Fundada por una mujer tan revolucionaria y transgresora como Haydée Santamaría, la Casa de las Américas, desde su origen, y cada vez con mayor énfasis, optó por la reivindicación de protagonistas, espacios y manifestaciones literarias y artísticas que la historia canónica y elitista de la cultura del continente, en su variante hispanoamericana, había excluido, silenciado o minimizado. Así, expresiones como la canción política, la literatura testimonial y la cultura popular tradicional; textos en lenguas indígenas y creoles; ámbitos geográficos enormes, pero anteriormente ausentes, como el Brasil, el Caribe y la Amazonia; y, por supuesto, las mujeres, han encontrado cabida, luz y voz en sus distintas instancias y proyectos de trabajo.
Estimuladas por Jean Franco, Iris Zavala, Elena Urrutia, Chiqui Vicioso y Alessandra Riccio, entre otras amigas y cómplices, a fines de los 80 diseñamos la estrategia y comenzamos las acciones de lo que más adelante llegaría a ser el Programa de Estudios de la Mujer de la Casa de las Américas, fundado en 1994, año del centenario de Camila Henríquez Ureña, nuestra más entrañable mentora.
Destinado a recuperar la historia y la cultura de las mujeres latinoamericanas y caribeñas, a promover el trabajo de sus artistas y escritoras contemporáneas, y a discutir los temas teóricos correspondientes, y sus contextos de producción y recepción, el núcleo generador del PEM inicia su trabajo desde 1990.
Primero nos reunimos periódicamente para entrenarnos a nosotras mismas, porque toda la teoría desarrollada en torno a los bien recientes estudios de la mujer y lo que entonces comenzaba a emerger como estudios de género, era prácticamente desconocido entre nosotros. Y sin estar aún muy seguras celebramos, de inmediato, un primer coloquio sobre teorías feministas, y sobre la producción literaria de escritoras mexicanas. En 1991 hay un segundo coloquio, que se celebra en México, y es el primero, que se recuerde, sobre escritoras cubanas. En 1992 y 1993 realizamos otras reuniones, con norteamericanas, y entre cubanas, y vamos perfilando lo que en el 94 será el PEM, que se inaugura en medio del Premio Literario Casa de las Américas, con un jurado mayoritariamente compuesto por mujeres, un Premio extraordinario de estudios de la mujer, y un gran congreso.
A partir de esa fecha, con la convocatoria a tres coloquios destinados a cartografiar los tiempos en que nos moveríamos: Colonia, siglo XIX y siglo XX; a sacar a la luz la invisibilizada participación de las mujeres en la historia de la América Latina y el Caribe; y a rescatar y valorizar su producción artística y literaria, nos dotamos de un mapa y de una experiencia con los cuales movernos en los espacios por los que íbamos a transitar en los años subsiguientes. Publicamos entre 1997 y 1999 cuatro gruesos volúmenes ―hace años agotados― que recogen lo acumulado en el primer congreso y los tres que le siguieron.
Tras esta cartografía diacrónica, por llamarla de alguna manera, comenzamos a celebrar cada año, y siempre en la segunda mitad de febrero, coloquios internacionales en los que hemos abordado aspectos sustanciales de nuestras temáticas específicas, o de aquellas comunes que, en el ámbito de las mujeres latinoamericanas y caribeñas, asumen perfiles de gran impacto e interés, en su devenir histórico y en el día de hoy.
Así, pues, nos hemos dedicado a indagar colectivamente sobre teoría de la escritura de mujeres, disciplina que mucho ha influido en el nuevo curso de los estudios literarios, y no solo de ellos. También nos han interesado las relaciones de género, raza y clase, que en nuestra región, por su condición pos o neocolonial para hablar con mayor precisión, han producido y producen conflictos y situaciones de particular relevancia. El pensamiento, la historia y los mitos en torno a lo femenino son asuntos que requerían ser analizados y a ellos también les dedicamos una edición de nuestro coloquio, al igual que a un tema muy trabajado: el relativo al erotismo y la representación de la mujer; y a otro que se desplaza desde un pasado que felizmente convive con el presente y la actualidad: cultura popular tradicional y cultura de masas.
En los tiempos que corren, en que, por una parte, se extiende la esperanza de vida y, por otra, nuevas generaciones llegan a la adultez sin tener muy claro que la situación de mayor o menor equidad de que hoy disfrutamos las mujeres no nos cayó del cielo, nos pareció muy conveniente preocuparnos por la temática relacionada con ciclos de vida, edades y generaciones.
Más recientemente hemos abordado cuestiones muy vividas y muy tratadas por la cultura y reflejadas en la historia latinoamericana y caribeña, tales como viajes, exilios y migraciones; las escrituras del yo ―es decir, la literatura y las artes autorreflexivas, “autobiográficas” ―; el cuerpo y sus discursos; “lo” femenino y “lo” masculino; violencia y contraviolencia; y, por último, ciudad y mujeres.
Del 22 al 26 de febrero del año próximo nos reuniremos para hablar de mujeres y ambiente; y en el 2011, de mujeres y emancipación de la América Latina y el Caribe en el siglo XIX.
Hace pocos años publicamos un volumen colectivo ―también agotado― que reúne textos de conquistadoras, brujas, monjas, poetas y otras mujeres de la Colonia. Ahora estamos trabajando en uno con textos de mujeres del siglo XIX relativos a la emancipación.
¡Temas y trabajo no nos faltan!