigmas, como el texto en elue q planteaba los problemas y desafíos del anticapitalismo en América Latina a partir de la vida de Fidel Castro. Hace poco se publicó en la página de CLACSO una antología llamada “Pensar en tiempos de revolución”, que a mí me tocó seleccionar, organizar y prologar; es hasta ahora el material más abundante con a tarvés del cual se puede acceder a su pensamiento, 38 textos que dan un panorama abarcador de sus ideas. Esta investigación la estoy trabajando para que pueda ser publicada. También hay otros espacios como el blog La tizza que está publicando sus materiales, y Cubadebate, donde aparecen varios de sus textos sobre política contemporánea cubana. Todo está a disposición de la gente para que los hagan suyos, porque nos dan herramientas a todos, son lecciones para los pueblos que debemos tener en cuenta y abren desafíos colectivos.
¿Tienes alguna anécdota personal sobre Fernando que quisieras compartir?
Magdiel: Hay muchas, muy ricas, algo que creo que pasa con él es primero que era una persona sumamente generosa, un intelectual compremetido, revolucionario, abierto a compartir su saber con todas las personas. Un conjunto de anécdotas que quedan presentes de él nos marcan, nos conforman. Una puede resultar demasiado poco para describir lo que fue.
¿Cuánto tiempo llevas estudiando su obra?
Magdiel: Los conocí a él y a Esther Pérez en un curso en el 2007 en la Florestán Fernandes, del MST, y desde ahí inicié una relación con ellos, me pareció especialmente brillante lo que impartieron, intercambiamos varias veces hasta que tuve la posibilidad de venir a Cuba. Mi investigación fue posible también gracias al apoyo del CMLK, más el de las amistades que conocí aquí.
¿Transformó tu vida este acercamiento a la persona y a la obra de Fernando?
Magdiel: Fernando es una de esas personas que son capaces de alterar las vidas, en el mejor de los sentidos, en encender motivaciones de todo tipo, de pensamientos, prácticas. Debo insistir en que fue un gran intelectual, de Cuba y de América Latina. Te transformaba el contacto con él, en esa motivación que es el asumir como un reto hacer una revolución, es la impronta que dejó en la gente que estuvo cerca de él o ha sido alcanzado por las dimensiones de su pensamiento.
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