“Estamos llamados a ser un pueblo que busca y sirve a Cristo en unión, a ser iglesias vivas en la promesa del amor de Dios transformador del mundo”, dice el Rev. Dr Samuel Kobia.
El mensaje, dado en el tiempo de Epifanía, se refiere al período hasta 2013, en atención a los planes formulados desde la 9a asamblea del CMI celebrada el pasado año en Brasil.
El mensaje dice que “el cristianismo ecuménico para el siglo XXI” tiene su base en esa experiencia común de Cristo y en “un entendimiento común de un mundo compartido con toda la humanidad.”
Observa que las iglesias deben responder a muchos retos mundiales, tales como las cuestiones de derechos humanos, la conservación de la tierra y de su clima y la superación de la violencia. “En muchos lugares las iglesias tendrán que encontrar nuevas maneras de dar testimonio en el mundo. Tendremos que orar por la unidad y buscarla”, sugiere Kobia, “quizás especialmente trabajando por la justicia y la reconciliación, y estableciendo asociaciones interreligiosas para actuar conjuntamente en cuestiones difíciles”.
Esboza seis nuevos programas para la secretaría del CMI “como instrumentos mundiales de esta comunidad”.
“Aunque en nuestro mundo es mucho lo que nos empuja a separarnos, las oportunidades de encontrar fuerza en la unidad pueden ser hoy mayores que nunca”, dice el secretario general. “La vida se nos da no para dominar o centrarnos en nosotros mismos, sino para compartir y experimentar gratitud, convivencia y alegría”, concluye el mensaje de Epifanía. “Tenemos que encontrar juntos nuestro lugar en el mundo, como creyentes en Dios y como iglesias para el mundo.”