“El cuerpo femenino sigue siendo campo de batalla y la impunidad es la norma, no la excepción”, alertó Michelle Bachelet, directora ejecutiva de ONU Mujeres, tras reclamar a los gobiernos acciones más contundentes para prevenir y castigar las agresiones sexuales en situaciones de conflicto.
“La experiencia de las mujeres durante y después de un conflicto sigue siendo de violencia e inseguridad”, apuntó la expresidenta de Chile (2006-2010).
El acceso de una persona a la justicia tras un conflicto depende mucho del género. Comparado con los hombres, las mujeres víctimas de crímenes de guerra tienen menos posibilidades de que sus casos sean procesados y de recibir reparaciones, añadió.
La directora ejecutiva de la entidad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres sugirió tres estrategias para comenzar a atender el problema al hablar el martes 25 en el encuentro de alto nivel realizado en el marco de la 67 sesión de la Asamblea General del foro mundial que se desarrolla en Nueva York.
Primero, ampliar la participación de las mujeres en la recuperación tras un conflicto “les ofrece la oportunidad de asegurarse que los acuerdos de paz, las nuevas leyes y constituciones no refuercen el status quo y promuevan la equidad y la justicia”, señaló.
Reforzando su argumento está el hecho de que en las últimas negociaciones de paz, según ONU Mujeres, la participación femenina fue menor de ocho por ciento.
También fue menos de tres por ciento la cantidad de mujeres entre los signatarios de acuerdos de paz y nunca una de ellas fue designada jefa o mediadora principal en negociaciones de paz patrocinadas por la ONU.
Bachelet también dijo que las organizaciones femeninas debían contar con el apoyo de los gobiernos para atender la desigualdad de género que “vuelve a las mujeres más vulnerables frente a agresiones sexuales y de género durante y después de los conflictos”.
Por último señaló que la comunidad internacional, los gobiernos nacionales, la sociedad civil y actores individuales deben cooperar para garantizar la responsabilidad por los delitos de género asociados a situaciones de conflicto.
En el marco del esfuerzo para atender este asunto y reducir la violencia de género en situaciones de conflicto, ONU Mujeres y el Departamento de Operación de Mantenimiento de la Paz de la ONU comenzaron “la primera formación sobre cómo hacer frente a distintas situaciones, destinada a las fuerzas de paz”, a fin de prevenir la violencia sexual, anunció Bachelet.
“La capacitación se está probando con las fuerzas de los principales países contribuyentes”, explicó. “A principios de este mes hubo una primera sesión en La Haya sobre investigación de casos de violencia sexual y de género en tanto que delitos internacionales”, añadió.
Zainab Bangura, representante especial del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sobre Violencia Sexual en Conflicto, dijo en el encuentro: “La violencia sexual lleva demasiado tiempo siendo gratuita para los agresores de mujeres, niños, niñas y hombres, pues el costo viene pesando sobre las víctimas”.
“Aun cuando garanticemos a las sobrevivientes atención y otros servicios necesarios, debemos insistir en que la violencia sexual en situaciones de conflicto no es inevitable, sino que hay consecuencias para los responsables”, remarcó Bangura, originaria de Sierra Leona.
El canciller de Gran Bretaña, William Hague, se concentró en el peso que cargan las víctimas del delito, y remarcó que el silencio en torno a la violencia sexual suele ser más difícil de alterar cuando la víctima de la agresión es hombre o menor de edad.
“Tenemos que romper el silencio si pretendemos una paz duradera y prosperidad”, señaló Hague. “Gran Bretaña está dispuesta a utilizar toda su influencia en este asunto, como catalizador para impulsar a otros a la acción”, añadió.
La activista y feminista estadounidense Jody Williams, quien fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1997 por su trabajo contra las minas antipersonal, coincidió con el canciller británico.
Las personas “sobrevivientes de violencia sexual sufren un doble maltrato, primero, por el agresor y, segundo, por los gobiernos que no aplican las leyes ni les garantizan que haya justicia”, concluyó Williams.
El encuentro de alto nivel fue organizado por ONU Mujeres, junto con el ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, la Oficina del Representante Especial del Secretario General sobre Violencia Sexual en Conflicto y la Campaña Internacional para Poner Fin a la Violación y la Violencia de Género en Situaciones de Conflicto. (FIN/2012)