Este lunes a las ocho y media de la noche, cuando se apagaron las luces de la sala Covarrubias del Teatro Nacional y se escuchó la canción Mi casa.cu de Tony Ávila, comenzaba la Gala por los 30 Años del Centro Dr. Martín Luther King Jr.
Parte de la familia estaba reunida: integrantes de la Redes de Educadoras y Educadores Populares y Ecuménica Fe por Cuba, hermanos de la Iglesia Bautista Ebenezer de Marianao, personas de la comunidad y trabajadores del Centro. También nos acompañaban Caridad Diego, jefa de la oficina de Asuntos Religiosos del PCC; líderes ecuménicos; representantes de organizaciones sociales y de masa e invitados internacionales.
Joel Suárez, Coordinador ejecutivo del CMMLK, fue el primero que apareció en el escenario para saludar a los amigos presentes e invitar a Silvio Rodríguez, trovador cómplice en el camino recorrido, a compartir sus canciones con los presentes.
Guitarra en mano, Silvio parecía que estaba en casa. Jugamos a ser Dios, Gota de roció, El necio y Cita con ángeles –dedicada especialmente a Raúl Suárez y sus hijos-, entre otras, fueron escuchadas y acompañadas por el público; una muestra de sensibilidad compartida para recordar y soñar el futuro.
La gala fue íntima. Marilín Peña, Kirenia Criado e Izett Samá, coordinadoras junto a Joel del CMMLK, recordaron momentos de la historia del Centro y las proyecciones para los años próximos.
Frei Betto, teólogo y educador popular brasileño, hermano que con su solidaridad militante ha hecho mucho por Cuba y por el Centro; dirigió una palabras a todas y todos, en especial a aquellos que como él tienen fe “en Cristo y en Castro”.
Hubo un tiempo para agradecer a Raúl Suarez por la inspiración, la fuerza y por amar y servir al pueblo de Cuba la vida entera. Además, Joel Ortega Dopico, presidente del Consejo de Iglesias de Cuba, le entregó una placa y una bandera por la contribución a la Iglesia y al ecumenismo en nuestro país.
Como parte de lo que somos el grupo infantil de danza “Generación con Propósito” interpretó la canción Yo vengo a ofrecer mi corazón de Fitto Paéz.
El cierre en el teatro fue al ritmo de la agrupación Armonía; pero más que el fin fue un punto de partida, porque como recordara Suárez a Martin Luther King: “Si no puedes volar, corre, si no puedes correr, camina, si no puedes caminar, gatea. Sin importar lo que hagas, sigue avanzado hacia adelante”.