Las circunstancias actuales ponen altavoz a dos preguntas: ¿es completa una práctica médica sin virtud?, ¿es la virtud “instrumental” médico solo en las crisis?
La Covid-19 es un parte aguas. Un aldabonazo ensordecedor. Este episodio demanda tomar posición, optar, definir, usar la voz y las manos para empujar el mundo a la utopía. Cuba no escapa a este dilema, a los desafíos que describe, a la toma de partido necesaria, a los antagonismos de la política, a las denuncias y las decisiones trascendentes.