Como soy sacerdote, la razón fundamental de mi compromiso ha sido, justamente, la expresión concreta de la fe cristiana estando presente en los lugares donde se desarrolla una lucha en favor de la justicia, en favor de la dignidad y de la liberación de los pueblos. En este sentido, siempre me he sentido muy cercano al Centro Martin Luther King. Participé en algunos eventos del Centro desde el principio, porque justamente el Centro tiene esta misma perspectiva. De hecho, el Centro Martin Luther King está directamente y de manera explícita ligado a la fe cristiana, mientras que el Centro Tricontinental es más plural, pero el origen es el mismo tipo de compromiso.
Lo interesante del Centro Martin Luther King es que está en Cuba, es decir, que está en unos de los lugares del mundo donde no solamente se habla de la liberación de los pueblos, sino que se practica. Y el Centro Martin Luther King no solamente tiene un compromiso fundamental con el proceso cubano, sino también una actitud crítica. Su posición y su actitud son comprometidos, pero se trata de una actitud y un compromiso que siempre serán críticos, es decir, que la única referencia no es cómo está, de hecho, la revolución, sino la revolución en función de metas que tienen que seguir construyéndose. La existencia del Centro en el proceso cubano me parece muy importante, aun si a veces su función ha sido difícil o modesta, pero el hecho de que exista en el proceso revolucionario es fundamental.
También tiene importancia para el exterior, como testimonio del hecho de que una presencia cristiana en la revolución es posible, y que esta presencia cristiana ha sido aceptada, por una parte, porque está comprometida con el proceso, pero también porque ha sido un elemento de vinculación con el exterior, con otros cristianos del exterior que están buscando, justamente, solidarizarse con procesos de liberación o con la construcción de un mundo socialista. Por eso, para nosotros, el contacto con el Centro ha sido muy importante, muy importante y, pienso que, en el futuro, la presencia del Centro llevará al Foro Social Mundial, como siempre ha llevado, esta dimensión espiritual, esta dimensión de referencias bíblicas en particular que caracteriza mucho al Centro Martin Luther King, y que es un aporte muy rico para el conjunto de lo que sucede hoy en día.
François Houtart. Bélgica.
Centro Tricontinental, revista Alternativa Sur
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Hago investigación sobre asuntos internacionales, sobre temas vinculados a la globalización y a cómo los movimientos sociales actúan para generar una nueva propuesta alternativa a la globalización, al neoliberalismo, al capitalismo como modelo y al patriarcado.
En esto, que tiene muchísimos campos de acción, como, por ejemplo, la idea de construir un pensamiento nuevo, nuevas maneras de ver las cosas, una ética diferente y una manera más integradora de sociedad, de generar sociedades, nos hemos encontrado desde hace mucho tiempo con el Centro Martin Luther King. Primero en los años noventa, en las propuestas relacionadas con una ética diferente, con la idea de inyectarles a las propuestas sociales una ética, la ética en la política, la ética en la sociedad, en el pensamiento. Por ahí, el Centro Martin Luther King ha sido un buen iniciador de este tipo de problemáticas. Luego, también, en iniciativas de lucha contra el racismo, por ejemplo, en todo el proceso de la sociedad civil, en los preparativos de la Conferencia Mundial Contra el Racismo, el tema del racismo en el Caribe, en Latinoamérica, en el mundo, y por ahí los temas conectados con este, como las otras formas de discriminación y cómo combatirlas. En esto, es decir, en generar una nueva visión de las luchas sociales contra estas formas de discriminación, ha habido un aporte importante de la generación, digamos, de finales del siglo XX e inicios del XXI. Su contribución más importante ha sido la de interrelacionar, por ejemplo, el racismo con la discriminación de género, con la discriminación de clase, con la discriminación por orientación sexual, con la discriminación que sufren los pueblos indígenas. Y, en fin, por ahí la búsqueda de generar también un nuevo discurso político y una nueva versión de la justicia social que sea inclusiva y que sea pluralista. Y ha habido un trabajo cercano y una contribución importante, como digo, del Centro Martin Luther King, al integrar al Caribe y a Cuba, de manera especial, a este tipo de iniciativas.
Finalmente, trabajamos juntos en la propuesta de la Minga Informativa de los Movimientos Sociales y en toda una propuesta de desarrollo de la comunicación alternativa para los pueblos del Sur, es decir, Africa, Latinoamérica, Asia. Se comenzó por abordar el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación para generar estas articulaciones nuevas, para transmitir estas ideas que estaba mencionando entre los movimientos sociales y componer una nueva manera de ver la comunicación juntos. Después se creó la Comunidad Web de los Movimientos Sociales, en la que participan distintas redes y articulaciones continentales: está el movimiento campesino a través de la participación de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, está el movimiento de gay y lesbianas y transgéneros a través del Diálogo Sur-Sur, está la Red de Mujeres Transformando la Economía que tiene toda una generación de propuestas en este campo para los derechos de las mujeres, está la Red de Mujeres Afrodescendientes.
Irene León. Ecuador.
Agencia Latinoamericana de Información (ALAI)
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Bueno, en realidad la relación directa con el Centro Martin Luther King surge en el momento en el que se lanza la campaña por la Desmilitarización de las Américas, que fue en una reunión en contra del ALCA en Cuba en la que estuvimos compañeros de diferentes países de la América Latina preocupados por ver cómo la tendencia a ocupar cada vez más espacios de manera militar iba creciendo. Ahí, uno de los promotores importantes de la fundación de la campaña fue el Centro Martin Luther King, y a partir de ese momento empezamos a trabajar, yo diría que con muy buenos resultados, porque en realidad somos poquitos, o empezamos muy poquitos, y empezamos hacer muchas cosas, muchas actividades. Se articuló muy bien la campaña y empezamos a obtener triunfos en las reivindicaciones que estábamos levantando. Una de las primeras en la que trabajamos juntos fue lograr que se echara atrás un convenio para que el ejército de los Estados Unidos ocupara una base militar de Brasil en la Cuenca Amazónica. Ahí hay una base militar que se llama Alcántara, y el presidente Cardoso había firmado un convenio con los Estados Unidos para cederle el sitio. Era un convenio que, además, implicaba inmunidad para las tropas de los Estados Unidos, implicaba una jerarquía diplomática, en el sentido de que no se le revisaba nada de lo que entraba y salía del lugar. Era un convenio muy complicado de cesión de soberanía por parte de Brasil. Pero fue en el momento del cambio de gobierno, nos organizamos muy bien, hicimos realmente una campaña latinoamericana muy importante y logramos que el convenio se echara atrás.
Ana Esther Ceceña. México.
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
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Encontramos en el Centro una sintonía de plano con la defensa de la vida en su integridad y la defensa de la justicia, y un compromiso de caminar juntos encontrando maneras, personas, organizaciones, movimientos nuevos con los cuales podamos trabajar una visión integral de la sociedad, una visión integral del ser humano, y la necesidad y la urgencia de lograr transformaciones concretas; o sea, no simplemente hablar de lo que queremos para nuestra sociedad, sino también avanzar, pese a las diferencias o con todas las diferencias, con toda la diversidad, en la construcción de alternativas concretas. Así en muchas iniciativas, y, por supuesto, también en el Foro Social Mundial, donde venimos trabajando muy cercanamente. Encontramos en el Centro Martin Luther King una ventana hacia Cuba, hacia su realidad, hacia contactos con su pueblo y sus organizaciones, sus esperanzas y sus luchas. Y siempre un apoyo solidario en el contacto y la articulación con otras organizaciones del continente, compartiendo en las redes, compartiendo el proceso de construcción, sea cual sea el detonante: la deuda, el ALCA, la militarización, no importa. Lo que importa es ver cómo encontramos los nexos, cómo encontramos los vínculos entre la práctica de la fe en un mundo como el nuestro y la práctica de la esperanza. Y es ahí, creo, donde vamos a seguir siempre encontrándonos con todos los amigos y todas las amigas del Centro Martin Luther King.
Beverly King. Argentina. Jubileo Sur/Américas